En el marco del tercer Informe de Gobierno, cuando menos en 15 estados de la República se realizaron movilizaciones de protesta contra la política del régimen. Trabajadores, estudiantes y organizaciones, demandaron mejores salarios, rechazaron la Reforma Educativa y exigieron justicia y la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Fidel Sánchez, jornalero de San Quintín en Baja California Norte, pareció condensar la urgente necesidad que tiene hoy la clase obrera y sus aliados: ¡Ni una lucha aislada más! Llegó a la misma conclusión que años atrás apuntalaran el SME, los tranviarios y los maestros de la CNTE, todos en la idea de construir un polo opositor al proyecto neoliberal; un frente único de los trabajadores para detener la embestida del capital oligarca, trasnacional.
En México las reformas estructurales no generan empleos, mejoras salariales, como tampoco mejores condiciones de trabajo; simple y sencillamente, porque no fueron creadas para eso. Todo lo contrario, se establecieron para sostener o incrementar la tasa de ganancia empresarial y ésta se consigue acotando el poder adquisitivo de los trabajadores y lesionando sus conquistas.
La crisis se profundiza con la fuga de capitales; la devaluación en curso cierra negocios y aumenta los despidos. El peso, que rebasó los 17 en su relación con el dólar, arrastra tras de sí los males de toda dependencia económica: los precios de las materias primas y en particular los hidrocarburos, están a la baja. Como se sabe, el 35 por ciento de los ingresos del Estado mexicano depende del petróleo y esto implica un aumento en el déficit fiscal que a su vez significa una mayor emisión de deuda…
La escalada de precios mantiene su curso. El diésel pasó de 11 pesos (2012) a 14.20 por litro (incremento del 30%). La canasta básica se dispara en más del 100%; la pechuga de pollo hasta 180%; la carne de res 85.3%. El precio del huevo llegó a venderse hasta en 40 pesos kg cuando se vendía en 14; el poder adquisitivo del salario en caída libre.
Por si fuera poco, el narco penetra las instituciones y la violencia se desborda: 57 mil personas han sido ejecutadas. La reaprehensión de El Chapo Guzmán en 2014 y su fuga un año después, dio lugar a sendos “decálogos gubernamentales” que son satirizados por la aguda suspicacia popular que posee el don de transcribir los acontecimientos: “ellos son el crimen organizado”.
El gobierno recurrirá a un mayor endeudamiento, pero mientras tanto realiza subastas millonarias en dólares para “detener la depreciación del peso” (Se han usado 12 mil 400 mdd de la reserva). Según datos oficiales, la deuda interna del Gobierno Federal ascendió a 5 billones 66 mil 339 millones de pesos, mientras la deuda externa (al séptimo mes del año) alcanzó 158 mil 300 millones de dólares.
El presupuesto de egresos 2016 asciende a 4 billones 746 mil millones de pesos; recortará 5 mil 181 millones al sector salud y 3 mil 103 millones a la cultura, cine, televisión, teatro, librerías (pese a que Peña considera la cultura como “prioridad nacional’’). En cambio, no tocará ni con el pétalo de tentativa, el gasto de los poderes: El Congreso de la Unión dispondrá de 14 mil 101 millones de pesos (703 millones más que lo destinado para 2015) y el Poder Judicial tendrá 68 mil 116 millones, esto es, 16 mil 347 millones adicionales. El salario de los senadores será de un millón 925 mil 945 pesos anuales; el de los diputados, un millón 432 mil 997; el del titular de la Auditoría Superior de la Federación, 2 millones 948 mil 346; el de los ministros de la Corte aguinaldo incluido (600 mil pesos) de 6 millones 766 mil 428. Pero “los de abajo” no correrán la misma suerte: Según el propio Coneval con relación al 2013, hoy existen en México 2 millones y medio más de pobres.
Las playas y franjas fronterizas están siendo concedidas a extranjeros; existe autorización para que agentes foráneos puedan entrar armados a territorio nacional.… En fin, Tres Años con Peña Nieto que han significado mayor miseria, hambre, desempleo, bajos salarios, violencia, muerte, desapariciones, feminicidio, militarización e injusticia social. La privatización petrolera y la concesión de millones de hectáreas para minas a cielo abierto, desfiguran por completo el rostro de la nación. Los ricos no pagan o quedan exentos de impuestos, mientras que la base tributaria se amplía entre aquellos que sobreviven de la economía informal.
La privatización de los sistemas de pensiones y jubilaciones continúa su marcha engañosa. El Estado refuerza su poder militar y policiaco para reprimir, perseguir, encarcelar o desaparecer a quienes protestan y luchan contra los males que se originan –ya no digamos en la figura presidencial– sino en la acumulación privada de la riqueza producida socialmente. Los ataques contra la vida y la libertad de hombres, mujeres, jóvenes y niños mediante la explotación laboral, el feminicidio, la trata de personas o la explotación infantil, muestran, más allá de cualquier informe, el verdadero rostro de México. ■
Fuentes: Pacto Morelos por la Soberanía / La Jornada
