Con todo lo ocurrido en México durante las breves vacaciones escolares y los múltiples problemas creados y pendientes, a cual más, con distinta importancia, gravedad o urgencia, inscriben su desahogo en la agenda nacional. Ayer lunes inició el primer ciclo escolar de los tiempos marcados por una Reforma Energética, parcial y tendencialmente privatizadora del petróleo, y sus impactos. En cifras gruesas regresaron a las aulas 26 millones de alumnos de preescolar, primaria y secundaria. La Jornada hace notar que “en el país, cerca de 100 mil lo harán a escuelas sin paredes ni techos, o construidas con materiales precarios como láminas de cartón y varas, mientras otros 6 millones acudirán a planteles que se ubican en inmuebles ‘adaptados’ para fines educativos”, muchos sin servicios básicos y al faltar construir miles de aulas, se improvisa para educar donde se puede, con tal de no frenar una actividad tan estratégica para los mexicanos y sus sueños de mejora que más pudieran realizar con educación, aunque sin coincidir ese objetivo con los de una realidad neoliberal que empuja a las masas, hacia la ignorancia, el fracaso y la segmentación social, y no a generar éxito colectivo, ni una unidad dialéctica nacional con capacidad de incrementar su complejidad para desplegar cualitativamente su recursividad en la búsqueda y generación de más y mejores cuotas de bienestar para los mexicanos, y no sólo engrosar con utilidades el capital nacional, extranjero o mixto, en cualquiera de sus formas y rubro de explotación, hoy, en especial, la petrolera.
México ya no puede ni debe dejar por más tiempo sus decisiones estratégicas en manos de los ancianos Gamboa y Beltrones, senadores obsoletos -no por la edad, sino por la mentalidad de servidumbre igual a la del señor Naranjo, quien después de estar placenteramente hundido en un patetismo servil, ahora pasea su decrepitud política por el país, convocando a no otra cosa que a reproducir su falta de consistencia y ser, ojalá sólo ¿en las cúpulas políticas e ideológicas? de los estados de la República y no en sus bases, para regresar después al centro, reubicarse y cobrar con poder o posiciones parlamentarias para reproducir, en otro Congreso, la domesticación y el aletargamiento de la oposición, al clonar su propio caso en lo local, aunque no con los mismos niveles ni cuantitativos ni cualitativos de recompensas. Este señor, ¿qué puede hacer por el bien de México y de la oposición política con atisbos de luchar por la democracia? Largarse formalmente de la posición que ocupa y aceptar el lugar donde lo rescate Peña Nieto, si todavía puede o quiere aprovechar más la abyección a su servicio. Sin cumplir con esta tarea de limpieza, ¿que en la antigüedad tocó a Hércules en Augias? Imposible constituir una oposición con base en sueños democráticos, consistencia, actitud y potencia ganadoras. Ser democrático, ser de izquierda, son sustantivos, a realizar con independencia de todo, menos de aquello que se haya decidido transformar. Sin los ideales de la democracia, sin decisión ni organización pertinentes, ¿cómo acotar al neoliberalismo, a sus gobiernos y gobernantes? ¿Para evitarlo, se debe mantener a raya al pueblo, con hambre? ¿Ése es el mensaje terrorífico de la reconversión neoliberal y la salida toca actuarla a Rosario? Lo cierto, privatizado el petróleo habrá menos recursos públicos que repartir. ¿Cómo soñar la diferencia cuando se incrementen las ventas de garaje o proliferen los puntos de venta informales, incrementados de por sí, como efecto de la Reforma Energética y un ingreso nada elástico o ausente?
En países dependientes el futuro es imposible de planear, hasta por cuestiones obvias como la prospección espacial de que ha sido objeto México, para no ir más lejos, desde el Skay Lab que generó una completa cartografía de Zacatecas y México, con los recursos a explotar. No todos explotables de inmediato, ni de manera fácil. Las compañías extranjeras y nacionales hoy actuantes en minería en Zacatecas, no ignoran eso, ni lo anterior ni lo más actual. Al contrario, con base en eso y lo más nuevo en prospección, planean sus explotaciones, prospectan sus ganancias, aprovechan las ventajas y gestionan los riesgos, de lo más notorio, ahora que devoran en el mundo, el oro, además del petróleo.
No obstante el amontonamiento voraz de las compañías extranjeras, con todas las de la ley operan en México, casi sin restricciones, ahora más diluidas, gracias a la reforma peñista, la semana anterior trabajadores de Pemex localizaron una gran cuenca petrolera en las costas de Tabasco. Hallazgo con recursos calculados por mil millones de barriles en un área de 49.8 kilómetros cuadrados. Conclusión obligada: ¿Cómo proteger el territorio nacional al término de la bonanza petrolera y minera, si las trasnacionales también vienen por él? Para evitar la desterritorialización, con sentido de futuro, no suena mal generar en Zacatecas más áreas protegidas y respaldar a la población con educación y recursos para hacer un manejo productivo y sustentable. ■
