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sábado, 27 abril, 2024
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■ Éste ataca a las identidades trans y de otros géneros: Eseverri

“El psicoanálisis busca un enemigo y lo ha encontrado en la identidad de género”

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Por: SCARLETT LLAMAS •

“Es necesario que el psicoanálisis salga del closet de lo heteronormado”, advirtió Fernando Eseverri, quien además planteó que las identidades sean cuestionadas durante su ponencia “¡Desidentifíquese! El problema del psicoanálisis con las identidades”, en el marco del primer Congreso Internacional en línea: Género, feminismos y sexualidades disidentes. Encrucijadas y vías.

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El estudioso, y miembro de la comunidad LGBTTTIQ+, continuó con la postura de crítica ante el psicoanálisis y la poca apertura que se tiene hacia la identidad de género, pues responde a una heteronormatividad de base.

Esto, expuso, es una manera de representar la sumisión originaria del sujeto; éste, dijo, es libre de sus actos, por un lado, y por otro, es un ser sometido a una autoridad superior; “la contradicción no se trata de elegir, sino entender de golpe cómo el sujeto se somete”, señaló Eseverri.

En las ilusiones de libertad, se le hace pensar a los sujetos que son libres, pero en la ideología cada quien cumple el papel que debe elegir, siempre que las creencias se materializan en las prácticas; al creer que se tiene una identidad, la sociedad moldea las acciones de los individuos; más recientemente también se va formando por los algoritmos en redes sociales.

El académico preguntó entonces, “¿qué pasa si nos dicen que nos desidentifiquemos?”, la única respuesta posible es la angustia y vergüenza, dijo, que son situaciones que van contribuyendo a la formación de la identidad; los insultos, injurias, son una interpelación que, si bien marcan de forma singular, es una experiencia compartida entre la población LGBTTTIQ+, de ahí los rasgos compartidos.

Para esclarecer esto, Eseverri precisó que, por medio del insulto se identifica al otro y se separa lo “normal” de lo “no normal”, pues “cuando gritan ‘puto’, también te gritan no seas puto”, dijo.

Este tipo de acciones generan vergüenza, emoción que hace que los individuos sean “conscientes de sí mismos, al ser una de las emociones más reales que se pueden sentir”; aunque los miembros de la comunidad LGBTTTIQ+ “no pueden no toparse con estas palabras, sí pueden redefinirse” al apropiarse de estas injurias.

La resignificación, aseguró el ponente, es un acto político y de resistencia, y no darles otro sentido contribuye a borrar a las personas, señaló.

Tras todo lo planteado, Eseverri pudo plantear que “el psicoanálisis busca un enemigo, y lo ha encontrado en la identidad de género”, a la que considera antinatural y mala, en contraposición con la heterosexualidad, ahora también atacando a las identidades trans y de otros géneros, por lo que, concluyó, “es necesario que el psicoanálisis salga del closet de lo heteronormado”.

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