Nuevamente reviven las amenazas e injurias contra los docentes que fueron objeto de evaluación, examen, represión y humillación; espero no exagerar en los términos. Oficialmente le llaman evaluación del “des-empeño” docente, o sea, una evaluación que califica el no empeño o la falta de empeño, ¡en qué parte de toda esa parafernalia evaluativa se encuentra la verdadera evaluación!, como lo aseveran investigadores y académicos de reconocido prestigio; la evaluación emprendida por el estado con sus “iluminados”, no ha cumplido con el propósito planteado, motivo por el cual también deben ser objeto de calificarlos como no idóneos.
Este proceso de Reforma Educativa que prioritariamente se ha centrado en examinar a los docentes, no ha cumplido con la normatividad que las cúpulas educativas han establecido. Citaré puntualmente una parte de la nota denominada “Evaluación Educativa: despropósito que persiste” (La Jornada, 28/02/16, pág. 2) y que a la letra dice: “En su reporte sobre el análisis de la cuenta pública del ejercicio 2014, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señala que ni la Secretaría de Educación Pública (SEP) ni el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) cumplieron con el objetivo de utilizar los resultados de las evaluaciones de la calidad de la educación básica –que involucró a alumnos, docentes y escuelas- para la toma de decisiones, la definición de directrices y programas del sector”.
Solamente a lo que le llaman evaluación a los docentes, a la fecha se han gastado cientos de millones de pesos, todo esto solo para generar intranquilidad, zozobra y amago a miles de maestros y maestras, mismos que lamentablemente piensan que al resultar no idóneos, no son maestros de calidad, término que ni siquiera el INEE ni la SEP han sabido descifrar en sus documentos normativos –no olvidemos que la calidad es una y la cantidad es otra, la SEP solo maneja aspectos cuantitativos, ¿eso será calidad?-; en sí, no se cuenta con la información suficiente, pertinente y confiable que apoye la toma de decisiones. Me parece que todo esto es un abuso de poder, en consecuencia, una violación a las garantías individuales de los docentes; si realizan evaluaciones y no presentan propuestas de mejora, entonces no podemos aseverar que estas evaluaciones realmente son garantía para elevar la calidad educativa.
La SEP ha amenazado con despedir a más de tres mil maestros que no presentaron ninguna etapa del examen y darles una última oportunidad a más de doce mil que están en la misma condición que los tres mil. De llegarse a concretar esta abominable amenaza, la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) también amenaza con intensificar las movilizaciones abanderando la consigna de echar abajo la supuesta reforma educativa, dicha coordinadora coincide en que la reforma educativa es un fracaso rotundo y no tiene viabilidad pedagógica, siendo además un instrumento de la clase política y empresarial para atacar al profesorado (La Jornada; 29/02/16, pág. 16). En esta misma nota, la coordinadora da a conocer una calendarización para diferentes movilizaciones, hasta llegar a una huelga nacional para el primero de mayo del 2016.
Hoy día, existe una campaña de hostigamiento y persecución hacia los docentes que, particularmente no se han “sometido” a las arbitrariedades de las autoridades educativas, sin embargo, el clamor de los docentes disidentes está orientado al repudio por los despidos anunciados y aseveran que con todo y eso, no acudirán a examinarse; este manifiesto lo hacen toda vez que en reiteradas ocasiones dan a saber a la ciudadanía que la reforma educativa es una imposición que tiende a una transformación total de las relaciones laborales y que trastocan la conquista de derechos que durante muchos años han ganado. Cabe aclarar que existen muchos recursos legales a los que recurrirán los docentes en caso de que llegasen a concretar el despido, se prevé que no habrá argumentos y elementos de prueba suficientes por parte de la SEP toda vez que esta ha incumplido también con muchos preceptos que legalmente se encuentran establecidos.
Con la danza de los números al igual que la de los millones, la SEP pretende envolver a los maestros en un romanticismo pedagógico de forma tal que les hacen saber que cuentan con un enorme potencial y que con ello pueden ser mejores en un futuro; por supuesto que esto no es posible toda vez que el desempeño de los docentes no se refleja con solo la aplicación de exámenes, es más, ni siquiera llegan a construir conocimiento, si acaso a adquirir aprendizajes que tal vez no les sean del todo significativos. No son estas condiciones adecuadas para que de una manera artera anuncien los porcentajes que oficialmente han publicado en torno a la idoneidad o no de los maestros, menos aún que lleguen a aseverar que con esos exámenes se puede saber qué competencias desarrollan.
Lo reitero, no es creíble que los resultados obtenidos en la aplicación de los exámenes revelen competencias y conocimientos, esta aseveración la ha hecho una académica de “reconocido” prestigio y que es la Consejera Presidenta del INEE, por consiguiente, no pueden ser estos resultados del todo válidos y confiables. Esta funcionaria indicó además que en los exámenes se aplicaron encuestas de salida en los que participaron diez mil maestros examinados y quienes expresaron opiniones y críticas sobre el proceso. Los resultados se harán públicos en el mes de abril, espero y se reflejen fielmente.
Por último, algo que me llama poderosamente la atención es el cuestionamiento de aquellos maestros que a decir del Secretario de Educación Pública fueron los más destacados del País, incluso se atrevió a aseverar que estos maestros son una luz para un nuevo México además de ser el rostro de la redignificación del magisterio. Estos mentores le replicaron al Secretario diciéndole que en México no hay maestros ni de primera ni de segunda ni de tercera, solo maestros. ■
