- Nómada*
México es un país que posee diversos entornos y diferentes culturas. Esta riqueza de ambientes genera una variedad de comidas; cada región produce frutas, cereales y verduras peculiares, de tal manera que somos uno de los países con más diversidad culinaria. En la cultura popular se manifiesta siempre la comida regional: en cada fiesta patronal, en cada periodo de celebración, en la vida cotidiana aparecen riquísimos platillos que son una herencia y mezcla de culturas prehispánicas, españolas, árabes, orientales y negras.
Entre los mayas era frecuente las bebidas elaboradas con granos de maíz… al dios Bolanzacab se le sahumaba con 49 gramos de maíz molido y copal y en su celebración se compartía la bebida piculakakla…Entre los mexicas, algunas plantas se consideraban especialmente sagradas. La más importante fue el maíz, pero también el huautli que conocemos como amaranto. Los mexicas representaban a Huitzilopochtli en tamaño natural con una masa de harina de amaranto y maíz, mezclada con miel de maguey… con el maíz molido hacían tamales de distintas formas para la diosa Cihuapilli asociada con las mujeres que morían de parto.
Cocina Colonial
A la llegada de los conquistadores españoles a nuestro territorio se produce un mestizaje también en la comida. En España, la influencia romana y árabe se hacía presente en la utilización de las aceitunas, las acelgas y las alcachofas. Con el azúcar, originaria de Nueva Guinea, se elaboraban alfeñiques, charamuscas, alfajores, muéganos y mazapanes.
La base de la cocina española es el trigo y con este cereal se elaboraron nuevos guisos que al combinarse con los mesoamericanos, dieron como resultado nuestra riquísima cocina mexicana.
Los altares de muertos
Desde la época colonial surge la tradición de ofrendar el día 2 de noviembre, flores, luces y comida a los difuntos. Esta fiesta tiene una estrecha relación con la cocina mexicana porque en ella podemos encontrar una gran cantidad de platillos típicos que varían según la región. Dice Fray Bernandino de Sahagún en sus crónicas coloniales que desde épocas ya se ofrendaban alimentos a los muertos y anota “ofrecían sobre las sepulturas de los muertos… comían tamales por todos los pueblos y en todas las casas y convidándose los unos a los otros”. Esta descripción fue hecha en 1547 y con ella podemos notar que la tradición de altar de muertos inicia desde épocas muy tempranas.
En Zacatecas, la tradición de poner altares se perdió durante algunos años, pero, como en todo el país, la costumbre de convivir con los ausentes tiene una raíz muy antigua. Por ejemplo en San Pedro Piedra Gorda se ponía el altar en el siglo XIX de la siguiente manera, de acuerdo a una crónica de Vicente T, Mendoza:
“En una mesa se pone un mantel muy limpio, flores y ceras, tantas como sea el número de las almas que le esperan en aquella casa; elotes, miel de colmena, camote, perones, si le gustaban al difunto, lo mismo que un vaso de mezcal, cigarros y cerillos. Los de la casa se acuestan después de rezar el rosario a las ocho de la noche. Si son pobres, salen a pedir muerto, es decir, una colaboración para poner la ofrenda. Algunas veces cantan <<angelitos somos>>, etcétera.
Los muertos toman la sustancia de los alimentos que se les dejan en la mesa y al día siguiente se reparte la ofrenda entre las amistades.”
En cuanto al pan de muerto dice Vicente T. Mendoza que podía ser de forma de torta o de un muñeco. Se vendía en Todos Santos y Muertos. En las ofrendas de Pinos, podemos ver aun el pan tradicional de muerto, con figura humana con los brazos cruzados y bañado de azúcar. ■
*Espacio patrocinado por la Secretaría de Turismo del Estado de Zacatecas. Nómada, espacio de difusión de las fiestas y tradiciones zacatecanas del museo Eztcuincle.
