19.2 C
Zacatecas
sábado, 4 mayo, 2024
spot_img

30 años de desintegración

Más Leídas

- Publicidad -

Por: CARLOS FLORES* •

La Gualdra 374 / Música

- Publicidad -

 

 

La semana pasada la banda británica The Cure anunció una gira para celebrar 30 años del lanzamiento de su octavo disco: Desintegration, sin duda, uno de los más emblemáticos del grupo y el que lo llevó a estar en los primeros lugares de popularidad con tres de sus sencillos más famosos. El disco fue publicado el 2 mayo de 1989, como antecedente a la década de los 90, cuando yo era apenas un púber de 15 años, por lo que acompañó mis tormentosos años de preparatoria junto con los discos Ten, de Pearl Jam; Nevermind, de Nirvana; y Dust, de Alice in Chains.

No puedo negar que fueron años fabulosos, aunque la depresión me agarrotaba el alma algunas veces y en especial este disco de La Cura hacía que me quisiera ir de viaje al otro mundo de manera anticipada. La primera versión que conseguimos en casa era en casete importado de Norteamérica, que el compadre Joel le trajo a mi padre en unos de sus tantos viajes. No sé si agradecerlo porque traía las letras y ahí empezó el asunto de mi desintegración.

“Creo que es oscuridad y parece como lluvia, dijiste, y el viento está soplando como si fuera el fin del mundo, dijiste”… Esta letra aunada a la música más relajantemente y oscura que hubiera escuchado me atrapó de inmediato: sintetizadores que hacían vibrar el cono de los altavoces por su baja frecuencia, un bajo tumbado y una guitarra quejumbrosa hicieron valer la pena los 5 minutos y quince segundos que duró Plainsong.

Lo que venía a continuación, Pictures of you, era excepcionalmente hermosa, comienza con una batería seca y un bajo melodioso para dar apertura a unas cuerdas terriblemente sutiles, que vendrían a enmarcar la andrógina y dulce voz de Robert Smith, para cantar algo así como “he estado viviendo por tanto tiempo con tus fotografías que casi creo que las fotos son lo único que puedo sentir”. Es una canción larga que se disfruta pese a lo triste que resulta, casi como escuchar las canciones de Vicente Fernández con media botella de tequila encima.

Closedown aparecería en tercer lugar, con un bajo y una percusión que cualquier banda de rock envidaría haber imaginado, simple y perfecta, nos lleva como por una espiral que se hunde ante el lamento de “… e inútilmente, siempre la necesidad de sentir de nuevo la verdadera convicción, algo más que una burla, si tan solo pudiera llenar mi corazón de amor”. Vendrían a continuación otras obras maestras como Fascination Street, Love song, Lullaby, Last dance, Homesick, Desintegration, entre otras y no necesariamente en ese orden.

Hace treinta años The Cure cambió mi forma de escuchar música, hizo que encontrara en ella algo más que el baile, me mostró que también hay poesía, literatura que me permitía identificarme con las bandas que escuchaba. Dejé de ir a la discoteca, ya no tenía sentido bailar y esperar a que de las mil y un canciones que ponía el dj, una o dos fueran increíblemente buenas, mientras que el resto la peor música para escuchar que se hubiera inventado. Larga vida a esta banda, aunque su ex baterista, Andy Anderson, murió precisamente hoy que escribo esta nota: descanse en paz.

 

 

 

 

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -