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viernes, 26 abril, 2024
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No vamos por buen camino: Genaro Borrego Estrada

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Por: SILVIA MONTES MONTAÑEZ •

La impunidad es la gasolina del crimen, opina el ex gobernador de Zacatecas

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Necesario, fusionar sociedad y gobierno; reconozcamos situación sin auto denigrarnos

/ COLABORACIÓN ESPECIAL

Asumiendo que “no andamos bien y no vamos por buen camino”, el ex gobernador Genaro Borrego Estrada lamenta advertir un divorcio entre la sociedad y el gobierno. “No siento”, dijo, “que el gobierno esté tan dispuesto a incorporarse a la sociedad y la sociedad no está dispuesta a incorporarse a la autoridad. No hay esa fusión”.

Lanzó la reflexión para hacerla colectiva. “El mensaje es para todos”.

En el programa “Diálogos con Silvia Montes” rememoró conmigo algunos recuerdos entrañables de su tiempo como gobernador pero también reseñó actualidades que obligan a un cambio de mentalidad y de actitud comenzando con valores esenciales como el respeto.

En Zacatecas se vive, dijo, una “patología social”, que pudo surgir de la impunidad.

Por eso llamó al gobernador Alejandro Tello Cristerna, primero, a que se incorpore, a que se sume al esfuerzo de la gente, y luego, a que no permita la impunidad porque “la impunidad es la gasolina del crimen”.

Lo explicó: “Cuando se comete un delito, un crimen o una falta y esta no es castigada, lo único que hace es atizarle a que haya otro crimen y otro y otro y otro y se haga una cadena”. Entonces, la impunidad es lo que desencadena la comisión de delitos, la indisciplina y la anarquía.

Sucede, agregó, que cada quien hace lo que quiere y no pasa nada. Eso se llama impunidad y la impunidad “es lo que realmente pudiera ser ese virus, -peor que un virus, ese carcinoma- que quizá pudiera estar entrando en la sociedad zacatecana”.

Si la enfermedad es la impunidad, añadió, le corresponde a la autoridad erradicarla.

“La autoridad no puede permitir que cada quien haga lo que le dé la gana y no pase nada. La ley se cumple y el que comete un delito, le falta al respeto a alguien, ese debe merecer, a cualquier nivel, según el tamaño del delito, de la falta de respeto y del agravio la pena, el castigo”.

Mientras haya impunidad, abundó, “habrá delitos, crimen y no habrá justicia y aquí queremos justicia, queremos tranquilidad, queremos vivir en paz y debemos hacerlo”.

En un mensaje que dirigió, “con modestia y sencillez” a todos los zacatecanos, los llamó a cambiar de mentalidad y a superar la que considera una “patología social” que duele.

Enfatizó: “algo traemos de enfermedad social que si no la curamos se puede convertir en algo verdaderamente demoledor y totalmente destructivo”.

Expuso con tristeza que “en Zacatecas nos enfermamos todos y no está bien” pero, con optimismo, señaló que estamos en el momento de reaccionar y en el momento de reconocer que Zacatecas es nuestra casa, que no tenemos otra, esta es y lo seguirá siendo.

Entonces preguntó ¿Cómo la queremos?: Queremos una casa digna, una casa segura, una casa tranquila, una casa que progresa y progresa para bien, para un bienestar y que no se estanca, que es una casa que va mejorando día con día con el trabajo de los miembros de la casa.

¿Cómo lograrlo? La manera de progresar, sostuvo, es que cada quien asuma la responsabilidad que le corresponde, como ciudadano que desempeña cualquier oficio y como profesionista.

Sin embargo acotó: “Pero también como ciudadanos debemos exigirle a la autoridad con crítica y con exigencia respetuosa y la autoridad debe escuchar a la gente, incorporarse a la gente, sumarse a la gente para que entre todos podamos sacar a Zacatecas adelante.

En el comentario sobre la situación actual del estado Genaro sugirió:
“Lo primero es reconocer que no estamos bien”, sin embargo le dio a sus palabras un matiz: “Reconocerlo pero no con auto denigración ni con agravios”. No se trata, subrayó, de señalar culpables sino de asumir responsabilidades”.

Como cualquier enfermo, añadió, hay que hacer el diagnóstico y detectar padecimientos, -algunos graves-, que se tienen que corregir, “porque no sabemos hasta donde podemos llegar”.

Dijo el recién nombrado “Ilustre Zacatecano”, que los liderazgos son indispensables.

Explicó que éstos no deben ser solamente de poder, sino liderazgos de cultura y la palabra cultura es la manera de vivir en sociedad, en comunidad y una de ellas es el respeto, el reivindicar la palabra respeto “a mi ciudad, a mi estado, a mi trabajo, a mi vecino, a lo que me rodea”.

Habló también de la necesidad de construir ciudadanía entendida ésta aceptando que “no podemos victimizarnos, sino ser corresponsables, porque si nosotros nos victimizamos nos paralizamos”.

Lo explicó mejor: “Tenemos que estar inconformes; positivamente inconformes. No estar de acuerdo con la realidad cotidiana que vivimos y asumir la responsabilidad que nos toca, como gobernantes y como gobernados. Es para todos”.

En su reflexión planteó que reconocer fallos y errores no es insano, y volvió a lo dicho: No caer en la auto denigración ni el señalamiento de culpas, sino el que realmente nos comportamos como sociedad.

Quedaron en el registro estas palabras: “Tristemente lo tengo que decir: He caminado por las noches el centro histórico y con dolor lo digo, nunca pensé que me fuera a dar miedo y me da miedo. No podemos aceptarlo”.

A propósito del centro hizo un llamado a cuidarlo y a pensar seriamente hasta dónde, si no somos responsables, “lo podemos devaluar o minusvalorar haciendo lo que nos venga en gana. Eso es falta de respeto al pasado y al presente y ese es tema cultural y de mentalidad.

No podía faltar el tema de su situación política actual.

Borrego Estrada dejó claro que no tiene nostalgia por el poder, que no aspira a ningún cargo ni tiene intención de participar en ningún partido. Su trinchera nueva, dijo, es la ciudadanía, la sociedad civil. Afirmó que no le interesa la política pero si le interesa lo público, al margen de partidos o intereses políticos.

Sintetizó su paso como gobernador:
“Lo que hice ya lo hice, lo tuve, lo ejercí y creo que mi conciencia me dice que lo ejercí en la medida de mis circunstancias y al límite de mis capacidades. No tengo ninguna nostalgia por volver a tenerlo para nada; lo que sí quiero es que mi tierra, mi casa, mi ciudad, mi estado sea mejor y ahora me toca estar del lado de la ciudadanía”.

Entonces delineó su participación social:
“Hay muchas cosas que mejorar, muchas que superar, muchas que reconocer y muchas que sanar”.

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