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viernes, 26 abril, 2024
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“Vivimos en el atascadero”, comenta la señora Refugio, madre de cuatro hijos

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

■ Las lluvias han afectado a las más de 60 familias que viven en la colonia Arte Mexicano

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■ En las pasadas elecciones, los candidatos no quisieron darle cemento o láminas, dice

Las lluvias que se han presentado en el estado, no sólo traen buenas noticias al campo; pequeños en situación de pobreza como Iván, en estas vacaciones juegan con sus hermanitos entre los estragos que deja, en una colonia pobre, enlodada, sin servicios básicos, sin pavimento, sin atención, prácticamente en el olvido.
Sus hermanitos, primos y amigos no pueden salir de casa durante las lluvias, pues es imposible caminar entre pequeños arroyos de lodo, aunque de igual manera se mojan; sus cuartos, hechos con lonas, pedazos de madera y un techo desgastado de lámina, son penetrados por las incesantes gotas, dejándolos sin opción de refugio, estando en su propia casa.

Cuando cesa la lluvia salen a las calles no a jugar en bicicleta ni con un balón de futbol, corren entre charcos de lodo y el agua sucia que dejó el clima, mojan sus zapatos y su ropa sin darle importancia, se divierten llenando envases de plástico para mojarse con ella, sonriendo, corriendo, sin saber que el tragar esa agua puede provocarles una infección gastrointestinal.

Mientras otros niños disfrutan y chapotean en una alberca a un par de kilómetros de esta colonia en la Alberca Olímpica del municipio, ellos usan su imaginación para recrear un pequeño chapoteadero con agua sucia, entre el lodo y basura, adornado con una llanta en medio del improvisado lago que utilizan como trampolín.

Sus zapatos se enlodan, se ensucian con el agua, lo que puede ocasionarles una enfermedad gastrointestinal o infecciones respiratorias, pero sus madres no pueden bañarlos por la falta de agua y deben limpiar los zapatos y ponerlos al sol para que se sequen.

Para palpar la pobreza en la que viven algunos zacatecanos, no hace falta viajar a localidades marginadas de los municipios del estado, admirarse de noticias que reflejan esta situación en otros países, basta salir a 10 minutos de la cabecera municipal para llegar a la colonia Arte Mexicano, en donde viven cerca de 60 familias, a quienes la lluvia cambia sus vidas afectándolos al no poder mantener su higiene personal, creando focos de infección, metiéndose a sus cuartos.

“Vivimos en el atascadero, el agua se mete por todos lados, nos goteamos porque los cuartitos que tenemos están construidos con hules y algunas lonas que dieron los candidatos, que fue para lo único que sirvieron, a ver si cumplen”, dice María del Refugio Vela Hinojosa, madre de Iván, y una de las tantas afectadas de la colonia por las intensas lluvias.

Su casa cuenta con sólo un cuarto con firme, en donde duermen ella y su esposo, y habilitó dos jacalitos construidos con lonas, pedazos de hule y trozos de madera, uno lo utiliza como cocina y el otro como recamara para sus cuatro hijos.
No tiene drenaje la colonia, por lo que utilizan letrinas, pero con las lluvias se han tapado, lo que impide utilizarlas. Su hogar tiene un pequeño patio en donde guarda el material reciclado que se va juntando, botes de desperdicios y juguetes llenos de lodo.

Diariamente tiene que llenar de tierra el acceso de su casa, pues afuera se forma un enorme charco de lodo, y cada que pasan automóviles por ahí entra el agua a su casa.
Ella y su esposo se dedican a la recolección de material reciclable como envases de plástico, botellas de vidrio, trozos de fierro, botes de aluminio, entre otros; trabajan más de ocho horas diarias para juntar apenas 200 para comer si bien les va.
Vivir al día, en una colonia sin servicios, padeciendo las inclemencias del clima cada que llueve, es una situación desesperante, “uno está desesperado de vivir así, porque con lo que ganamos no alcanza para construir; nos la llevamos al pasito, pero si tuviera otro cuartito no tendríamos que andar saliendo a mojarnos y enlodarnos”, dice María.

Carece de agua potable y luz, sólo se abastece de una pipa del ayuntamiento, la cual le cobra 15 pesos por llenar sus cubetas, y no contará con estos servicios hasta que se legalicen sus propiedades y el terreno.

Pese al problema que le representan las lluvias, menciona que “no le hace que llueva, porque hay muchos animales muriéndose y sequía en el campo, aunque andemos como puerquitos no le hace, pero que llueva”.

Durante las pasadas campañas electorales pasaron por su casa los candidatos de todos los partidos políticos a ofrecerle bultos de cemento y láminas para mejorar su vivienda, “pero no quieren dárnoslas, les pedimos cemento y ladrillos pero nos decían que nos apoyaban si acaso con una despensa”.

Mientras espera la ayuda, María seguirá cambiando lonas viejas para impedir que el agua entre a sus cuartos, a su cocina, seguirá lavando los zapatos y la ropa de sus hijos enlodados, mientras ellos, sin preocuparse de esos problemas, volverán a encontrar en los charcos de agua sucia un momento de diversión.

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