■ “Los habitantes del Nuevo Salaverna acordaron que se cambiarán los artículos”, señala
■ El 97% de los pobladores está de acuerdo con la llegada de la empresa minera: Noriega
El obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, dijo desconocer el acuerdo con los habitantes de Salaverna y el ayuntamiento de Mazapil, respecto a resguardar las imágenes religiosas de la capilla para colocarlas en una nueva, y no trasladarlas a La Nueva Salaverna, como lo expuso a este diario Roberto de la Rosa, delegado de la localidad.
Los habitantes de esta nueva colonia renunciaron a todo lo que tenía que ver con la localidad. Sin embargo, días atrás, durante las fiestas patronales de aquel municipio, el obispo y el párroco de la iglesia llevaron las imágenes a la Nueva Salaverna. El obispo mencionó que el acuerdo sólo lo conoció de “oídos”, y no hubo ningún convenio por escrito.
Explicó que se tuvo una reunión con los pobladores del Nuevo Salaverna el pasado día 7, a las 9:30 horas, y los habitantes de ese lugar decidieron que se cambiarán las imágenes. Dijo que los habitantes del antiguo Salaverna, llegaron a las 11:30 y hubo cerrazón de ellos para entablar el diálogo.
“Cada quien interpreta las cosas de acuerdo a su conveniencia, estas personas no se presentaron, llegaron cuando ya veníamos. Se dedicaron a hablar, hablar y hablar, y quedamos en eso, las imágenes son propiedad del pueblo y el pueblo decidió que estuvieran en el nuevo templo”, dijo el obispo.
Noriega dijo no saber cuántas piezas serán las que se llevarán a la nueva colonia, aunque se tiene un inventario, y sólo resta un par de campanas por quitar. Señaló que el tema se ha politizado, y que la postura de la Iglesia ha sido imparcial, pues ni está del lado de la empresa, ni de los pobladores afectados que se resisten a dejar sus tierras.
Respecto al desalojo de los habitantes de sus tierras por la llegada de una empresa minera, el obispo mencionó que 97 por ciento de los habitantes están de acuerdo y comparó los beneficios que deja una mina con el de una presa.
“A veces son empresas, y otras veces presas, cuando se busca el bien general hay que sacrificar algo, se ha buscado el consenso mayoritario, pero con quienes no compartimos la urgencia, no es cuestión de la empresa o de la Iglesia, sino de sentido común porque están en un lugar con muchos riesgos”, finalizó.
