Autor: Fernando Nájera Ramírez
Residencia: Zacatecas, Zacatecas, México
Imposible amor laceraba
al sentimiento del poeta;
escribir versos no bastaba,
para cerrarse la grieta.
Quiere un completo olvido
de Fuensanta en el corazón;
con un sentimiento reprimido,
caminaba hacia el panteón.
Se dirige a la tumba
de su antaño gran amor.
Se manifiesta la Huesuda;
Velarde tiembla con pavor.
MUERTE:
“Mi figura te espanta,
y la culpa no es tuya,
deja en paz a Fuensanta,
de mi hoz no hay quien huya”.
POETA:
“Deidad del último suspiro,
de las tinieblas coqueta,
arráncalas de mi Fuensanta,
y deja mi aflicción quieta.
MUERTE:
“A los muertos inertes,
a la vida no regreso,
a menos que me tientes
con tu alma o con tu rezo”.
Ante tal contestación,
el poeta se cuestiona,
y con triste entonación,
anuncia su decisión…
La Calavera le cumple,
y le anuncia su hora;
de su amada se despide
y la abraza, y llora.
Todo se vuelve oscuro,
y se extingue la conciencia.
Aquí la Calaca estuvo,
se percibe su esencia…