Después del primer anuncio del Ejecutivo Federal en el sentido de que habría un recorte de 10 por ciento a las universidades del país, ahora que entregaron el paquete económico parece que no contemplan el anunciado recorte y las dejan como estaban, con un ligero movimiento de 0.2 arriba respecto al 2015. Esto explica los 42 millones adicionales que recibirá la UAZ el año que entra. Por la situación financiera del país, se ve muy difícil que se logre romper este tope, aunque falta que pase todo el proceso de lobby en las comisiones de San Lázaro y se puedan conseguir algunos recursos adicionales para cubrir, al menos parcialmente, los adeudos en la seguridad social. Esto dependerá de la manera en que se integren las bolsas concursables para las universidades estatales y de los proyectos que logren hacer y presentar las autoridades universitarias y su capacidad de gestionarlos. Esos recursos extras de los que hablamos serían muy buenos pero tienen límites notorios: no se convertirían en solución del problema, ni cerca. Sin embargo, observamos que esto último tiene muy pocas posibilidades de ocurrir dada la conducta pasiva de la actual Rectoría en las gestiones de los últimos años, donde no han presentado propuestas y proyectos creativos (que pide el nuevo titular de la SEP).
Sin embargo, y a pesar de la restricción financiera, la SEP se propone aumentar la cobertura diez por ciento en los tres próximos años. Es decir, piden que se atienda a más jóvenes pero sin aportar los recursos que se requieren. La actual crisis de la UAZ se debe justamente a esta situación: aumentaron cobertura en más de 10 mil estudiantes, pero sin incremento de recursos, por ello, fueron los fondos de la seguridad social de los profesores los que terminaron financiando dicho crecimiento. Dice Nuño que las universidades deben crecer “con creatividad”, ¿a qué se referirá con la creatividad? Lo que ya de por sí se hace: saturar las aulas, pasar de 30 a 45 alumnos, convertir las horas contratadas en investigación a docencia y limitando al máximo los proyectos de vinculación. Y sin embargo también exigen incrementar la calidad y la vinculación con la empresa. Es decir, por un lado piden cierta creatividad que baja necesariamente la calidad (saturación de aulas y eliminación de la investigación) y por otro exigen que la eleven. Otra forma de “creatividad” que pide la SEP es tomar recursos a partir de sacrificar los derechos laborales de los profesores, lo que significa que la presión contra los Contratos Colectivos aumenta. Y en la revisión de febrero se verá la UAZ en otro conflicto sindical: sin el pago de los adeudos históricos y con la presión de eliminar “las clausulas caras” del contrato. La Universidad deberá definir su propia creatividad que responda a estos retos, lo cual significa que su comunidad se active: dialogue, acuerde y actúe en forma unificada. De otra manera, serán comidos por ‘la creatividad’ de la SEP.
