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sábado, 27 abril, 2024
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De strippers e impunidad. El show en la UAZ

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Por: MARIANA TERÁN • admin-zenda • Admin •

Por donde se le quiera ver, la UAZ da de qué hablar y no precisamente por la calidad de algunos de sus programas o el logro de sus aportes científicos, artísticos y humanísticos. Mario Vargas Llosa escribió un magnífico libro donde hace una crítica a “la civilización del espectáculo”, donde la tendencia es hacia la banalización, la trivialización, todo flota, se exhibe, pasa. La civilización se volvió un espectáculo para esconder las contradicciones y los conflictos.

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En ese sentido, la cultura no es formadora de valores como la libertad, la solidaridad, el respeto, el compromiso con el bien común; la cultura es show, formadora de estereotipos. Al respecto, inicia Vargas Llosa su tratado: “Es probable que nunca en la historia se hayan escrito tantos tratados, ensayos, teorías y análisis sobre la cultura como en nuestro tiempo. El hecho es tanto más sorprendente cuanto que la cultura, en el sentido que tradicionalmente se ha dado a ese vocablo, está en nuestros días a punto de desaparecer. Y acaso haya desaparecido ya, discretamente vaciada de su contenido y éste reemplazado por otro, que desnaturaliza el que tuvo” (p.13)

La UAZ no es ajena al espectáculo y a la desnaturalización de su misión y de sus funciones. En nuestra colaboración pasada hablé del show que se montó a propósito del “arreglo” para que el espectáculo (identificado como proceso electoral) transcurriera con tranquilidad. Así lo dijo en conversación telefónica el Lic. Cuauhtémoc Rodríguez Aguirre, secretario general de la UAZ al Lic. Jaime Santoyo, secretario de Gobierno. Sí, parece que todo el show estaba bien armado para que todos los personajes simplemente cumplieran su rol en esta puesta en escena; sólo faltaba “operar”. No habría ruidos ni interferencias porque los acuerdos estaban tomados entre “los padrinos”.

La jornada electoral universitaria del pasado 11 de mayo dio muestras, aquí y allá, de que por más arreglado que estuviera el espectáculo, el show se les desbordó. El proceso electoral colapsó, esa es la palabra que mejor puede caracterizar a nuestra universidad como parte de la “civilización del espectáculo”. En las unidades de Ciencias de la Tierra, Biología, Medicina, Enfermería, entre otras, se dieron varias irregularidades: boletas que no llegaron, instalación tardía de urnas, candidatos que todo el tiempo de la jornada se mantuvieron en las instalaciones de sus unidades académicas contraviniendo la norma universitaria, mensajes telefónicos para incidir en la votación por algún candidato a cambio de “un punto” en la calificación, violencia física de funcionarios a estudiantes, amenazas de que a partir de ese día quedaban expulsados de la UAZ, la omnipresencia del dirigente del STUAZ para corroborar que todo “sigue en su lugar”. En redes circularon mensajes de estudiantes que reprobaron el proceso: “esto es una farsa”, “esto es un simulacro”, “con un candidato no hay elección”.

Contra lo que sostienen los voceros del continuismo en la UAZ, este show no puede continuar, debe detenerse de inmediato. El ejemplo que está dando la universidad a la sociedad es deplorable. No es posible que los estudiantes se sientan amenazados, que tengan miedo por expresar sus opiniones. La UAZ involuciona. Esto no es democracia, autonomía, civilidad, libertad ni respeto a la pluralidad y tolerancia.

Pero para otros, el show debe continuar no sólo con ilegalidades y corruptelas, sino con stripers que amenicen a las académicas universitarias. Las universitarias no queremos pan y circo, mucho menos degradantes espectáculos que favorezcan la discriminación. El show patrocinado por nuestro sindicato ha indignado a muchas universitarias. Por todos lados se pretende banalizar, trivializar como si nuestro compromiso académico fuera otro show o se hubiera trivializado.

Para todos los que quieran dopar a la comunidad académica con espectáculos que atentan a la dignidad, promoviendo la discriminación (como en el caso de los strippers) o la impunidad (como mantener el registro de Juan Carlos Guerrero a la dirección de la Unidad de Derecho), deberán también tener muy claro que una gran parte de la comunidad universitaria no está dispuesta a prestarse a ser espectador, ni a tener padrinos, ni mecenas, ni falsos dirigentes que buscan sólo su privilegio. Esa comunidad está dispuesta a movilizarse para exigir el respeto de sus derechos y luchar por el retorno a la legalidad. ■

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