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martes, 30 abril, 2024
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‘Perfect days’, de Wim Wenders. Una crónica de un antihéroe nominada al Oscar

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

La Gualdra 608 / Desayuno en Tiffany’s, mon ku / Cine

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Está por cumplir 80 años y sigue siendo uno de los más grandes realizadores cinematográficos del mundo. Con sus 78 años dirigió una película que por su propuesta de una vida serena y resignada se convirtió en un respiro (irónicamente a pesar de la época de lo políticamente correcto) en el Festival de Cannes 2023, se trata de Wim Wenders y su Perfect days.

La comentamos en este momento porque estamos a un mes de los premios Oscar 2024 y la cinta está nominada como mejor Película Internacional. Con más de 80 películas en su carrera repartidas entre documentales y ficciones y decenas de nominaciones a diversos premios, sus últimos documentales fueron también seleccionados para los Oscar: Pina (2012), La sal de la tierra (2015), y Buenavista social club (2000)-; ahora regresa, pero en la categoría de ficción.

Perfect days (Días perfectos), producida en Japón, es la historia de un hombre solo, de oficio limpiador de baños públicos y con una rutina diaria y semanal perfecta. No hay prácticamente nada que altere la calma de uno de sus días, a excepción del encuentro con un nuevo compañero de trabajo que le pedirá algunos favores.

Wenders narra una historia de los detalles de lo que podríamos definir como antihéroe en el sentido clásico: personaje sin evolución en la historia y sin acontecimientos espectaculares. Es un empleado contento con su trabajo que realiza al control del mínimo detalle: revisar con un espejo que los escusados estén bien limpios por debajo de la taza; su aseo diario, recoger su cama y beber su té o café; escuchar su audio-casete en su camioneta, por ejemplo.

Koji Yakusho, ganador en Cannes de Mejor Actuación por el rol de ese limpiador, nos lleva a un momento de tiempo suspendido y nos hace sentir la belleza de una vida simple, sin sobresaltos, que aprecia el día tal cual le llega.

El dispositivo de la cámara y de la narración de un héroe ordinario nos podría hacer pensar a Paterson de Jim Jarmusch (2016), sin embargo, éste queda envuelto en un halo de jazzista o rockero, mientras que Wenders nos mantiene en el ámbito de lo analógico, es decir, de lo simple y sin barroquismos. Puede ser, que ésta sea la buena para el cineasta alemán, y consiga llevarse su primer Oscar.

 

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