Es claro que el sistema hacendario mexicano está mal. Muy mal. Recauda poco recurso para poder cumplir con las tareas que tiene asignadas, y no sólo: la estructura fiscal genera desigualdad en la población. Estos dos problemas ampliamente documentados, fortalecen la idea de algunos teóricos que afirman que se puede clasificar a los estados de acuerdo a sus formas fiscales. Así, en el caso de México estamos ante un Estado Regresivo que no solamente ha incumplido con su misión de reducir la desigualdad, sino que activamente la impulsa. El Estado se convierte en un motor que hace crecer las brechas entre los mexicanos.
La hacienda que va de los 50 a principio de los 80 tronó por el exceso de gasto en corrupción y burocratismo, lo que hizo explotar a todo ese sistema que incluía algunas buenas prácticas que mantenían ritmos de crecimiento arriba del 6 por ciento anual. Y lo peor: dio paso al modelo neoliberal. Mientras Francia recauda 46 por ciento de su PIB o Brasil el 34, México no pasa del 18 por ciento.
Los dos ingresos tributarios de mayor peso en la política fiscal mexicana son el IVA y el ISR, el primero es un impuesto indirecto que grava el consumo (exentando alimentos y medicinas), y el segundo es un impuesto directo al ingreso. Juntos recaudan el 87% de los ingresos tributarios. Los cuales entran a un Pacto Fiscal donde la Federación recauda el 92% de los impuestos y después los regresa a los estados como participaciones y aportaciones. En este contexto, Zacatecas recibe entre 95 y 97 por ciento de sus ingresos por vía del presupuesto federal, dejando a los ingresos propios un mínimo o insignificante 3 o 5 % (depende el año). La baja recaudación induce un gasto público mayor a lo presupuestado, es decir, se ejerce un gasto mayor al acordado en el proyecto de egresos inicial. En Zacatecas esa diferencia puede llegar a ser del 30%, lo que puede después expresarse en deuda. En suma, el país requiere cumplir con dos objetivos: mayor recaudación y formas progresivas de organizar la distribución. Mientras eso no ocurra, estaremos expuestos a las crisis recurrentes por los ingresos como el caso de los petroleros.
Y en el estado de Zacatecas, debemos ver cómo aumentar los ingresos propios, no sólo por vía de impuestos estatales, sino de aprovechamientos y productos de la inversión. Las formas de crear mayores ingresos deben ampliarse y diversificarse. La base es una sólida estrategia de generar nueva riqueza que se quede en el estado, es decir, en la creación de una economía propia o llamada de mercado interno. Si se crea nueva riqueza hay diversas formas de hacer que nuevos recursos entren a las arcas públicas para financiar la educación y salud u otros renglones que contribuyen a la calidad de vida de los zacatecanos. Son las tareas estratégicas de los gobiernos federal y estatal, de no hacerse, seguiremos caminando el desfiladero a la ruina.
