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lunes, 13 mayo, 2024
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Del 68 a Ayotzinapa, sigue habiendo un gobierno represor: Martín Ornelas

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Por: ALMA RÍOS •

■ “Ahorita está peor la corrupción, se ha recrudecido en estas últimas décadas o años”

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■ “El Estado apuesta todavía a que se olviden los desaparecidos para que todo quede como antes”

A 45 años de ocurrida la masacre estudiantil de 1968, José Manuel Martín Ornelas liga este acontecimiento y sus secuelas, que lograron cimbrar las estructuras del país para convertirlo en otro, con el 26 de septiembre de 2014, el ataque a los normalistas de Ayotzinapa.

Refiere también que justo fue el activismo de los jóvenes implicados en el hecho reciente, que los conminó al secuestro de camiones para participar en la marcha que el 2 de octubre se realiza cada año en la Ciudad de México, pero señala, “lo que ha pasado es que el gobierno sigue siendo represor, un gobierno que no quiere que los estudiantes, que otros sectores del pueblo, se manifiesten, que actúen de manera autónoma”.

Pero existe una diferencia entre los años 60 del siglo pasado y el tercer quinquenio del 21: “ahorita está peor la corrupción, se ha recrudecido en estas últimas décadas o años, está carcomiendo a la sociedad mexicana”.

En coincidencia propone el que ambos movimientos implicaron a estudiantes ligados a las luchas populares, quienes buscaban también solución a sus propios problemas, y por ambas cosas, eran cercanos a la sociedad.

Como otra distinción entre uno y otro, precisa, que el Movimiento del 68 logró cimbrar las estructuras del Estado, mientras que el generado a partir de la masacre de los jóvenes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, aunque también ha movilizado a la sociedad mexicana, no ha logrado tener la misma trascendencia.

Al respecto agrega que “el gobierno le apuesta todavía a que haya olvido, que se olviden los desaparecidos para que todo quede como antes. Y en el 68 se abrió más la brecha para la democracia en México”.

Martín Ornelas, actual docente jubilado de la Universidad Autónoma de Zacatecas, pero que fuera activista estudiantil en los años 70, quiso referirse a la manera en que el Movimiento de 1968 impactó localmente.

Recuerda que en aquel año, la Federación de Estudiantes del Instituto Autónomo de Ciencias estaba controlada por el partido en el poder, el PRI. Por tanto, no hubo reacción desde esta organización en favor de sus pares inscritos en el Movimiento estudiantil.

En un recuento de los meses previos a la masacre ocurrida en Tlatelolco, comenta que fue el 6 de agosto que el director del periódico El Machete, Benjamín Romo Moreno, insertó un volante en la publicación manifestándose en contra de la violación de la autonomía universitaria que había implicado el bazucazo a la puerta de la Preparatoria 1 de la UNAM en la Ciudad de México, ocurrido la madrugada del 30 de julio de 1968.

Esa fue la primera reacción desde Zacatecas a los acontecimientos, misma que reitera, no provino de parte de la Federación de Estudiantes, ni de alguna otra organización estudiantil.

Luego el 12 del mismo mes, Roberto Almanza, director del Instituto de Ciencias, propuso en una reunión se analizaran los acontecimientos del Distrito Federal, para lo que se nombró una comisión investigadora, que nunca funcionó, señala Martín Ornelas.

Fue un grupo de estudiantes encabezado por Arturo Trejo y Luis Medina Lizalde, que colocado en la esquina de las avenidas Hidalgo y la Juárez, repartió posteriormente otro volante, éste en apoyo al Movimiento estudiantil de 1968 y protestando por los acontecimientos del 27 de agosto.

Ese día se había hecho un mitin en el Zócalo de la Ciudad de México convocado por el Consejo General de Huelga. Los jóvenes pretendían permanecer allí durante varios días, “hasta que Díaz Ordaz saliera a dar su informe”, pero al día siguiente fueron desalojados por el Ejército.

El activismo de Trejo, Medina Lizalde y sus compañeros sí provocó una reacción de la Federación de Estudiantes que tenía entonces al frente a Francisco Castro Rentería.

La organización estudiantil publicó un desplegado en medios locales, condenando su acción y señalando como pseudoestudiantes a los que se movilizaban en México.

Pero el asunto no quedó allí, pues el 31 de agosto todos los presidentes de sociedades de alumnos se pronunciaron en condena del citado volante y manifestaron que quienes lo repartían, era un grupo minúsculo.

“Que de hecho era así. No era un movimiento masivo del Instituto, que en ese tiempo todavía no se convertía en universidad”, expuso.

Luego el día 5 de septiembre la prensa local dedicó sus titulares a elogiar la actitud de los estudiantes federalizados, “por no haberse dejado engañar ni conducir en apoyo del Movimiento estudiantil del 68”.

Una disposición del sector joven opuesta a la expresada a nivel nacional, precisa José Manuel Martín Ornelas, donde casi todas las universidades del país se habían pronunciado a favor del mismo, entre ellas Sinaloa y Puebla.

Las repercusiones del Movimiento de 1968 en Zacatecas fueron tardías, agrega. No fue sino hasta 1970 que influyó en un grupo mayor de estudiantes, fundamentalmente de Economía, la Preparatoria y Derecho, donde se encontraba el propio José Manuel Martín.

Trae a la memoria otra vez, que siendo él un estudiante en el Seminario de Guadalupe, se enteró de la masacre estudiantil por la revista ¿Por qué? “A nosotros no nos dejaban oír radio, ni ver televisión, estábamos aislados de la sociedad”.

Los acontecimientos sucedidos en aquellos meses de efervescencia en el activismo estudiantil en Ciudad de México que generaron un movimiento, “vino a sacudirnos a algunos y empezamos a organizarnos y a luchar por nuestras propias demandas y tratar de ganar la Federación de Estudiantes porque estaba en manos de gente que su interés no era apoyar a los estudiantes o resolver sus problemas, sino escalar a un puesto público”.

Antes de este momento, los estudiantes organizados en la Federación se dedicaban a organizar fiestas de graduación, elegir reinas, hacer novatadas, pero entre 1970 y 71, quienes se asumieron como de “izquierda” o pertenecientes a grupos democráticos, ganaron esta representación con René Lara Ramos.

La primera conmemoración de la masacre del 2 de octubre que se realizó en Zacatecas fue en 1972. “Fuimos a una manifestación. Salimos de la Preparatoria número uno y recorrimos las principales calles de la ciudad, terminamos con un mitin en el crucero de las calles Hidalgo y Juárez”.

Empezaron también a generarse vínculos con otras organizaciones estudiantiles de diversos estados de la República, y se consiguieron posteriormente a través del activismo estudiantil una serie de logros.

“Yo considero que el 68 sí nos marcó y no nada más a nosotros” sino a muchos estudiantes a nivel nacional, que se coordinaron y apoyaron, dijo.

Aquí en Zacatecas hubo un Foro de Reforma Universitaria en abril del 71, se derivaron de él cambios en los programas y planes de estudio. Vinieron después otros resultados: más maestros de tiempo completo y medio tiempo, la construcción de laboratorios y talleres, bibliotecas, becas, comedores estudiantiles y casas del estudiante.

La consolidación sindical en gremios de trabajadores y docentes, la incluye también Martín Ornelas como derivada de aquel movimiento.

“Todos los años 70 fueron de actividad política, que también nos hizo reflexionar que era necesario ligarnos a los grupos sociales a los campesinos, obreros, colonos… que era una demanda estudiantil desde el 68. Que no solamente los estudiantes podíamos solos dar una lucha, sino que teníamos que unirnos con sectores de la población para que actuáramos en beneficio tanto de ellos como de los propios universitarios”.

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