Se puede hacer mucho con la diplomacia, pero desde
luego se puede hacer mucho más si la diplomacia
está respaldada por la imparcialidad y la fuerza.
Kofi Annan
En comparecencia ante el senado de la República el canciller Luis Videgaray detalló los encuentros de negociación que tuvo el gobierno de México con el nuevo gobierno de Estado Unidos de Donald Trump. Tras ver un resumen de la comparecencia que duró un aproximado de 5 horas, las preguntas lanzadas principalmente por la oposición fueron preguntas apegadas a un sentimiento nacionalista lastimado tras los ataques, advertencias e insultos lanzados por el neyorquino Trump a nuestro país. Preguntas como: ¿Porque la debilidad en el posicionamiento de México ante Estados Unidos?, ¿Porque la sumisión de la dignidad de los mexicanos?, y ¿Por qué la falta de claridad en las peticiones de nuestro país en materia de migración?, fueron sustancialmente las que conformaron la mayoría de las intervenciones de los senadores en sus cuestionamientos al canciller Videgaray.
Recién tomó posesión Luis Videgaray del cargo de la política exterior de nuestro país, el cargo de canciller de México, tuvo la desafortunada o a la mejor una disfrazada “humildad” pero a la vez una sarcástica cachetada con guante blanco por su parte a sus detractores; la famosa frase: ¡Vengo aprender!, nos asustó a todos, sin embargo, su manera sarcástica de decirlo era una manera que nos decía claramente Videgaray: “si sé de algo, es saber lo que hago”.
Un senado abordado por el sentimiento nacionalista y un canciller firme y claro en su postura, fue lo que conformo la comparecencia el pasado martes, y no me tachen de partidista o peor aun peñista por mis comentarios tan positivos al canciller, sin embargo no me deja de sorprender la astucia con la que el Dr. en economía por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), responde los ataques un poco infundados pero a la vez entendibles por parte de los senadores de oposición principalmente, a los cuales respondió sin titubeos o falta de claridad, el canciller lo dijo muy claro ante una cámara llena: “Las buenas formas de la democracia y diplomacia no deben confundirse con la falta de firmeza”.
Bajo ese mismo tenor y con el mismo temple, el canciller mexicano detallo que el gobierno de México dejó en claro su disposición a seguir con una relación de amplia colaboración, de estrecha comunicación, pero para ello era necesario que sea una relación genuina, de asociación y de diálogo constructivo en la que dejemos atrás las amenazas y los agravios. Dejó en claro su rechazo a cualquier militarización de las operaciones migratorias, así como medidas unilaterales que pretenden deportar a México a ciudadanos de otros países.
La prensa, la clase política, la ciudadanía misma cuestionamos su estrategia en aquella visita incomoda del ahora presidente Donald Trump, sin embargo no magnificamos o no visualizamos un panorama tan adverso como en el que nos encontramos hoy, pero el sí lo hizo, el si aposto por ese panorama adverso, y ahora, es la persona adecuada para sobrellevar esta adversidad. Es tiempo de confiar, respaldar y hasta cierto punto reconocer que nos equivocamos con el canciller Videgaray, existen ocasiones en las que nosotros como ciudadanos debemos aceptar nuestros errores, nosotros nos equivocamos con el canciller al cuestionar su asesoramiento en aquella visita incomoda, ahora es momento de respaldarlo, quizá como aquella vez, esta vez no se equivoque.
Para finalizar:
El canciller Videgaray está en un momento crucial en su carrera político profesional, tras haber sido obligado a renunciar en septiembre pasado a pocos días del encuentro que tuvo el presidente Peña Nieto con Donald Trump, hecho que fue calificado por la clase política y por la ciudadanía como un error, el ahora canciller mexicano recordemos que fue el único que le dio trato de jefe de Estado antes de las elecciones en Estados Unidos el 8 de noviembre a Donald Trump. Nadie culpo a la ex canciller Ruiz Massieu por mantener una estrecha relación con el equipo de Hillary Clinton, sin embargo el presidente EPN no vio mejor movida en su tablero que regresar al Dr. Luis al gabinete.
La buena relación que mantiene el Dr. Videgaray con el yerno de Trump, Jared Kushner, es una luz en la obscuridad de nuestra relación con los Estados Unidos. Aunque muchos senadores se abalanzaron contra la política exterior de EPN, es cierto que la firmeza no se pone en duda anteponiendo la diplomacia que nos caracteriza como país, tampoco la firmeza se pone en duda cuando agotas todas las herramientas posibles para evitar una catástrofe de proporciones mayúsculas que pongan en riesgo la seguridad nacional y la seguridad de nuestros paisanos que siguen de ilegales en aquel país. Es momento de sumarnos con el canciller y su estrategia para seguir evadiendo los fuertes reveses del presidente Trump. “Es momento de mantener la cabeza fría aunque tengamos el corazón ardiendo”. Es momento de dejar diferencias estúpidas y dejar de pensar al menos un momento en 2018. ■
