La seguridad social en México, en el análisis más estricto, tiene que remontarse al referente histórico del “Congreso de Chilpancingo” en el año de 1813, donde José María Morelos expresó; “La soberanía dimana directamente del pueblo. Las leyes deben comprender a todos sin excepción de privilegiados. Como la buena Ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso serán tales que obliguen a la constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres y aleje la ignorancia”.
El Artículo 123 de la Constitución de 1917 recoge las ideas de los hombres y movimientos sociales que antecedieron a la lucha armada, dando vida a uno de los pilares fundamentales de la justicia en materia laboral y social de la República Mexicana; fijar las condiciones legales de la jornada laboral, las condiciones físicas para laborar, la edad mínima para el trabajo, el salario mínimo, los derechos y obligaciones de los trabajadores y de los empleadores, las incapacidades, los sindicatos, el derecho a huelga y su validez, fueron las garantías plasmadas en aquel trascendental momento.
El 29 de diciembre de 1942 fue aprobada la Ley del Seguro Social y publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 19 de enero de 1943, a partir de entonces el Seguro Social protegía a los mexicanos en la enfermedad, la vejez y el desempleo. La Seguridad Social de los trabajadores del Estado inicia el 30 de diciembre de 1959, dando origen al ISSSTE.
Hoy la Seguridad Social tiene como misión proteger al trabajador y su familia, preservar las fuentes de empleo y, ser un baluarte al momento del retiro del trabajador o se cesantía en la enfermedad y en la incapacidad física o mental.
La explosión demográfica y la mayor esperanza de vida han modificado la pirámide poblacional en nuestro país, lo que representa nuevos desafíos y una serie de retos que van más allá del ahorro tripartita contemplado hasta hace algunos años por ser insuficientes.
Por otra parte, las administradoras de fondos para el retiro (Afore) y su costosísima operación atentan contra los recursos aportados por el patrón, el trabajador y el estado, disminuyendo considerablemente los recursos existentes para hacer frente a una nueva realidad epidemiológica, caracterizada por una esperanza de vida mayor y la aparición de enfermedades crónico degenerativas que llevan a un mayor incremento en los gastos para el tratamiento de los padecimientos mencionados.
La Seguridad Social tiene, en la actualidad, que resolver varios retos;
por un lado atender el reto médico de las enfermedades y epidemias que aquejan a la sociedad mexicana (diabetes, esclerosis, hipertensión arterial, cáncer, insuficiencia renal, etc.).
El reto de la satisfacción de la demanda de vivienda en una economía adversa con altos costos de tasas de interés y con familias endeudadas.
Uno de los retos más importantes que tiene la seguridad social es el de dar cobertura al incremento del número de jubilados y pensionados y, mantener los derechos laborales ganados de quienes ya reciben una pensión en el país.
El reto de atender el deporte, la cultura y la recreación en un país acosado por la inseguridad, una mala educación alimentaria y una deficiente educación pública.
La capacidad de las instituciones de Seguridad Social en México están rebasadas; es un reto del Estado Mexicano mantener la seguridad social a salvo, las tendencias actuales de las políticas públicas son orientadas a la subrogación de las obligaciones del estado, debilitando los sistemas de seguridad social, un claro ejemplo de este debilitamiento son la reforma laboral y fiscal.
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