Efrén Alfonso García Botello, integrante del grupo político universitario Francisco García Salinas, afirmó que la crisis en que se encuentra el Sindicato de Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (Spauaz) obedece al control que ejerce sobre él el Grupo Universidad, Renacimiento Universitario y aliados.
“Si bien el control está bajo el Grupo Universidad, éste ha cuidado muy bien de conservarlo a través de compartirlo con otros dos grupos políticos que ejercen de la misma manera el poder hacia sus propios miembros y hacia la Universidad: de manera unipersonal y absoluta. Estos grupos están liderados por Javier Domínguez y Cuauhtémoc Rodríguez. Estos tres centros de poder fáctico son los que mantienen sometida a la BUAZ, al margen de cualquier criterio de legalidad”, dijo.
Expuso que el actual secretario general, José Juan Martínez Pardo, ha minado muy seriamente la confianza de los agremiados, quienes han expresado su voluntad de destituirlo.
Sin embargo, cuestionó que muchos de los que ahora discuten la situación del sindicato y del secretario general “son los mismos que llevaron a ese líder al puesto que ahora deshonra, o bien, coadyuvaron en su momento para que su llegada al cargo se hiciera posible”.
“Estos tres centros de
poder fáctico son los
que mantienen sometida
a la BUAZ, al margen
de cualquier criterio
de legalidad”
Independientemente de ello, García Botello señaló que, “al final, la destitución de la dirigencia del Spauaz, como todos sabemos, no dependerá del voto de los agremiados, sino de la voluntad de esos tres líderes que quitan y ponen a su antojo a los funcionarios de la BUAZ, y del sindicato”.
Es decir, aseguró que el factor que decidirá el futuro inmediato del sindicato será el acuerdo de los actores públicos de esos tres grupos y “serán los mismos que veremos votar por otro líder o mantener el mismo, lo que el cacique le señale, sin importar que eso implique una contradicción total con la actitud manifestada en un primer momento”.
Reiteró que en la Universidad los que deciden son esos personajes que concentran el poder en la institución y lo que ocurre en este momento es un escenario montado a conveniencia de esos personajes para disimular que en la BUAZ hay posturas críticas sobre los problemas institucionales, libre discusión de ideas, competencia democrática al interior de la Universidad, y los actores que están participando en todo esto, en el peor de los casos involuntariamente, terminarán como de costumbre: sometidos a la voluntad del más fuerte”.
En consecuencia, “al final quedará todo igual: sometido a los intereses unilaterales de estos grupos. En esencia, no habrá cambios de fondo. Vaya, ya ni siquiera hay preocupación por disimular las cosas en la superficie”.
García Botello concluyó que, mientras continúe esta dinámica, la Universidad seguirá sumida en la crisis, por lo que es necesario “cambiar la perspectiva de la lucha por una Universidad que realmente responda a los intereses de nuestro estado y nuestro país”.
