17.8 C
Zacatecas
sábado, 18 mayo, 2024
spot_img

¡Qué poca… vergüenza!

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RENÉ LARA RAMOS •

En México, la espiral de problemas de todo tipo, no se reduce sino inicia a aumentar con las primeras elecciones celebradas, buena señal de que lo político – electoral está inscrito en el imaginario de la gente y habrá que estar pendiente de su contenido particular y significaciones, para hacer una idea acerca de la relevancia que inician a cobrar unas elecciones ya inscritas en la ruta del electoral evento estelar a celebrar en 2018, la sucesión presidencial.

- Publicidad -

Desde lo recién ocurrido en el Estado de México, se tiene la impresión de que toda elección subsiguiente es, o constituye, una especie de laboratorio donde los actores políticos, partidos, organizaciones, asociaciones, etc. “acuñan”, prueban o ensayan, desde su particular ideología, una serie de acciones mediante las cuales disputarán mejor el Poder, “depositado” en la Presidencia de la República, ¿el real y el simbólico?

Un Poder al que se espera no sea conquistado por una sola fuerza política sin desarrollar esfuerzos por compartirlo, para poblar de manera más democrática el país; en el sentido de  ajustar a esa condición, más democrática, a la misma institución presidencial, quien quiera que sea el Presidente.

Por lo pronto, son estados, son la gente y sus entornos: los municipios, las regiones, los laboratorios primarios para poder ensayar, mediante contiendas electorales democráticas, o más democráticas, posibilidades diferentes o novedosas, al apropiarse de los controles políticos más inmediatos para influir el poder político y condicionarlo, en principio, a la atención de las necesidades cotidianas. No sólo se trata de que la tradicional autoridad conduzca lo electoral, sino de que la tradicional autoridad que impone o indica a los elegibles, se ajuste a lo que la gente decida en cuanto a generar una delegación de la representación, más popular y social en su origen y operación.

Esto implica, por supuesto, una toma de decisiones a partir de las exigencias cotidianas que, elección, tras elección, quedan insatisfechas y sólo son parafernalia a agitar, como “discurso”, en cada proceso electoral, cuya continuidad política tiende a reproducirse y sostenerse con un: ¡Ahora, sí! que nunca se llega a concretar en soluciones y un “status” que pervive, más allá de cualquier proceso electoral. Soluciones que son promesas, soluciones que son despensas, soluciones que son palabras a ratificar por los mismos personajes – intermediarios de la cultura y la política más inmediata: entre ellos y los medios de vida, mínimos, pero básicos para reproducir la vida de la gente, incluida, por supuesto, la ideología y las significaciones que presiden y pueblan un imaginario “popular”, tan “concreto” (y pacífico autoritario) capaz de durar y reproducirse como proceso cultural al que todo mudo contribuye a representar, como lo válido y legitimo a hacer en el barrio, en la comunidad.

Por supuesto, el nivel de esa inmediatez (comunitaria) coexiste con controles del Poder de distinta intensidad y sofisticación, adecuados, por supuesto, según actores y fines, y a quienes se elije para ello, de acuerdo a los objetivos institucionales – estatales – de política, ¿macro, estatal, estratégica? En este esquema, una inmediatez comunitaria, inscrita sin consistencia cultural propia, será pasto “de las llamas”, porque no se vacilará ni en incendiarla, ni en abrir fuego contra ella o incluso en desaparecer a sus integrantes, cuando tocan fibras de institucionalidad, veces hasta corruptas y provocadoras por ello de desgracias como la que les cayó a los inolvidables “43”.

Pasan los días, las semanas, los meses ¿y años? Y sus cercanos, familia, amigos, etc., no los abandonan, al contrario, su ausencia los fortalece para continuar sus vidas ordinarias, sin olvidar respaldar sus luchas, máxime si, con base en la solidaridad, recorren el país y hacen presencia en el mundo.

Por supuesto, si consiguieran un mejor y más consistente acceso a los medios, sobre todo, los electrónicos, (y a los de justicia,) otra cosa sería. Con todo y contra todo, día a día, esgrimen, sostienen y mueven sus significaciones. Su coraje y su pena, hasta hoy son tan interminables, como su amor y afecto a los desaparecidos, que no muertos, ¿dónde están? ¿Quién, quiénes tan poderosos se los llevaron y retienen? Su coraje contra la autoridad, es por eso, ¿por qué no actúan contra quienes se los llevaron?

Y el colmo institucional, la nota siguiente: Intentaron espiar al GIEI, confirman expertos //  Dpa | lunes de 10 julio, 2017. 09:43 //

Ciudad de México.  El grupo de expertos que investigó la desaparición de 43 estudiantes en México fue blanco de un software vendido al gobierno para vigilar a criminales y que supuestamente se usó para espiar a periodistas, activistas y políticos de oposición, reveló hoy la Universidad de Toronto.

Según un nuevo reporte del laboratorio Citizen Lab de esa universidad, que analiza tecnologías de la comunicación y la información, uno de los miembros del equipo sufrió dos intentos de infectar su celular con el programa espía en marzo de 2016, cuando el grupo preparaba su informe final sobre el caso Ayotzinapa.

Sin comentarios.

- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -