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sábado, 4 mayo, 2024
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Cuatro cosas no pueden ser escondidas durante largo tiempo: la ciencia, la estupidez, la riqueza y la pobreza…

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Por: FERNANDO SANTACRUZ MORENO •

Punto & Aparte

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Pudiéramos hablar de tantas cosas, por ejemplo, del 2 por ciento que pretende aplicar el gobierno americano a las remesas de los paisanos, eso lo dejamos pendiente, como dejamos pendiente también el convenio recientemente signado entre la universidad y los presidentes de los 58 municipios zacatecanos. Hay quienes ya piensan en grande y se quieren ir recio, quieren quitarle la chamba a los titulares de los consulados mexicanos y establecer “una serie de despachos, un equipo, un staff de abogados para que defiendan en todos los puntos de la Unión Americana a nuestros connacionales, este es un esfuerzo bastante importante”. (En algún lugar lo escuché y lo leí).

De nuestra gloriosísima universidad, qué le puedo decir cuando todos andan con el Jesús en la boca, el mismo rector usa su semblante de tranquilidad, porque no le sudan para nada, sabe que tiene sus quincenas aseguradas, así que mientras sigan los cosas como están y continúen con esa mentalidad mezquina, pronto habrá más paros y más se calienta el comal para que las condiciones de una posible huelga estén a punto. De aquél convenio que se firmó con los alcaldes, nada se ha dicho, nada ha salido y los ayuntamientos siguen hundidos en las broncas que generan la improvisación, borrachos por los efectos que dejaron las corruptas e impunes administraciones pasadas. Son temas que ya habremos de abordar en su momento.

Ya se dieron cuenta de que existe un consejo estatal para el desarrollo rural “y” sustentable, porque hace  días, el 7 de este segundo mes en el que se conmemora el día del santo San Valentín, patrón de los enamorados y popular en muchos países, especialmente en los anglosajones, en el hotel de los trabajadores pertenecientes al Sutsemop, o sea, el Parador, se llevó a cabo la primera reunión de este consejo en el que estuvo presente “el presidente” del mismo, Alejandro Tello Cristerna, rodeado personas y personajes que ni vela tienen es ese entierro-.

Obvio, como suele suceder, hubo cifras bonitas presentadas por el delegado de la Secretaría de Agricultura, Roberto Luévano, que es buen tipo, pero mal funcionario, dicen los mismos campesinos y uno que otro funcionario; Fito Bonilla Gómez echó mano de los que manejan los hilos informativos y programas, para exponer lo que puede que sea, pero habrá que ver, cifras, números, no solamente es necesario actualizar la estructura del consejo, sino que se debe de hablar de todo, de lo que se logra producir y comercializar, de lo que se paga y de lo que se pierde “entre la bola”.

Fijar una postura ante un gobernador que poco sabe del campo, como el anterior, porque ha habido otros más atrás que si no sabían o sabían poco, le hacían la lucha por enterarse, al menos de cuántas hectáreas se cultivan año tras año, por cierto, como están las cosas, en este ciclo, la superficie que se va a sembrar se verá seriamente disminuida, unas 200 mil hectáreas dejarán de cultivarse y se pone en riesgo ese orgullo zacatecano, de ser los primeros en la producción de frijol, en hortalizas, de chile. Tienen razón algunos dirigentes campesinos, entre ellos Cuauhtémoc Espinosa Jaime, quien recrimina el que en el gabinete se haya designado a personas incapaces o que no saben ni “tan siquiera como agarrar el taco”.

Mencionó, dos, tres y hasta cuatro secretarios, de esos que andan como las mulas, a vuelta y vuelta sexenio tras sexenio, sólo le diré un nombre, porque es el más “representativo”, Víctor Armas Sagoya, sujeto ya debidamente evaluado por la sociedad y por quienes tienen que acudir, con o sin ganas, a la Secretaría del Agua y Medio Ambiente (¡aaa pa’ nombresito!, medio cantinflesco ¿no?), en busca de soluciones a problemáticas existentes en puntos distintos de la entidad.

Esta semana estuvo muy capiroteada y difícil es abordar un tema en lo individual, porque eso sí, este gobierno es diferente y día a día le pone carnita a las tortillas y el ejemplo está ahí, en esa reunión del consejo de desarrollo rural, en la que el campo, con tantos y tantos problemas, de pronto y así como por arte de magia, la reunión empezó como estaba programada y finalizó en tiempo… pudiéramos decir que “récord”. Poco o nada se dijo de las reducciones presupuestales a nivel nacional y estatal, el campo, las actividades del sector primario en su conjunto se verán mermadas considerablemente con esas rasuradas de porcentajes que van del 50 al 30 por ciento. Nada se dijo de la pobreza que campea en “la campiña zacatecana”, en la que existen nueve polos de desarrollo que nunca fueron tomados en cuenta y que de la misma forma, no se planea, que es lo imprescindible, entonces, esas reuniones y reuniones que se llevaron a cabo en campaña y al inicio de esta administración, ¿para qué sirvieron?

Los microclimas que están diseminados en territorio zacatecano están ahí, a la espera de programas de siembra de cultivos rentables, pero que les es más productivo “guardar el dinero” que aplicarlo en acciones que coadyuven a sacar del atolladero al sector agropecuario zacatecano, concretamente zacatecano.

Ya me voy, ahí los dejo… y no se olviden que “los medios deben ser subsidiarios de los fines y de nuestro deseo de dignidad y valor”.

Hasta aquí mi comentario, nos veremos en la próxima entrega. ■

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