■ El son del corazón
Vamos a ver si el Lic. Alejandro Tello Cristerna es capaz de elegir con independencia, sin presiones, a sus futuros colaboradores y, asimismo, de atraer caras nuevas con “gente que signifique una renovación de la función pública, con perfiles serios, honestos, visionarios, trabajadores, que sean los mejores gestores y estén cercanos a la gente”.
Para ello él asegura, con el énfasis imperioso de la razón tecnocrática: “lo que haré será cumplir mi palabra de consultar a especialistas sobre los perfiles idóneos en cada una de las áreas de gobierno” (NTR Zacatecas, 5-7-16).
En buen romance, el gobernador electo sólo escuchará las consideraciones de los expertos de un despacho, especie de head hunters a lo Vicente Fox, para armar su equipo de trabajo. Él desea presentar sin tache su concepto de funcionario público y subrayar la calidad de sus colaboradores. Su iniciativa es ambiciosa.
Sin embargo, el tiempo dirá si tal selección se efectuó con un calzador, al margen de la ciudadanía zacatecana, sin sopesar la correlación de fuerzas ni la gravedad de las actuales condiciones políticas nacionales, y cuando la crisis económica ascendente vuelve estéril toda pretensión planificadora.
Como siempre, la parte gruesa de los asuntos de Zacatecas se dispondrá para los negocios de unos cuantos; para ello, y esto es tradicional, el ejecutivo estatal sólo brindará espacios a gente de su entera confianza para los puestos ejecutivos; exigirá primordialmente que sus colaboradores de primera fila sean discretos, leales e impenetrables. Ante esta realidad, sobra “que sean los mejores gestores y estén cercanos a la gente”.
La tiendita en manos de Lutero
Cada seis años aparece la misma situación. Los ungidos, llenos de propósitos, suelen generar un montón de expectativas por encima de sus propias capacidades y de la realidad, con el fin de nivelar sus huecos de legitimidad y neutralizar los desacuerdos espontáneos.
El mecanismo es misterioso pero recurrente: los gobernantes no explican públicamente cuáles son los verdaderos criterios y los procedimientos con que definieron las listas de los nuevos consumidores distinguidos de la nómina estatal. No lo hacen para no cometer la torpeza de dejar rastros de sus compromisos secretos, y no evidenciar la calidad de los poderes oscuros que los apoyaron de manera taimada, pero efectiva, para salir airosos en las elecciones.
Si el gobernador electo sostiene nomás porque sí que va a cumplir con su palabra y, escudado en la magia y quimera de los “perfiles idóneos” suscribe el nombramiento de equis colaborador, y lo presenta como personaje serio, honesto y visionario, no tardará en chocar con el escepticismo de los zacatecanos.
Creo que finalmente Tello Cisterna llegará a su ejercicio sexenal con un costal de funcionarios de notable medianía sobre su espalda, al no reclutar a la gente más eficaz y porque aquéllos no fueron aprobados mediante una convocatoria clara, en una competencia disputada y de cara al público.
Sin haber provocado la participación abierta, Tello Cristerna no podrá convencer a la ciudadanía, y dará la impresión de que va a continuar con las tradiciones frívolas de los funcionarios rapaces y depredadores del presente sexenio.
La sabiduría alambicada de los talentos autóctonos
Acá entre nos, puedo ofrecer un tip al Lic. Tello, que lo podría ayudar para “hacer un buen gobierno, que sea eficiente, austero, transparente, ordenado y dé resultados a la gente”. Para conformar su gabinetazo, sería oportuno, visionario y ventajoso atraer en pleno y sin excepciones, por su honradez, seriedad y experiencia, a los talentos reunidos colegiadamente en torno a la Mesa de Debate Eterno, Café y Tabaco de la Renata.
Comparezco ante el próximo gobernador para exponer respetuosamente: Obsérvelos y compárelos con los personajes de la foto aparecida en el diario NTR del 5-7-16, que funde viejas con nuevas caras, reunidas en un precoz Consejo Estatal de Desarrollo Económico de Zacatecas, y donde seguramente algunos ya se vieron trepar al tren de la buena vida y la felicidad. Nada es gratis.
A propósito de esto, la toma apaisada de esa foto habla más que mil palabras: no se ofrecerán empleos de élite por encima de la sonrisa alba y pegajosa de este grupo de agraciados.
Puede adelantarse que los ilusos y los tontos útiles caerán en una depresión clínica, y estarán condenados a cantar, entre los humores fétidos de una cantina muy zacatecana: “Todo es falso, y aquél,/ el que está más alto,/ es igual a los demás” (Grela/Gorrindo: “Las cuarenta”, tango/1937).
No me impido predecir que el equipo del nuevo gobernador será calificado por los caciques y empresarios regionales más poderosos, más algunos foráneos de giro maquilador y extractivo. La gente que creyó y votó por Alejandro Tello Cristerna quedará flotando en el éter, con enfado por la decepción.
¿Qué sentido tuvieron sus declaraciones del 5-7-16? Pos nomás. ■
