24.7 C
Zacatecas
sábado, 27 abril, 2024
spot_img

Sistema de partidos: recipientes vacíos pero conectados entre sí

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS • admin-zenda • Admin •

Los partidos políticos han dejado de ser institutos políticos con identidad propia. No tienen ningún significado ideológico y son ya meras instancias operativas para buscar el poder. Y no sólo eso, sino que su unidad está destruida: son recipientes vacíos conectados entre sí, y en los cuales fluyen los militantes de uno a otro para conseguir la distribución de pesos que convengan a la competencia del mercado de votos. Antes, cuando los partidos tenían unidad, estaban separados entre sí, y era impensable estar en dos partidos al mismo tiempo; ahora, están conectados y comparten fluidos con el único criterio de la cuantificación del peso específico. Un candidato de un partido llama a votar por el candidato de otro (en otra fórmula de elección, claro) y permanece en el primero sin complicaciones. Los dirigentes van y vienen de uno a otro, y regresan al original. Esto indica que la estructura del sistema pasó de unidades excluyentes como esferas separadas entre sí, a una de recipientes vacíos conectados entre ellos. La pregunta es, ¿qué ocurre con el principio de representación con este cambio de estructura del sistema de partidos?

- Publicidad -

Pues ocurre que ya no son expresiones sintéticas de facciones o intereses sociales. Porque en el ámbito de la sociedad pasa justo lo contrario que en el sistema de partidos, no hay flujo entre los estratos sociales (que se llama movilidad) sino petrificación de compartimentos-estancos. La desigualdad se solidifica y los estratos sociales parecen castas inmóviles. ¿Hay alguna relación ente estos dos fenómenos? Entre la conexión de flujo en los partidos políticos y la petrificación de la movilidad social. Parece que sí: el vaciamiento de los partidos es síntoma de su incapacidad de representar intereses sociales, lo cual es factor de inmovilidad en la sociedad. Y lo es porque las políticas que generan dichos partidos no están hechas para cambiar la realidad social, sino para su auto-reproducción.

La representación ya no es más “estar en lugar de” sectores o facciones sociales. Ahora, la representación se produce intencionalmente en el momento en que se generan los acuerdos que provocan el flujo de los actores políticos y su aglomeración alrededor de cierta figura que, se espera, conduzca el Estado. El candidato ganador representa los intereses de los actores que los llevaron al poder, porque con ellos hizo el pacto. Es una representación acotada y limitada por la forma de llegar al poder del Estado. Ya no más la representación de sectores sociales, ahora sólo de grupos de interés. La idea misma de “pueblo” quedó hecha ceniza. Otra pregunta, ¿con esta realidad política cómo se va a dirigir la respuesta estatal a los grandes problemas sociales? Los problemas sociales son de todos, son totalidades complejas que están muy alejadas del horizonte de interés de los grupos conglomerados en los partidos políticos, que su visión es de muy corto alcance. Por tanto, es muy probable que gane quien gane, los problemas públicos de alto impacto seguirán ahí: persistentes como maldiciones bíblicas.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -