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viernes, 26 abril, 2024
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Sobre las acciones del Spauaz ante la problemática de la seguridad social

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Por: JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ SUÁREZ •

No se trata de ser omisos ante el rumbo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), pero debe tenerse claro que la función del Sindicato del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (Spauaz) es defender y salvaguardar los derechos de sus integrantes. La figura que debe proteger a la Universidad en general está en otra parte.

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Al haberse impulsado el crecimiento de la UAZ soportado en el no pago de la seguridad social de los académicos y trabajadores, con la perspectiva de que la problemática que se generaba sería fácilmente resuelta por el Estado, y después llamarse a la unidad en defensa de la universidad pública, queda la impresión de que se cayó en la trampa de Gobierno federal.

Las cosas no están resultando en absoluto fáciles, de entrada ya se está pidiendo movilizarse, cuando que las orientaciones anteriores fueron hacia la desmovilización. También se pretende unidad pero se critica la denuncia penal porque no resuelve la insuficiencia financiera. Es verdad, ya que no es para eso, sino para que se pague a los maestros los adeudos relacionados a los componentes de la seguridad social y se haga efectivo ese derecho. Nadie argumenta en contra de que debe lucharse por la suficiencia del subsidio de la Universidad, el Spauaz debe colaborar en ello, pero debe ser siempre y en todo momento, sin imponer condiciones a los maestros sobre un problema que ellos no provocaron.

Por otra parte, si algo nos ha caracterizado como universitarios es la falta de unidad, en buena medida como un reflejo de la sociedad en la cual estamos inmersos. Además, la división se promovió desde el Gobierno federal, con la implantación del modelo de la SEP en la educación superior, que aumentó la desigualdad entre los maestros y provocó la formación, con la anuencia interna, de una especie de oligarquía universitaria reacia a que ahí se racionalice y en cambio funciona como estructura de control y apuesta, por su propia naturaleza, al inmovilismo de los maestros. ¿Puede unificarse bajo esas condiciones? ¿Los privilegios, que continúan indemnes, pueden justificarse ante la sociedad y el resto de los universitarios? Hay que buscar la unidad, de acuerdo, pero se deben dar pruebas claras de efectivamente querer construirla.

Sin embargo, en el supuesto de lograrse dicha unidad para movilizarse y exigir a Gobierno federal más subsidio, ¿cuándo éste ha dado algo a cambio de nada? Recuérdese los costos de las anteriores restructuraciones. Por tanto, no debe extrañarnos que vaya a cuestionarse el CCT. Es muy fácil llamar a movilizarse cuando que ya se ha develado las dimensiones del problema, pero ¿estamos conscientes de lo que eso implica? ¿Pueden los universitarios movilizarse cuando no se han preparado para ello y antes más bien la apuesta fue por la desmovilización? ¿Los conflictos que están enfrentando los maestros de la CNTE ante la sociedad y el gobierno no nos dicen nada acerca del reto que implica la movilización?

Presentar la denuncia fue una decisión de la Coordinadora de Delegados, y va contra quien resulte responsable en términos de ley, desde funcionarios universitarios hasta funcionarios federales de la Secretaría de Hacienda y del ISSSTE, porque fueron omisos ante la problemática del no pago y permitieron que creciera. Pero nadie está obligado a firmarla. Creer que es un engaño y ajuste de cuentas entre grupos políticos es querer minimizar el problema, es desviar la atención del gran reto que tenemos en este momento como maestros y trabajadores universitarios y negar una desagradable realidad. La denuncia es un instrumento concreto ante la tormenta que se avecina y sobre lo cual no ha habido otras propuestas. La vía judicial no puede ser descartada como un instrumento de defensa bajo el temor de que se violenta la autonomía, la cual, probablemente mal interpretada, no nos libró de la trampa. La historia de las luchas internas da razón para ser recelosos respecto a manipulaciones y oportunismos políticos, pero analícese cuidadosamente el asunto y se verá que más allá de eso tenemos un problema real que no deja de crecer.

Hasta el tanto los ambiguos llamados a la unidad y a movilizarse no movilicen, se debe apostar por la vía de la política y de la defensa de la universidad pública, de su importancia económica, social y cultural en el estado, pero no se debe descartar otros instrumentos a nuestro alcance, como la vía judicial, que está dejando claro que los maestros no provocaron el problema y por tanto su solución no debe ser a costa de atropellar sus derechos, bajo el argumento de un problema “estructural” que exime de responsabilidades internas y las traslada hacia afuera, como si el Estado estuviera dispuesto a asumirlas gratuitamente. Debe buscarse la unidad, pero teniendo claro que las causas de las divisiones actuales le fueron impuestas a los maestros, y no debe ocurrir, como suele pasar en este país, que el que no la hizo la pague. ■

  • Delegado Sindical de Ciencias Sociales, UAZ
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