En lo que va del año, la cantidad de personas desaparecidas en Zacatecas alcanzó los 719 (poco menos del máximo registrado en el estado, que fue de 840 en 2021), lo que significa que este año será el de mayor prevalencia en este rubro, informó Jairo Antonio López, investigador de la Unidad Académica de Ciencia Política de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ).
Con base en el registro de la Comisión Nacional de Búsqueda, comentó que estos datos son preocupantes “porque al comparar el mismo periodo, con años anteriores, tenemos registros que tienden a superar el año 2021, que fue el peor año histórico en materia de desaparición de personas”.
Desde su perspectiva, ese máximo de 840 casos de personas desaparecidas y no localizadas, registrado en 2021, se va a superar este año, pues en solo siete meses ya hay el registro de 719, lo cual es alarmante.
Además, comentó que hay indicadores en los que Zacatecas se ubica entre las seis entidades de la República con mayor cantidad de personas desaparecidas entre 2018 y 2022, lo cual también es grave porque el estado tiene una baja densidad poblacional.
En ese sentido, López indicó que, en 2021, año que ha sido el más violento en la entidad, hay municipios que registraron las tasas de desaparición de personas más altas del país por cada 100 mil habitantes.
Por ejemplo, mencionó el caso de Jerez, donde hubo, en 2021, 55 personas desaparecidas y no localizadas; mientras que el año anterior se redujo, pero en lo que va de este 2023 la cifra es de 28, lo cual es alarmante porque en este municipio hay menos de 60 mil habitantes.
Mencionó que, en los últimos días, el Gobierno del Estado ha destacado la reducción de homicidios dolosos pero, a pesar de que éste sea el indicador principal que mide la seguridad, el incremento en la desaparición de personas muestra que el nivel de violencia persiste.
De acuerdo con López, la desaparición de personas “se instaura como un mecanismo de violencia, se normaliza, y es un tipo de crimen que genera un impacto más allá de la víctima que desaparece porque genera impacto en la familia y en la sociedad por la incertidumbre, el miedo y la impunidad”.
Por lo tanto, consideró que el análisis de la seguridad y la violencia no se debe reducir a los homicidios dolosos que, aunque se reconoce que ha habido disminución, la desaparición de personas también debe tomarse en cuenta para valorar la magnitud del problema.
Detalló que la desaparición de personas, el desplazamiento, las masacres, y otras formas de violencia que se han presentado en Zacatecas, desde hace cinco años, “tienen una dimensión simbólica y significativa y lo que envía son mensajes de terror y control sobre la población y eso es lo que se atestigua en los municipios”.
López, quien también integra el colectivo de acompañamiento “Sangre de mi sangre”, señaló que, en efecto, es importante que hayan disminuido los homicidios dolosos, pero también es importante considerar esa otra dimensión de la violencia que representa la desaparición forzada, sobre todo porque hay muchos casos que no son registrados y denunciados y los indicadores podrían ser más graves.
