“Albricias!: Ya no sólo nos asaltará Pemex en las gasolinerías. Ahí vienen la Sell, Exxon, BP, Total, Elf. Todas a reforzar sus ganancias a costillas de nuestra estupidez” (La Jornada 23 de febrero 2016 en Rayuela)
Estupidez, que es la torpeza notable en comprender las cosas, es un término fuerte, ofensivo, de poco uso en medios pero necesario cuando se trata de resaltar una actitud de poca inteligencia. La metáfora es clara: es la estupidez en la política del gobierno de Peña Nieto, quien el lunes de la semana que termina acudió a la ciudad norteamericana de Houston, Texas, para entregar a aquel país nuestra riqueza petrolera, para dar el banderazo a la importación libre de gasolina y diésel a México a partir del mes de abril de este año.
Ante empresarios norteamericanos, Peña Nieto informó que su gobierno tomó la decisión de no esperar hasta 2017 para que petroleras distintas a Pemex puedan importar gasolina y diesel. “Quiero anunciar que vamos a adelantar esta apertura” dijo.
Anunció otras dos acciones en la aplicación de su reforma energética: la licitación para la exploración y explotación de hidrocarburos. En diciembre las de yacimientos en aguas profundas en el Golfo de México. Y la emisión de la convocatoria de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para la participación privada en la primera línea de transmisión de energía. Obviamente que el gobernador de Texas agradeció a Peña Nieto (quien posó con la bandera norteamericana atrás y una sonrisa que aplica la palabra comentada o ¿sardónica?).
Otra estupidez del Gobierno Federal la podemos encontrar en el asunto de la petición de la Secretaría de Estado norteamericana para la extradición del “Chapo” Guzmán. La Procuraduría General de la República agiliza los trámites y la Secretaría de Relaciones Exteriores a cargo de la sobrina de Carlos Salinas, Claudia Ruiz Massieu Salinas de Gortari, se muestra dispuesta a la colaboración internacional.
Y, ¿para qué quiere el gobierno de los Estados Unidos la extradición del “Chapo? ¿Será que los gringos son muy justicieros? No. Lo que sucede es que el Sistema de Justicia Penal de los Estados unidos (ahora copiado e importado por México) es proclive a la negociación, está hecho para la negociación de la justicia: Delito sanción y acuerdos para la reparación del daño.
La fórmula es simple: “El Chapo” se declara culpable y ofrece y se obliga a pagar la reparación del daño a cambio de una sanción prácticamente simbólica o al reconocimiento como testigo protegido y, ¿para cuánto le gusta la reparación del daño estimado lector? ¿500 mil millones de dólares? ¿o cuánto más? ( según CNN, El Chapo “tiene una fortuna que alcanza los 1,000 mdd, según los últimos datos disponibles.”). Bueno pues esas cantidades son las que perderíamos por el entreguismo de nuestro Gobierno Federal a los dictados del gobierno norteamericano.
Nuestro procedimiento penal es copia del sistema gringo. Ya nos lo impusieron. Vamos aprovechándolo. Que “El Chapo” sea juzgado en México (como corresponde en estricto derecho) que se declare culpable y pague a México la reparación del daño.
La tercera muestra de estupidez es la que tiene que ver con la despenalización del cannabis o marihuana.
Como sabemos, la “planta más extraordinaria del mundo”, como le llama Rowan Robinson en su obra “El gran libro del cannabis”, tiene tres aplicaciones o usos de importancia:
El uso lúdico que es el más conocido y en la realidad el uso de menor importancia social, el de recreación a partir del consumo inhalado del tetrahidrocannabinol que es el elemento activo de la droga y que se constituye en fuerte psicotrópico. Tan usado en los Estados Unidos que hizo decir a Eduardo Galeano, “los gringos ponen la nariz y nosotros ponemos los muertos”.
El uso médico, demostrado en casos de epilepsia al disminuir los espasmos, en asma, para dolor de articulaciones y cáncer, además de otros padecimientos.
La tercera aplicación en la industria del hilo de cáñamo, útil por su consistencia para la elaboración de pantalones, mochilas, lonas, casas de campaña, tenis etc.
El gobierno ha convocado a la realización de foros exclusivamente para discutir el uso lúdico o recreativo de la cannabis, ante la mirada de satisfacción del gobierno norteamericano, que al parecer no “autoriza “al gobierno de Peña Nieto entrar al debate sobre los usos sociales de la planta. En Oakland, California, desde hace muchos años se instaló la Universidad de la Marihuana que analiza las tres aplicaciones: lúdica, médica e industrial.
La empresa Du Pont domina en el vecino país el mercado petroquímico y la fabricación de productos con cáñamo del cannabis, importando de China miles de metros de tela derivado de la planta.
México no tiene la autorización de los Estados Unidos para entrar al mercado industrial con lo pierde miles de millones de dólares. ¿Es o no es una sumisión estúpida?
27 de febrero de 2016 ■
