¿ Qué representa Juan Pablo segundo en la historia reciente de la Iglesia y de la sociedad mundial? Si recorremos la biografía y el propio papado de Wojtyla nos encontramos con una línea de vida nada lineal. En su juventud y primeros cargos de responsabilidad su contacto con la poesía, el deporte y las nuevas escuelas de renovación teológica, que fueron atacadas desde su nacimiento en la década de los 50 observamos una gran vitalidad del obispo de Cracovia. Y con esto último lo vemos enfrentado y preocupado, desde Polonia, con los regímenes totalitarios del bloque del Pacto de Varsovia y la URSS en lo particular. Así las cosas, se le vio al entonces obispo polaco apoyando grupos sindicales libertarios. Una vez asumido el papado, abrió la discusión del diálogo interreligioso, lo cual significó el enfrentamiento con las expresiones integristas que deseaban seguir abanderando la doctrina de “sólo dentro de la iglesia hay salvación”. Sin embargo, al pasar algunos años de su gobierno, el aire de renovación se apagó. La Curia romana capturó al carismático papa polaco y lo replegó a sus filas. Y en seguida, los mejores representantes de la renovación teológica, como Hans Küng, González Faus, y los creativos teólogos latinoamericanos fueron callados, separados de las aulas de las escuelas de teología, y sumados al index negro.
Pero además, la persecución de la iglesia popular en América Latina fue inclemente y despiadada. Los grupos conservadores se adueñaron de las posiciones de conducción en la jerarquía. Especialmente el Opus Dei (llenos de franquistas españoles) y los mexicanos Legionarios de Cristo. El poder económico de estos últimos fue de tal magnitud, que eso hizo que el Papa sabiendo de las monstruosas irregularidades de esta congregación, fueron protegidos. Acontecimientos internos de la iglesia que tuvieron su necesario impacto social: el avance de las derechas, especialmente en México. Y todo eso significó una cosa: el empoderamiento de los ricos, y el retardo de las fuerzas sociales populares. También negadas las expresiones progresistas, como el reconocimiento de los derechos de las minorías, como las de equidad de género, homosexuales y familias diversas.
Con todo lo dicho, ¿qué hace de Juan Pablo segundo un ejemplo, como lo dice la idea de santidad? El manejo mediático de la imagen de Wojtyla, basado en la dulzura y mirada celestial. Y por ello, el fundamento de su proyecto de canonización fue la realización de supuestos Milagros, no la reivindicación de su ejemplo, el cual estaba profundamente cuestionado por la protección que propició a los abusos de pederastia a la Legión. Así, por ello, queda muy cuestionado también el proceso mismo de canonización (como de rayo). En suma, desde la crítica ilustrada, no compartimos la ola de arrastre mediático para hacer de México una sola voz de porras a Carol Wojtyla y por los mismos motivos que hacemos crítica a Juan Pablo Segundo, es que nos parece renovador y aire fresco para la iglesia y sociedad mundial contemporánea el actual papado de Francisco.
