14.8 C
Zacatecas
domingo, 12 mayo, 2024
spot_img

Docentes no idóneos: o mal formados o mal evaluados

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RAMIRO ESPINO DE LARA •

Nuestro sistema educativo históricamente ha vivido toda una serie de situaciones problemáticas tales como insuficiencia en la formación de los docentes, prácticas pedagógicas de poco impacto, indiferencia en el proceso de evaluación de los procesos educativos, toma de decisiones sesgadas en la implementación de nuevos modelos curriculares, sistemas de evaluación del aprendizaje demasiado esquematizados y descontextualizados, etc., estas problemáticas a la fecha se han convertido en conflictivas y en algunas ocasiones hasta caóticas a grado tal que el propio sistema descalifica a los docentes que formó tiempo atrás, ¿no será que el sistema social y educativo es el que está reprobado? Lamentablemente primero formaron a los docentes, en cierta medida los descuidaron en cuanto al proceso de actualización continua,  ahora, pretenden destruirlos.

- Publicidad -

Datos oficiales proporcionados al diario nacional La Jornada el 4 de agosto de 2014 y que a la letra dice: “No idóneos” para ocupar una plaza, 79 mil maestros: SEP. De 130, 503 aspirantes a ocupar una plaza de docente, el 61% resultó insuficiente en los resultados –no sé si en conocimientos-, sólo el 3.5% obtuvieron resultados excelentes. De los 51,417 que sí aprobaron la evaluación, 63.3% no obtendrá una plaza debido a que no hay lugares suficientes.

Si para el caso de docentes de educación preescolar, primaria y en cierta medida secundaria que han sido “formados” en y para la docencia, hay un índice elevado de “no suficientes” o “no idóneos”; imaginémonos para el nivel medio superior, donde en un porcentaje muy elevado los docentes han sido formados desde una perspectiva meramente disciplinar y en instituciones no formadoras de docentes, y si a eso le agregamos el descuido que se ha tenido por parte del docente por no gestionar su propio proceso de actualización o por la falta de implementación de programas institucionales que realmente ayuden a que el docente se actualice y se forme desde la perspectiva didáctico-pedagógica, el problema se agudiza aún más; se hace más complejo puesto que han establecido perfiles, parámetros e indicadores para quienes deseen incorporarse al servicio profesional docente, y para quienes ya se encuentran en él, puedan garantizar su permanencia como tales; ¿no será que pretenden evaluar de manera igual a desiguales?

El problema de la idoneidad o no del docente, es multifactorial, si, por un lado obedece a cuestiones de formación del propio docente, aunque por otro pudiese verse reflejado en el proceso de formación del alumno, México forma parte de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos), esta organización agrupa a 34 países de los más ricos del mundo y México ocupa el último lugar. Según estudios de dicha organización, de 2008 a la fecha creció 1.3% el número de ninis en países miembros de este organismo –México se encuentra entre los primeros cinco países con mayor número de ninis-, además informa que uno de cada cinco estudiantes no cuentan con habilidades mínimas necesarias para participar plenamente en la vida social actual; éste, mi México se ubica además entre las cinco naciones con el mayor porcentaje de alumnos con baja calificación; en cuanto a rezago educativo se refiere, 52 por ciento de la población no han logrado concluir su formación media superior (La Jornada nacional, 19 de enero de 2015).

Ante las problemáticas educativas antes mencionadas, que por cierto, no son menores, ¿qué podríamos pensar al respecto? Que esto obedece a la mala formación de sus docentes, que no han adquirido éstos el compromiso social como para que ejerzan su labor con profesionalismo o, simplemente que no cuentan con los conocimientos necesarios para responder a las necesidades formativas de los educandos.

Toda vez que no existe un diagnóstico acerca de cuál es el nivel de conocimientos, habilidades y actitudes de los docentes que se han formado como tal, que no hay una sistematización en la evaluación del desempeño de los docentes y, que por encima de todo esto se les pretende evaluar con instrumento estandarizados, la pregunta sería ¿realmente valdrá la pena evaluarlos a sabiendas de que no cuentan con los conocimientos necesarios? Lo que sería peor aún, que la evaluación más que utilizarla con fines de diagnóstico, sea considerada como un instrumento punitivo y denigrante dado que con ello se pretende etiquetar a los docentes. Ya me imagino en un futuro la actitud de los padres de familia a no querer que su hijo tome clases con un maestro(a) reprobado(a). ■

 

[email protected]

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -