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miércoles, 24 abril, 2024
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José Mujica: Lección de vida

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Por: AQUILES GONZÁLEZ NAVARRO •

“Yo soy sobrio, no pobre. Sobrio. Liviano de equipaje. Vivir con poco. Con lo imprescindible. Y no estar muy atado al sostenimiento de cuestiones materiales. ¿Por qué? Para tener más tiempo. Más tiempo libre (…) para poder hacer las cosas que me gustan. La libertad es tener tiempo para vivir. Entonces hay una filosofía de vida en la sobriedad que practico. Pero no soy pobre”, responde José Mujica siendo presidente de Uruguay a una periodista que criticó su frugal estilo de vida.

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Mujica ganó notoriedad a partir de sus declaraciones a los medios y por su forma de vida, caracterizada por una sencillez admirable e inimaginable, sobre todo si hablamos del Presidente de la República de Uruguay. En lo personal me llamó la atención no sólo su estilo de vida. Fundamentalmente por los cambios de fondo a la legislación de su país: la legalización integral del cannabis o mariguana, con una reglamentación que transforma y controla, la autorización del matrimonio entre personas del mismo sexo y la legalización del aborto.

Con todo ello, la audacia y la tranquilidad para recibir las críticas dentro y fuera de su país  en su condición de presidente y asumir las consecuencias. “Si nos equivocamos rectificamos”, dijo.

Intrigado el que esto escribe por ese extraño presidente, procuraba coleccionar las notas que hablaban sobre su vida y sus acciones, hasta que hace pocos días hurgando, en las librerías de novedades, encontré un libro, autoría de Mauricio Rabuffetti con título: JOSÉ MUJICA La revolución tranquila de Editora Aguilar, cuya lectura motiva esta colaboración y con mi mejor recomendación: cómprelo y léalo.

“La austeridad no es austeridad en el caso nuestro, es lucha por la libertad”, insiste Mujica cuando refiere su forma de vida al lado de su esposa la ex guerrillera Lucía Topolansky. La vivienda del presidente “sorprende por contraste” dice el autor, quien  al describirla  refiere una casa modesta, común y corriente, donde los perros de Mujica “caminan libremente por el lugar”.

“La casa de Mujica es similar a la de cualquier uruguayo de clase media baja, el grueso de la población del país”. Mujica donó, en tanto fue presidente, el 87 % del total de sus ingresos. En Uruguay el presidente gana 290 mil pesos al mes.

La austeridad es su forma de vida y su  enemigo es el mercantilismo. “La humanidad vive una época de consumo desenfrenado”. “Buena parte de la humanidad vive para trabajar, en lugar de trabajar para vivir. Para pagarse un auto nuevo, el último modelo de celular o el reloj que utiliza la estrella de cine de turno y acercarse así al ideal de felicidad y realización con el que crece desde niño” ejemplifica Mujica. Y para que la lección sea fuerte agrega:

“El hombrecillo promedio de nuestras grandes ciudades deambula entre las financieras y el tedio rutinario de las oficinas,…Siempre sueña con las vacaciones y la libertad. Siempre sueña con concluir las cuentas, hasta que un día el corazón se para, y adiós.”

Han transcurrido varios años desde la audacia mayor del ahora ex presidente, la legalización plena de la mariguana y no ha ocurrido nada adverso. Y, es que Mujica tenía razón y supo hacer las cosas bien. Legisló y reglamentó:

En 2012 penetró a Uruguay una droga sintética bastante adictiva y destructiva para el sistema nervioso proveniente de Paraguay conocida como pasta base de cocaína. Droga que pronto obtuvo muchos consumidores debido a su bajo precio y a los efectos inmediatos y profundos de la substancia.

Los asesores del presidente elaboraron la iniciativa para legalizar la cannabis, incluyendo su reglamentación: el Estado uruguayo recibiría la producción de la yerba cultivada de forma autorizada en el país, encargándose además de la distribución  a través de las farmacias. Se crea un registro nacional de consumidores que pueden retirar una cantidad máxima mensual de 40 gramos por persona.

Se autorizan los clubes “cannábicos” o clubes de cultivadores  con cultivos propios a partir de seis plantas por cooperativa. El miembro del club no puede comprar en la farmacia. Y, los recursos económicos derivados de la venta se canalizan a la creación y sostenimiento de hospitales de rehabilitación.

“Si nos equivocamos tendremos el coraje político de decir: nos equivocamos. Pero hay que salir del miedo de no cambiar de camino” Dijo. Y agregó ¿“Para qué sirven los prejuicios si no dan resultados prácticos?”

En materia de política internacional, fue Uruguay el primer país del mundo en ofrecer asilo a niños sirios huérfanos de la guerra. De entrada dio asilo a 70, algunos acompañados por sus madres y estableció un plan de inserción en la sociedad uruguaya comenzando con el estudio del idioma español.

“Soy un tipo común y corriente de los que caminan por la calle. Hay un estereotipo de presidente y la gente tiene en la cabeza un modo de ser que no encaja en lo que yo soy”. Dijo. ■

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