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lunes, 6 mayo, 2024
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Aborda aspectos previos a la Toma de Zacatecas, título de Marco Antonio Flores

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ El documento no tiene como objetivo la batalla, sino las transiciones que nos trajo, dice

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■ Católicos y académicos, principales actores que se levantaron en armas, señala historiador

El historiador de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Marco Antonio Flores Zavala, presentó su libro Antes de la batalla. Referencias sobre el acontecer en la vetusta ciudad de Zacatecas (agosto de 1910 – junio de 1914), en el que describe la coyuntura política, social y cultural previa a la Toma de Zacatecas y las reivindicaciones de los diversos sectores de la sociedad al tomar las armas.

“La Revolución Mexicana en Zacatecas no se limita a la batalla. El documento no tiene como objetivo la batalla, sino todas las transiciones posibles que nos trajo la modernidad porfiriana, desde el vestuario, las formas y el tiempo del trabajo en las oficinas o la compra selecta de máquinas de escribir”, expuso.

Explicó que la Revolución en Zacatecas tuvo rasgos determinados y motivos especiales para que individuos educados en el Instituto de Ciencias, propietarios, ex regidores, ex mineros o comerciantes, hayan decidido levantarse en armas.

De acuerdo con la obra presentada en el teatro Calderón, los sectores que alzaron las armas fueron católicos, pequeños propietarios y liberales radicales, a diferencia de otros estados donde fueron mayoritariamente campesinos, como el caso de Morelos.

Flores Zavala expuso que la unión de católicos y liberales radicales se debió a su desacuerdo con la permanencia de ciertos grupos y ciertas familias en el poder, mientras que los propietarios, al tener que pagar a la burocracia, se desapegaron del régimen político y se sumaron a clubes electorales.

“El libro apuesta a dar una imagen interina, provisional, de qué es la Revolución Mexicana en Zacatecas en su primera fase. Es decir, en los momentos de crisis política y crisis electoral y lo que implicó en términos de democracia constitucional”.

En Zacatecas, comentó, hubo dos fases del levantamiento armado. El primero ocurrió en febrero de 1911, no el 20 de noviembre de 1910, debido a que hubo “un traidor que avisó que habría un levantamiento en el actual Teúl de González Ortega y Juchipila, pero los detienen días antes”.

Después del reacomodo de los grupos políticos, fueron los católicos los que se organizaron y participaron en las elecciones, de forma que se armonizó el levantamiento armado con el proceso electoral, según expuso Flores Zavala.

Previo al levantamiento armado de los grupos encabezados por Pánfilo Natera, Trinidad Cervantes y los hermanos Caloca, señaló que en Zacatecas no había ninguna reivindicación popular, puesto que esos personajes pedían el retorno de la legalidad, lo que significaría el retiro de Victoriano Huerta, reconociendo con ello a Venustiano Carranza.

“No hay el rostro o las reivindicaciones que ocurren con Carranza o con Zapata. No hay un rostro de Revolución en junio de 1914. Hay armas que están y reconocen el liderazgo de Venustiano Carranza. Entonces es un constitucionalismo que busca la restauración de la legalidad”, dijo Flores Zavala.

Indicó entonces que es hasta después de la Batalla de Zacatecas cuando se muestra el rostro de la Revolución en el estado y cuando comienzan las reivindicaciones sociales, ocasionando con ello otra dinámica social.

Reiteró que los principales actores que se levantaron en armas fueron los católicos, propietarios, liberales radicales y egresados del Instituto de Ciencias, entre ellos abogados e ingenieros.

Por tanto, “la propuesta de este libro es que Zacatecas tiene un rostro que no es el de la Revolución nacional, encajonado en grupos populares, sino en sectores no tan populares, sino una clase media que no tiene la maquinaria de la División del Norte o la División del Sur, cuyas reivindicaciones agrarias son diferentes”.

En ese momento, en Zacatecas no había preocupación por fraccionar las tierras, sino por el trabajo digno. Es decir, había propuestas orientadas hacia la redefinición de la clase trabajadora, impulsadas por un sector letrado y por pequeños propietarios que pagaban los platos rotos del sistema impositivo que correspondía para el estado.

Flores Zavala concluyó que el proceso revolucionario en Zacatecas fue similar en algunos aspectos a lo ocurrido en Jalisco y Sonora, pero radicalmente diferente a Morelos, a pesar que el Plan de Ayala estuvo vigente, lo que obedece al perfil de Pánfilo Natera, muy distinto a Emiliano Zapata, pues fue un trabajador libre dentro de la hacienda, pero con la capacidad para controlar a los hombres armados.

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