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sábado, 27 abril, 2024
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Expone Veremundo Carrillo Las armas y las letras. La Revolución en la literatura

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Por: ALMA RÍOS •

■ Recopila corridos, novelas y cartas sobre la Toma de Zacatecas

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Las armas y las letras. La Revolución en la literatura. Revisión de corridos, cartas y novelas (IZC, 2015) de Veremundo Carrillo Trujillo, recoge una amplia visión desde el punto de vista de la literatura, “acerca de los acontecimientos que cambiaron el rumbo de nuestra historia”, dijo ayer en su presentación, Elia Bañuelos.

El libro inscrito en la colección Centenario de la Toma de Zacatecas del Instituto Zacatecano de Cultura, comentó  Carrillo Trujillo, “es una coautoría, a mí me toco poner el nombre”.

El humanista precisó su comentario, respecto a que se trata de una recopilación de la obra de muchos autores de corridos, novelas, cartas y las telegramas, que dan cuenta de este episodio histórico.

Acerca de estos últimos recuperó en su expresión, “el telegrama tremendo que le costó la sentencia de muerte a Felipe Ángeles”.

“Bueno usted no entiende o no quiere entender que sin Villa no tomamos Zacatecas”, habría dicho el artillero estratega a Venustiano Carranza que se empeñaba en que Pánfilo Natera tomara Zacatecas. Y Natera, acotó Carrillo Trujillo, “nunca la hubiera tomado”.

El también poeta quiso destacar la ecuanimidad en los corridos, similar dijo, a la que registraron los romances fronterizos de España “donde los cristianos veneraban a los musulmanes, y los musulmanes a los cristianos y los judíos a unos y otros (…) ese darle a cada quien lo suyo aunque sea enemigo”.

Mencionó en este contexto El corrido de Don Porfirio, donde se reseñan “todas las obras grandes que hizo” pero que termina diciendo “que se equivocó que se aferró demasiado, que ese fue su error, si lo condena el corrido al final, pero no desconoce todo lo que hizo en la Ciudad de México”.

Citó asimismo la coherencia del “resellado” Benjamín Argumedo, figura en quien en algún momento el propio Veremundo Carrillo Trujillo encontró una contradicción: entre el Argumedo “huertista y el Argumedo villista”.

“Pues sí fue todo”, dijo, pero coherente, un hombre que no ambicionaba “dinero, ni poder ni helicópteros”, sino que andaba dando su vida por un México mejor como él lo entendía.

En su encuentro con Villa en Aguascalientes añadió, entendió lo que quería la Revolución y se hizo villista.

“Fue perseguido, condenado a muerte”, lo atraparon enfermo en la sierra “y lo pasaron por Sombrerete” como dice el corrido, del que trajo la alusión del historiador Cuauhtémoc Esparza Sánchez,  acerca de que “es el corrido más hermosos de toda la Revolución”.

“Este resellado” anduvo en varios partidos pero no por oportunista, volvió a precisar, “para ganar elecciones”, sino por ser un hombre leal.

A modo de revisión, habló asimismo de Tomas Domínguez, originario de Tepetongo como el propio Veremundo Carrillo, y cuestionó se le asigne el carácter de “bandolero”, pero precisó, “no eran hermanos de la caridad y algunos habían tenido que matar”.

De igual forma se refirió al duranguense Pánfilo Natera, de quien acotó, “¡qué diéramos porque hubiera sido zacatecano!”.

En un libro dijo, se reproduce la fotocopia de cuando Matías Ramos le concede la ciudadanía zacatecana al personaje, para que pudiera ser gobernador del estado.

Agregó como parte de las curiosidades encontradas y ahora inscritas Las armas y las letras. La Revolución en la literatura, la figura de Encarnación Brondo, un médico que alistado en la Cruz Roja, estuvo en la Batalla de Zacatecas.

Dejó “una descripción hermosísima porque era un gran escritor”, dijo, y fue asimismo quien atendió al primer caído en el campo de batalla: Trinidad Rodríguez, un compadre de Villa, general menor de 30 años, quien se expuso de manera imprudente.

Carrillo Trujillo citó también la intervención internacional de países que veían con preocupación la descomposición de México y por consiguiente la que pudiera extenderse a otras latitudes de América, mismos que buscaban que en Zacatecas se tuviera una victoria por parte del Ejército federal. “Pero no les salió porque llegó Villa”.

La historia de 10 años de Revolución y la correspondiente al episodio decisivo que significó ocho horas de una batalla que se ha destacado como especialmente sangrienta, se recuperan en esta obra mediante 24 capítulos que abordan la literatura de la época, los corridos, las novelas, otros documentos que dejaron registro de ella, así como las biografías de los personajes participantes.

Ayer en el Centro Regional Unesco donde tuvo su presentación ante integrantes de la Asociación de Estudios Clásicos y Medievales  (Azecme) y la denominada Asociación Civil de Amigos del Patrimonio Zacatecano (Apazac), ambas donde Veremundo Carrillo ha sido fundador, ofrecieron comentarios al libro, Elia Bañuelos y José Carmelo Medina Briones. Fungió como moderadora, Rosa María Caloca Caloca, actual presidenta de Apazac.

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