Hace unos días fue que se presentó el paquete económico 2019 en la Cámara de Diputados. Cuando se hizo del conocimiento de la sociedad, sobre recortes de algunas áreas, sobre todo respecto al supuesto recorte presupuestal para las universidades; se encendieron las alarmas; hubo preocupación entre la comunidad universitaria; la sorpresa invadió a seguidores e impulsores de la Cuarta Transformación; y lógico, la oposición tenia tema para grillar al Gobierno Federal. Inmediatamente de que se dio a conocer el recorte presupuestal, Universidades de distintos Estados del país, emitieron su posicionamiento al respecto; argumentaban que se vería disminuida su matrícula; que la investigación se frenaría; que se descuidaría a los universitarios; en fin, son argumentos muy válidos y ciertos, pero como diría una canción del genero regional mexicano, “algunos si no me equivoco, le están llorando al dinero”. Tan es así, que se veía claramente, que autoridades universitarias, estaban preparando el terreno para encabezar una protesta enérgica junto con los alumnos universitarios (que se dejaran arrastrar por la corriente) por la búsqueda de más recurso; curioso porque jamás lo hicieron por los universitarios asesinados y desaparecidos; lamentable también, porque jamás emitieron un posicionamiento firme para esclarecer lo de la estafa maestra. En fin, afortunadamente para las universidades, a los pocos días de que se dio a conocer el recorte, el Presidente de la República anunció que se respetaría el presupuesto del año pasado para las universidades, es decir, que no habrá tal recorte.
Todos conocemos esa frase bíblica que dice: “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”, esa frase tiene relación con las exigencias de las autoridades universitarias (OJO quiero dejar muy claro que hago una distinción entre autoridades universitarias y universitarios), ya que dichas autoridades pueden estar exigiendo un recurso que ellos mismos no están manejando de una manera honesta. En cada Estado, los universitarios y la sociedad en general, deben de tener conocimiento de actos de corrupción cometidos por autoridades universitarias, como la ya mencionada estafa maestra; seguramente en más de una ocasión, usted ha visto como hacen uso de los bienes muebles e inmuebles que son propiedad de la universidad para uso personal; seguramente, en más de una universidad hay un “saca copias” que solo por ser familiar de alguna autoridad universitaria, tiene un “sueldazo” similar al de un investigador universitario. Le aseguro que sí el recorte presupuestal se hubiera llevado a cabo, esos actos poco transparentes, los lujos y comodidades en las oficinas universitarias y el manejo discrecional del recurso, no hubiera cambiado, las cúpulas universitarias seguirían en el derroche; los únicos afectados hubieran sido los alumnos y los maestros (sobre todo aquellos que no son del contentillo de los grupos políticos que controlan algunas universidades), pero la culpa no sería del supuesto recorte presupuestal del 2019, sino de quienes por años han administrado a su antojo las universidades.
Aun así para quienes creemos que el solo el pueblo puede salvar al pueblo, es aplaudible que las universidades defiendan lo que es suyo. La protesta, el activismo y el debate, son mecanismos que no deben ser abandonados por la comunidad universitaria; nada más que en estos tiempos de transformación, la congruencia de quien está al frente y de quienes forman parte de las instituciones, será determinante. Pareciera que fue una estrategia muy bien pensada del Presidente Andrés Manuel: hacer que las universidades exigieran pública y enérgicamente el recurso, para luego, otorgarles el recurso que piden y así poder exigirles transparencia en el manejo de dicho recurso; pero lo mejor de esta situación, es que la sociedad ha estado muy atenta en las exigencias de las universidades, pero también estará muy al pendiente del cumplimiento de sus responsabilidades y del manejo honesto y transparente de sus recursos. Las autoridades universitarias se pusieron en el “tocadero”, es su responsabilidad subirse al tren de la austeridad y hacer bien su trabajo. Independientemente si se dio o no el recorte presupuestal, coincido con AMLO, claro que se puede “hacer más con menos”, no es difícil entenderlo, solo hay que utilizar las matemáticas, la lógica y el sentido común.
Otra cosa que me llamó la atención de esta situación, es ver como los universitarios tomaron partido y le entraron al tema del presupuesto para las universidades. Algunos su posicionamiento fue respecto a que así como se exigía el recurso, se debería auditar a las universidades y terminar con la corrupción que hay dentro de muchas de esas instituciones; otros se fueron del lado de las autoridades y le exigían al Gobierno Federal apoyo para sus casas de estudio; ¿Por qué me llamo esto la atención? pues por el simple hecho de que están involucrándose en temas trascendentales, la transformación de México va de la mano del activismo universitario. Me dio gusto ver que jóvenes universitarios que jamás le habían llevado la contraria a los gobiernos PRIANISTAS, en ésta ocasión levantaran la voz y por medio de redes sociales protestaran y repudiaran el recorte presupuestal; eso quiere decir que la sociedad va tomando conciencia. ■
