En México, el cambio de régimen es verdadero. Quienes han creído que fue sólo eslogan electoral se han equivocado. El grueso de la clase política tradicional se nos muestra sin compromiso con la sociedad, sólo parasitan mientras viven cómodamente del recurso social sin evidenciar contribución alguna al desarrollo y/o al bienestar.
Se han quedado dormidos en sus laureles. Vegetan sin propuesta alguna porque la oligarquía económica internacional y sus conexos nacionales, los ocupaban inútiles: Hasta para pensar. En la fase neoliberal, se les dicta todo y para eso se les soborna. Se han prostituido y todo lo hacen por dinero, nada por amor al pueblo que les dio su voto, ése también lo compran.
Para entender el México que emerge, de entre el cochinero de la corrupción, no hay que dejar de lado fases y contextos. Tampoco deben verse inconexos los acontecimientos. Es el caso de la crisis del neoliberalismo desde antes de la pandemia y que por ella se agudizó y está al rojo vivo con el conflicto Rusia-Ucrania.
Tampoco puede entenderse nuestra realidad separando lo económico-político y viceversa. Ni de los cambios de información, comunicación y conocimiento que el pueblo obtiene.
Muchos hechos se ocultaban, o se justificaban, por los monopolios de la comunicación. Los presidentes eran tan custodiados por el Estado Mayor Presidencial que era casi imposible saludarlos y más entrevistarlos. Ahora, se le puede ver a diario sin libreto, maquillaje, asesores. Se le cuestiona, criticar, aún sin razón y a nadie se le persigue.
La discusión social tan amplia a la reforma energética, puso en entredicho el nivel de prostitución política de gran parte de la clase política. Ha privilegiado su amor al dinero extranjero por sobre el amor al pueblo, al que despojan de bienes nacionales para entregárselos a los neocolonizantes. Ya se sabía. Iberdrola entregó millonarios sobornos al PRIANRD. Por eso encarcelaron a Lozoya y el panista Ricardo Anaya anda prófugo.
El cambio es verdadero. El pueblo ha entendido. Lo dicen las encuestas. La parte conservadora de la clase política (la Derecha Corrupta de México) votó porque suban las tarifas de la energía eléctrica que laceran la economía.
Obviamente alegaron que era para ayudar, pero ya se les conoce la facilidad para mentir. Por ejemplo: llaman energía sucia (hidroelectricidad de la CFE) a la energía limpia y, a la que verdaderamente es contaminante (la de Carbón, combustóleo o ciclo combinado de las transnacionales) le llaman limpia.
También mienten al decir que siendo el servicio eléctrico una MERCANCÍA (cuyo propósito es la ganancia y no el bienestar social) en manos de extranjeros puede bajar el precio. Por el contrario, sostienen que siendo UN SERVICIO, en manos del Estado su tendencia sería al alza.
La consulta sobre la Revocación del Mandato es otra prueba de fuego que no despertó a la parte conservadora de la clase política, en la que se incluye al Tribunal Federal Electoral y a la burocracia del INE. Imposibilitados para pensar y forjar una alternativa. Sólo se activan, una y otra vez, a estar en contra, mientras el pueblo los vé como nunca antes y nuestro presidente se coloca como el precursor en activo de la Revocación de Mandato en nuestro país.
Criticaron que se trataba de un capricho personal, nacido del ego de nuestro presidente y que tendría un elevado costo presupuestario. Creen que olvidamos que el presidente propuso que la consulta se hiciera el año pasado durante las elecciones federales para evitar costos onerosos, pero el chiste es estar en contra de todo.
Pero esa clase política parasitaria, corrupta, ineficiente, entreguista con el extranjero y traidora a la patria volverá a tragarse sus mentiras con la nueva iniciativa de reforma política y electoral en la que se contempla retirar el financiamiento que, mes con mes, se da a los partidos políticos para tener una burocracia partidista garrapatera, que no contribuye a nada en el país.
Y aún más, se pretende que ya no tengamos como diputados o senadores a tanta lacra que pocos quieren en la política. Pero como son las “garrapatas políticas” de los partidos, dan vuelta de cargo en cargo. Se trata de que ya no existan esos plurinominales. Y como tampoco habría para mantener a los partidos, no tiene por qué haber para la compra de votos.
La gran pregunta es: si la oposición rastrera ha dicho que se gasta en una consulta, que en nuestros tiempos actuales es ya necesaria. ¿Qué va a decir de ahorrarnos miles de millones de pesos que nos cuestan para mantenerlos? Entonces está claro: es una clase política que, además de mediocre y corrupta viven de la prostitución política y no del amor al pueblo de México.
