22.5 C
Zacatecas
viernes, 26 abril, 2024
spot_img

Nuevas tecnologías definen el abandono de La Quemada

Más Leídas

- Publicidad -

Por: Carlos Alberto Torreblanca Padilla •

La Gualdra 378 / Arqueología / Ollin: Memoria en movimiento

- Publicidad -

 

 

La zona arqueológica de La Quemada es un lugar que atrae la atención y admiración debido a la presencia de vestigios que muestran la grandeza que tuvo en el pasado. Sobre su ocupación se había especulado, desde considerarlo como el legendario Chicomoztoc -la mítica ciudad de la peregrinación azteca hacia la ciudad prometida de México Tenochtitlán-, a que fue una ocupación tarasca, capital de la Cultura Chalchihuites o fortaleza tolteca contra los chichimecas.

Las investigaciones arqueológicas comenzaron a principio del siglo XX, continuando distintos investigadores e instituciones, logrando aclarar algunas interrogantes sobre el sitio; sin embargo, aún siguieron otras preguntas por resolver. Una de ellas ha sido definir con claridad los periodos de ocupación prehispánica en el lugar, es decir, en qué año se fundó o comenzó a construir este asentamiento, ¿cuál fue su periodo de auge y en qué año fue abandonado? A través de excavaciones arqueológicas, recuperación de distintos artefactos y métodos de investigación, se ha logrado determinar que La Quemada comenzó a poblarse alrededor del 400 d.C, teniendo un gran auge entre el 600 al 900 d.C y un periodo de decaimiento posterior a este último año.

Para lograr conocer esta fecha los investigadores han empleado distintas técnicas como Carbono 14 e Hidratación de Obsidiana; sin embargo, el periodo de abandono aún quedaba sin aclarar. De esta manera, se han buscado nuevas disciplinas y tecnologías cada vez más sofisticadas para acceder al pasado. En este caso se recurrió al arqueomagnetismo, técnica que estudia la historia del campo magnético, a través de materiales que han sido expuestos al calentamiento en temperaturas mayores de 500°C. Durante este proceso, a los materiales ferrosos se les imprime una dirección e intensidad en el momento del calentamiento y es comparada con un patrón de variación secular existente mediante algoritmos. De esta manera se obtiene una fecha que indica cuando el objeto fue expuesto al calor, siendo así una técnica de fechamiento directo. Es decir, se fecha el último momento en que el objeto estuvo expuesto al calor, aunque se puede haber tenido otros momentos previos. Para ello se emplean pisos, tejas, ladrillos, adobes cocidos, bajareque cocido, hornos, termas, tumbas de incineración, estructuras de combustión, estuco y pintura roja (hematita).

En el caso de La Quemada, se ha señalado que un gran incendio consumió la antigua ciudad siendo abandonada, esta idea surgió cuando vecinos cercanos a las ruinas acudían a ella para extraer piedra y construir sus casas en el siglo XVII; durante estas acciones observaron restos de pisos quemados y vigas incineradas, es decir, huellas del incendio, de ahí que se le denominara al lugar como La Quemada. Esta idea ha prevalecido hasta nuestros días, y a ella se han ido agregando algunas causas de abandono, entre ellas: Pedro Armillas, en la década de los años sesenta del siglo XX, señalaba cambios climáticos en los que las lluvias escasearon, afectando a la actividad agrícola que daba sustento alimenticio a los pobladores generando una revuelta social. En esta misma década el antropólogo norteamericano Phil Weigand recupera un mito huichol, donde se narra que en una ciudad amurallada vivía un gobernante que atacaba a los huicholes y les quitaba el peyote. Los huicholes recurrieron a su dios para que los protegiera, para ello ofrecieron ayunar, rezar y danzar; posteriormente su dios dejó caer un rayo sobre esa ciudad amurallada, creando un gran incendio, motivo por el que fue abandonada.

En recientes trabajos de investigación arqueológica del Centro INAH Zacatecas en el pórtico del Salón de Columnas, se descubrieron restos de pisos quemados, por lo que se determinó, con base a las interrogantes en torno al gran incendio que generó el abandono, solicitar el análisis de los mismos al Servicio Nacional de Arqueomagnétismo del Instituto de Geofísica de la UNAM campus Morelia, así como de otros vestigios recuperados en la cima del cerro en un espacio arquitectónico conocido como Plaza de los Sacrificios y un pasillo cercano.

Con base a lo anterior, se logró identificar que hubo un incendio en la cima del cerro, entorno a la Plaza de los Sacrificios, entre los años 854 y 968 d.C; posteriormente hubo otro incendio entre los años 1018 y 1163 d.C., en la parte baja del cerro, donde se encuentra el Salón de Columnas. Lo anterior permitió inferir un proceso gradual de abandono. Es decir, se comenzó a desocupar la cima del cerro, para sólo poblar la parte baja, la cual finalmente se deja, volviendo a incendiar este último espacio para abandonar la ciudad.

Aún no es claro qué factores provocaron su abandono; quedan abiertas las interrogantes sobre las posibles causas sociales o económicas de cuando la autoridad pierde poder y asume el control del asentamiento un grupo distinto, el cual no logra consolidar su hegemonía y finalmente abandona el lugar.

 

 

*Sección de Arqueología del Centro INAH Zacatecas.

 

 

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -