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sábado, 4 mayo, 2024
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El primer ensayo de municipalización de la instrucción primaria en Zacatecas

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT • admin-zenda • Admin •

(Segunda de dos partes)

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En relación con la instrucción de la primera enseñanza en Zacatecas, a lo largo del siglo XVIII, hasta la reapertura del Colegio seminario San Luis Gonzaga en 1785, los documentos de archivo sólo mencionan de manera general la existencia de escuelas de primeras letras anexas al Colegio Grande. A su vez, se desconocen los nombres de los preceptores que estuvieron al frente de las mismas. De igual forma, los alumnos que asistían a ellas, el horario y método de trabajo en que tomaban clases. También se desconocen las casas y sitios de la fábrica material o establecimientos en donde operaban. Sin embargo, de lo que sí existe constancia es un antecedente remoto: en noviembre de 1678, el padre Bartolomé de Cuellar, rector por entonces del Colegio jesuita, solicitó al Ayuntamiento de la ciudad  se le hiciera merced de un sitio realengo, propiedad de la corona española y por lo tanto, sin un vecino como dueño que lo reclamara, ubicado entre la calle de la portería y las casas de Bermúdez y de Francisco de Bonilla, “para que su procedido se gaste en las cartillas para la escuela que pone dicho colegio dentro de él”. A esta solicitud del prelado se le dio una respuesta favorable. De la petición del padre Cuellar y la alusión a las cartillas, material utilizado sólo en las escuelas elementales, podemos inferir que   la escuela de primeras letras atendida por los regulares de la Compañía, siempre existió como parte de su colegio. Un siglo después, tras el extrañamiento de la orden ignaciana la Junta Provincial de Temporalidades se haría cargo de los bienes que habían pertenecido a los regulares de la Compañía.

La enseñanza impartida en las escuelas de primeras letras   administradas por el municipio a partir de 1785, forma parte del proceso de la municipalización de la enseñanza primaria que se prolongara hasta el siglo XIX y representa quizá el antecedente más remoto de la secularización de la primera enseñanza sobre el que tenemos noticia para el caso de Zacatecas. Lo que no significa que tanto en la capital de la provincia como en otros pueblos y reales de minas no hubiera escuelas particulares o parroquiales, muchas de las cuales se habían establecido como instituciones piadosas. En lo que podríamos llamar el proceso de transición hacia la secularización de la instrucción pública, al no estar ya lo jesuitas, éste ocurrió cuando el municipio asumió la vigilancia de las escuelas con un vice patronato como órgano sancionador del ingreso de los maestros, que a diferencia de antes en que solo los regulares de la Compañía podían enseñar, a partir de la reapertura del Colegio Seminario los preceptores pasaron a ser laicos y sacerdotes del clero secular.

Ya en la víspera del establecimiento del sistema de intendencias, en acatamiento del acuerdo de la Real Junta Superior de Aplicaciones del 17 de diciembre de 1784,1  la reapertura de la institución de enseñanza que había pertenecido a los Jesuitas, con el nombre de Real Colegio de San Luis Gonzaga y que en lo sucesivo sería administrada por el ayuntamiento de Zacatecas, ocurrió el 25 de marzo de 1785. Ese mismo día tomaron posesión de su empleo: Joseph Manuel de Silva, como Rector; el Bachiller Joseph Mariano Bezanilla, para catedrático de teología moral y escolástica; el licenciado don Pedro Sánchez Meza en filosofía; don Francisco Mariano Castañeda y don Francisco Rodríguez como catedráticos de latinidad. El Rector tendría un sueldo anual de 500 pesos y los catedráticos de 300. Con la reapertura del Colegio también se contrataron dos maestros de primeras letras.

El 16 de marzo del mismo año de la reapertura dieron comienzo las clases a excepción de filosofía cuyo curso comenzó hasta el 18 de octubre, de acuerdo a las constituciones de San Ildefonso. Como un dato adicional, el traje de los colegiales era igual al que portaban los escolares de aquel colegio de la ciudad de México. Por su parte, los pensionistas que no tenían beca de merced, pagaban 100 pesos de colegiatura; si bien era mayor el número de colegiales que contaban con becas reales. Por entonces los fondos del colegio ascendían a 200 mil pesos, mismos que manejaba la Real Junta Superior de Aplicaciones, o Temporalidades. Con la reapertura del Colegio San Luis Gonzaga se erigieron además dos escuelas de primeras letras, “con el Pre (sic) de que se enseñe a leer, escribir y toda aritmética”.2  Con estos establecimientos bajo la administración del Ayuntamiento de la capital de la intendencia, arranca propiamente el proceso de municipalización y secularización de la enseñanza que se extenderá a lo largo del siguiente siglo. Dicho proceso consistió en sus inicios en que dichas escuelas dejaron de ser administradas por el clero, tomándolas bajo su custodia el ayuntamiento de la ciudad de Zacatecas, no obstante que algunos de sus maestros siguieron siendo sacerdotes seculares. A instancias del Ayuntamiento, argumentando lo “notoriamente basto del vecindario”, en el acuerdo que determinó abrir las dos escuelas de primeras letras, estas se ubicarían en los lugares que “le parecieran proporcionados”. Tanto a los maestros de las cátedras del seminario como a los preceptores de primeras letras debería de nombrarlos el vice patronato dependiente de la audiencia de Guadalajara, que, para el caso a propuesta del mismo órgano municipal, previos exámenes de los opositores interesados deberían ocupar las plazas respectivas.3  La injerencia de la Iglesia obedecía al hecho de que el sostenimiento de las escuelas y el pago de los maestros dependieron de los caudales dejados por los jesuitas.

Aquí cabe hacer mención que en el ínterin entre la expulsión de los regulares de la Compañía y el momento en que el Ayuntamiento se hizo cargo de las dos escuelas de primeras letras, la enseñanza y administración del templo exjesuita estuvo bajo el cargo de los dominicos y bajo la supervisión de la Junta Provincial de Temporalidades a partir de 1784. Pero, la llamada Orden de los predicadores sólo estuvo al frente del mismo escasamente año y medio, hasta diciembre de 1785, cuando se tomó el acuerdo de la reapertura del Colegio seminario. Su convento les había sido permutado por el templo, incluidos sus ornamentos, casa residencia y colegio que había pertenecido a los regulares de la Compañía de Jesús. A partir de entonces se va a dar la participación del Ayuntamiento de manera directa como administrador de los bienes del ex Colegio Grande y a su vez beneficiario de las rentas de los caudales que habían sido de los jesuitas. El Colegio y con él las dos escuelas de las que dependía económicamente estuvieron administrados y vigilados por el vice patronato dependiente de la Audiencia de Guadalajara, aunque era el Ayuntamiento de la ciudad quien se responsabilizó de su observancia cercana.4

Con las dos escuelas municipales de la ciudad de Zacatecas que se abrieron con la reapertura del San Luis Gonzaga se buscó la obligatoriedad en la asistencia de los niños y en alguna medida la instrucción fue gratuita, sobre todo para aquellos cuyos padres eran de una notoria pobreza. Estas escuelas se mantuvieron hasta la apertura de la Normal lancasteriana en 1826, cuando se integraron a ésta. La municipalización de la primera enseñanza que arranca en el periodo borbónico continuo en el México independiente. Los municipios y vecinos con sus aportaciones al lado de los fondos públicos estatales se encargaron de establecer escuelas, pagar a sus maestros y vigilar que acudieran a dar sus clases. ■

 

Referencias.

(Endnotes)

1 El 12 de enero de 1785, José Manuel de la Sierra, que a la sazón fungía como abogado de la Real Audiencia de México y Secretario de las Reales Juntas Superiores de Temporalidades entre otros de los cargos que ocupaba, envió al rey don Carlos IV de España, el acuerdo referido. Véase ARHZ. C. 13, carpeta 1, Zacatecas, 26 de agosto de 1789.

2 AHEZ. Hemeroteca, La Gaceta de México, 1 de septiembre de 1786, Vol. II, Núm. 18, pp. 201-203. citado en El Pregonero, órgano de difusión del AHEZ, Zacatecas, junio, 1994, año 3, Núm. 9, p. 3.

3 ARHZ. C. 13, carpeta 1, 26 de agosto de 1789.

4 Véase al respecto el documento: AHEZ, Fondo Ayuntamiento, serie enseñanza, “Legajo perteneciente al Colegio seminario de San Luis Gonzaga, sobre su apertura, constituciones para el gobierno interior y exámenes de oposición de los primeros maestros”, c. 1, fs. 22-26. Este acontecimiento también es abordado por Rosalina Ríos Zúñiga, en su obra, Educación y Transición en Zacatecas, de la colonia al México independiente (1754-1854), tesis de maestría, UNAM, 1995, p. 37. (trabajo que posteriormente sería publicado como libro).

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