Me ha tocado escuchar en algunas ocasiones expresiones que dan a entender que determinados subgéneros o estilos del rock, como el punk o el metal, por mencionar algunos, no pertenecen a este género, algo que resulta desconcertante, si no es que incomprensible. Si nos hicieran la pregunta ¿Qué es la filosofía?, estoy seguro de que habría tantas respuestas como personas que la respondieran. No obstante, nadie podría negar que, independientemente de la contestación, la epistemología, la ontología, la analítica y la estética, entre otras disciplinas afines, sean también parte de la filosofía. La misma consideración podríamos hacer para otras disciplinas científicas, humanísticas o artísticas.
Creo que definir el rock va más allá de remitirse a una forma específica de hacer música, lo que en su caso resultaría en una descripción bastante estrecha al respecto. A mi parecer, hablar de este género musical implica hacer alusión a todas las expresiones sonoras que lo conforman, llámense subgéneros y estilos, o como Usted lo prefiera, así como a las formas de vestir, leer, pensar, escribir, crear y vivir. Desde sus orígenes como rock and roll, esta manera de hacer música evolucionó y se diversificó a tal grado que pasó de ser una mera expresión artística a una cultura de carácter universal.
Podríamos decir que hoy hay rock para todos los gustos, por más peculiares, exigentes, solemnes o estrambóticos que éstos puedan llegar a ser; pero a su vez, éste también evoluciona, se transforma, se re-crea de modo permanente. Podremos ponerle todos los adjetivos o etiquetas que queramos, podrá lograr grados de complejidad insospechados, nunca dejará de sorprendernos, de confortarnos, de energizarnos, pero al final de cuentas, seguirá siendo rock, y eso no tiene por qué ir en demérito de ninguna de sus expresiones, muy por el contrario, pienso que le brinda una identidad, una justificación, una historia. Hasta la fecha, no conozco al miembro de alguna banda, llámese de punk, metal o progresivo, por poner algunos ejemplos, que hayan manifestado que lo que ellos tocan no es rock (por supuesto que si lo hay, mucho agradeceré que me lo notifiquen, ya que resultará interesante conocer sus argumentos al respecto).
Decir que esas expresiones a las que me he referido no son rock, pienso que sería casi como aceptar de forma ciega la teoría de la generación espontánea. Es como si alguien llegara y me dijera (y lo digo con todo respeto) que acaba de descubrir el hilo negro, y que debo aceptar que, efectivamente, lo descubrió. Pienso que asumir una postura así es como ignorar el esfuerzo y las luchas hechas por los antecesores para posicionar y prestigiar, con sus esfuerzos particulares, un género que ha trascendido todas las fronteras, incluso aquéllas que se concebían impenetrables, y que sigue luchando por ganarse un lugar respetable en algunos puntos del planeta. Sería como negar a mis ancestros, que, si bien, son totalmente diferentes a mí, sin ellos no existiría.
En alguna ocasión, leí una charla en FB acerca de este tema (confieso que de ella surgió mi interés por escribir estas líneas), en la que una persona mencionaba que el metal es un subgénero del rock, mientras que el otro le comentaba que no, que el metal y el rock eran géneros diferentes, y que la temática de uno era distinta a la del otro. Creo que decir que el rock tiene una temática es, por no decir miope, muy limitativo o corto de miras. Sería como pensar que un concepto permanecerá inamovible por la eternidad, que nunca se podrá saber más acerca de él, o que jamás estará equivocado en torno a su acepción. Pienso que no se puede hablar de una temática del rock, sino de una multiplicidad de temáticas, incluso, ya no digo que cada subgénero, sino que cada estilo tiene no una, sino varias temáticas.
He dicho en otras ocasiones, y aún lo creo, que la esencia del rock es, ante todo, la libertad, y que cuando se dice: esta temática le corresponde a este estilo, y esta otra a aquél, es como exigirle que no salga de esos ciertos límites y, por consiguiente, atentar contra eso que le es esencial, además, me parece poco menos que dogmático. Incluso, me atrevo a pensar que más que referirse a temáticas específicas, en el rock se debe hablar de todo, de la vida y de sus ideales, de la muerte, de lo terreno, lo etéreo y, por qué no, de lo sobrenatural. Si de limitar un estilo o un subgénero se tratara, entonces me pregunto ¿qué hace Fear Factory cantando un tema de U2, o Tool con uno de Led Zeppelin?, por poner un par de ejemplos.
Aquella charla también me invitó a recordar que del rock and roll devino la sicodelia (dejando de lado y para siempre al roll) y de ella derivó (por poner una de sus vertientes) el hard rock y su consecuente: el heavy metal. Este último evolucionó hasta cierto límite y de allí dio paso al thrash y lo que vino después. Tras esa transición, se optó por llamar simple y llanamente metal a todos los estilos que poseían ciertas características en común y/o que eran derivaciones del heavy. Por lo anterior, veo que existe un antecedente en el rock and roll (y si me equivoco, agradeceré sus precisiones). Ciertamente, el black metal no tendrá nada en común con el rock and roll, pero no podemos negar que el primero (el black), por diferente que sea, lleva la genética del segundo; yo, por ejemplo, no puedo negar que llevo genes de mi bisabuelo de origen chino, aunque físicamente no posea rasgos orientales.
En fin, creo que es bueno ser inteligente y tener buen gusto, pero es mejor cuando fundamentamos y sustentamos ese buen gusto, abriéndonos a nuevos horizontes, a nuevas posibilidades. Pienso que más importante que saber lo que nos gusta, es saber por qué nos gusta.
