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domingo, 5 mayo, 2024
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Fortuito: El otro lado de la criminalización del aborto en México

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Por: ÓSCAR GARDUÑO NÁJERA •

Tras de unos algunos datos que solicitó a través de correos electrónicos, llamadas telefónicas. Fueron las primeras pistas tras de bambalinas de lo que iba a significar una injusta obra cometida contra cientos de mujeres. Luego a ella, a Luciana Wainer, le llegaron muchas preguntas y pocas, muy pocas respuestas: un mar de pocas respuestas. ¿Por dónde iban las preguntas?: mujeres que habían estado en la cárcel condenadas con sentencias severas de varios años por abortar en aquellos estados del país donde aún está prohibido el aborto. De eso va “Fortuito: El otro lado de la criminalización del aborto en México” (Grijalbo, 2024) de la periodista Luciana Wainer, esta es la charla que tuve con ella, aquí Luciana nos da detalles de un libro que es puntual en la información que proporciona y que, además, y es un detalle que se agradece en libros de este tipo, tiene una muy buena y certera narrativa.  

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¿Me gustaría saber cómo das este salto de estar en televisión, de dar las noticias, a llegar al tema que toca “Fortuito: El otro lado de la criminalización del aborto en México”, a los abortos que son clasificados como homicidios? 

“Creo que la televisión es una herramienta periodística como otras tantas, tiene, claro, sus características muy particulares, en eso estamos de acuerdo, pero el tema de los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres me ha interesado desde siempre, y el tema en particular de “Fortuito: El otro lado de la criminalización del aborto en México” llega a partir de mi tesis de maestría en el CIDE de periodismo sobre políticas públicas. 

¿Ya desde ese momento tenías claro el panorama?

“Sabía que quería hablar de los derechos reproductivos, pero lo que no sabía era por dónde entrarle, y al principio empecé a investigar y a mandar solicitudes de información; y en mi imaginario había miles de mujeres sentenciadas y encarceladas por el delito de aborto, y de repente, cuando me empiezan a contestar las solicitudes de información, pues comprobé que en realidad había pocos casos y que eran más los hombres que las mujeres los que estaban encarcelados por el delito de aborto”.  

¿Cómo se da eso?

“Por parte del personal de la salud que había realizado abortos o el caso de hombres que habían asesinado a mujeres embarazadas y que estaban preseos por un doble delito: feminicidio u homicidio y aborto. Sin embargo, en una de esas me encuentro con Verónica Cruz, que es una activista de Guanajuato, directora de ‘Las Libres’ (‘organización feminista fundada en el año 2000, para promover y defender los Derechos Humanos de las Mujeres, exigir el cumplimiento y garantía de todos los Derechos para todas las mujeres del estado de Guanajuato y de todo el país’ www.laslibres.org.mx) en un caso de una emergencia obtétrica, que termina en una sentencia de homicidio. A mí dicho caso me sorprendió muchisímo y de ahí empecé a rastrear, a preguntar, hablé con colegas, hablé con activistas, mandé solicitudes de información y entonces me di cuenta que era un problema quizás no generalizado, pero sí sistemático, de partos fortuitos, de partos prematuros, de emergencias obstétricas, de abortos espontáneos, que acabaron en una sentencia por homicidio doloso, homicidio en razón de parentesco, infanticidio, feminicidio”.  

¿De ahí surge la idea del libro?

“Nace el interés, la investigación, primero como tesis, y ya cuando termino la maestría, decido seguir investigando, y también sacarlo un poco del contexto académico y tratar de hacer de ello una crónica”. 

Hay como todo un hecho que marca a “Fortuito: El otro lado de la criminalización del aborto en México”: la ausencia de hombres, no aparecen, no están, o están cuando hay casos de violencia, cuando casi se llega al feminicidio y son los que atacan directamente a la mujer, como en uno de los casos que señalas donde la mujer termina en una barranca luego de la golpieza que le propina su esposo, me parece que “Fortuito: El otro lado de la criminalización del aborto en México”  subraya un constante grado de impunidad. 

“Qué bueno que mencionas eso, porque las figuras masculinas en ‘Fortuito: El otro lado de la criminalización del aborto en México’ en muchos casos brillan por su ausencia, salvo en honrosas excepciones, pero en terminos generales los hombres ni se hacen cargo ni están presentes, y cuando aparecen lo hacen, es para castigar: son los jueces que dictan las sentencias, son los abogados que no defienden a las mujeres o, en el caso que señalas, el de Imelda, el esposo la golpea salvajemente, ella tiene una emergencia obstétrica a partir de los golpes y casi pierde la vida; y sin embargo es sentenciada por homicidio, su pareja está prófugo, jamás cumple una condena, ni siquiera está siendo buscado por las autoridades. Y hay otros ejemplos, como es el caso de Baja California: cuando la mujer le dice que está embarazada a su pareja, él le dice que no sabe si es suyo, eso es lo que él declara ante las autoridades, que nunca más habla con ella, y sin embargo las autoridades, cuando le dictan sentencia a ella por homicidio, también le dictan reparación del daño hacia ese hombre, que no estuvo vigente ni presente, una reparación del daño de 700 mil pesos como víctima indirecta”.

 

Además hay algunos casos que presentas en “Fortuito: El otro lado de la criminalización del aborto en México” que son de máxima alerta, demasiado riesgosos, porque parecería que están en la antesala de un feminicidio, o sea que si no se detiene en el momento en que tú te enteras de ellos, en el momento en que capturas el testimonio, el paso siguiente, lo que permite ver la crónica, es que está a punto de cometerse un feminicidio, y esto, me parece, es uno de los aspectos más graves a los que apunta “Fortuito: El otro lado de la criminalización del aborto en México”. 

“Sí, tal cual, las violencias están entrelazadas. En algún momento lo señalo: mi intención no era hablar de violencia intrafamiliar y, sin embargo, en el país de los feminicidios es imposible no hacerlo, las historias aparecen solas. El caso de Imelda, que bien señalas, en el Estado de México es un ejemplo, porque Imelda casi es asesinada, estuvo a muy poco. Hay otro caso, donde el embarazo es producto de la violación que comete un policía de la comunidad contra una mujer, y ella es la que siente miedo de quedar embarazada, miedo a lo que va a decir la propia comunidad, que se rige por usos y costumbras, y por eso se va a un pueblo cercano donde vive una tía. Ahí es donde ocurre la emergencia obstétrica y posteriormente la criminalización, el señalamineto y la sentencia en razón de parentesco. Las violencias están absolutamente entrelazadas y van en escala”. 

También señalas que dentro de los estados del país donde aún está prohibido el aborto, ya se están protegiendo, a manera de “vacunación” legislativa, contra las leyes que les pueda llegar con tal de no aprobar el aborto.

“Justo es eso, en la medida en que se despenaliza, normalmente hasta la semana doce, en los códigos penales locales, estos son, para mí, los cambios más importantes, porque es ahí donde se sentencia y se criminaliza a mujeres; después hay dos pronunciamientos de la Suprema Corte de Justicia, el primero es que se declara inconstitucional la prohibición absoluta del aborto, ese es un gran paso, y debería ser esa misma vía para todos los jueces del país, en el sentido de que no podrían criminalizar de forma absoluta”.  

¿Cuál es el otro?

“Un pronunciamento de la Suprema Corte de Justicia que tiene que ver con la despenalización del aborto a nivel federal, lo cual implica, por ejemplo, que los servicios federales, y esto es muy reciente y se está viendo cómo implementarlo, deberán brindar la interrupción legal del embarazo”. 

¿Aquí es donde se producen las resistencias?

“Sí, son resistencias para legalizar la interrupción del embarazo dentro del mismo estado, dentro del mismo código penal estatal”. 

¿Dónde crees que se tendría que dar la lucha ahora mismo, Luciana?

“La lucha debería estar, en estos momentos, en legalizar en las 32 entidades federativas la interrupción del embarazo hasta la semana 12, al menos, que es lo que tenemos, hasta el momento, en 12 estados del país. Ese es uno de los caminos más importantes, y cuando logremos, por supuesto que vendrán otras batallas”.   

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