■ Ojalá sirva la experiencia de Michoacán para que no suceda lo mismo en Zacatecas, señala
■ Erradicación de la corrupción e impunidad en los tres niveles de gobierno, la solución, dice
“Ojalá la experiencia de Michoacán sirva para que en Zacatecas no se dé un proceso de esas dimensiones y se tomen medidas preventivas. Hay que estar observando a los políticos, a los partidos, a los gobernantes” y sobre todo, conocer los antecedentes de los personajes que pretenden ocupar un cargo público, advierte Guillermo Villegas Uribe, profesor investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Además de requisitos de Ley, exigibles a quienes aspiran a convertirse en funcionarios públicos, aconsejó atender cuando la gente los señala como delincuentes, “porque la gente en los pueblos sabe. Por eso los pudieron sacar (de Michoacán), porque sabían quiénes eran”, agregó.
El académico participó ayer en el 37 Encuentro de la Red Nacional de Investigación Urbana Seguridad humana y desarrollo en las ciudades, que tuvo como sede la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
En este contexto abordó el caso de los grupos de autodefensa y guardias comunitarias, surgidos en Michoacán “como una reacción ciudadana de defensa propia y supervivencia de sociedades locales ante la incapacidad de los órganos del Estado para enfrentar eficazmente a la delincuencia organizada, donde además, abundan evidencias de la complicidad de numerosos funcionarios”.
En 2001, expuso, el brazo armado del Cártel del Golfo, Los Zetas, se hicieron del control del territorio de aquel estado, para luego ser sucedidos en el mismo por La Familia Michoacana, que se presentó ante la sociedad con “un discurso religioso moral y de radicalismo social con el que buscaban justificar sus acciones delictivas y atraer el apoyo popular”.
A la muerte de su líder máximo, Nazario Moreno González, alias El Chayo, también apodado El Más Loco, “pues combinaba sus decisiones y actos criminales con una doctrina pseudocristiana de liberación espiritual, superación personal y servicio a los demás”, vino una escisión del grupo y el surgimiento de su antagónico y sucesor, Los Caballeros Templarios, ahora liderados por Servando Gómez Martínez, La Tuta, aún prófugo.
Este proceso de sucesiones delincuenciales ha dejado cientos de muertos y ha afectado profundamente la vida social y económica de Michoacán.
Luego de la aparición en febrero de 2013 de las autodefensas y hace dos años de los guardias comunitarios en localidades como Cherán, quienes lograron hacer disminuir la actividad delincuencial, y tras haber sido cooptados estos grupos por Gobierno Federal y encarcelados aquellos que no aceptaron este trato, como Manuel Mireles, y asimismo, suplantado Gobierno estatal por una comisión encabezada por Alfredo Castillo, Michoacán actualmente se encuentra convertido, dijo, en un laboratorio social “sembrado de riesgos e incertidumbre”.
Por todo ello afirmó, la solución para la inseguridad provocada por el crimen organizado no es la formación de grupos de autodefensa o policías comunitarias sino la erradicación de la corrupción y la impunidad en los tres niveles de gobierno.
Evitar la colusión entre el poder político y el crimen organizado debe ser el objetivo, y para ello hace falta, expuso, se tenga excesiva vigilancia en los partidos políticos acerca de quienes postulan y cómo se financian las campañas electorales, “pues es evidente que han estado postulando gente vinculada a los cárteles”.
La vigilancia en prevención de estos fenómenos expuestos recientemente en su manera más cruda en el asesinato y desaparición de estudiantes de Ayotzinapa en el estado de Guerrero, es necesario para que el Estado recupere una de sus funciones primordiales, “la garantía de la seguridad pública”.
Su comentario a la declaración de Omar García, estudiante de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, ofrecida en el programa de radio de Carmen Aristegui en Noticias MVS, en que el joven anunció como una de las siguientes acciones en reclamo de la aparición de sus compañeros, la próxima celebración de una caravana por todo el país, fue señalar que “se avecinan más protestas nacionales e internacionales”.
“Tenemos que participar los ciudadanos para poder hacer este gran proyecto, que realmente el Estado se limpie y ojalá que este movimiento estudiantil sea un motor. Ojalá resurja la participación de la sociedad civil. Creo que sólo así podremos avanzar para que el Estado se recomponga”, dijo.
