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sábado, 4 mayo, 2024
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Subjetivaciones rockeras / Medios de comunicación, prensa y crítica

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Por: FEDERICO PRIAPO CHEW ARAIZA •

He sugerido algunas posibilidades que, desde mi punto de vista, podrían hacer más eficiente y productiva la vida artística de una banda de rock; he procurado también resaltar la importancia que reviste el que cada grupo cuente con un gestor que los represente y que realice por ellos ese trabajo desgastante y distractor, que por lo regular se le suele cargar a uno o dos miembros de la agrupación.

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Ese representante también podría asistir a las reuniones convocadas por los colectivos u organizaciones de grupos de rock, con el propósito de impulsar y buscar un mayor número de oportunidades para sus representados. El tema de los citados colectivos también llama en buena medida mi atención, tanto por las posibilidades que brinda, como por las deficiencias que, pienso, le amenazan constantemente, sin embargo, sobre eso platicaré en una próxima ocasión.

Para hoy, mi intención es seguir manifestando algunas consideraciones que creo, ayudarían considerablemente al desarrollo del rock, no sólo en nuestra localidad, sino en el ámbito regional; del aspecto nacional ya no hablaría, porque creo, se están llevando a cabo interesantes acciones. Esos puntos que pongo a discusión son: la difusión en medios masivos de comunicación, especialmente en lo que respecta a los electrónicos; la prensa especializada, y uno que considero de vital importancia, la crítica seria (que no la tan común y corriente criticonería). Dichos ámbitos son prácticamente inexistentes en nuestro entorno. En últimas fechas no he escuchado en la radio, ni visto en la TV local (abierta o de cable), un programa dedicado única y exclusivamente a la programación y difusión del rock que se hace aquí. Han existido honestos e interesantes esfuerzos radiofónicos (por ondas hertzianas o por internet), pero han sido, lamentablemente, por X o Y circunstancias, de corta duración. En televisión, la ausencia y la cerrazón han sido más que contundentes.

Hay que decir que esta ausencia de espacios de difusión, impide una más amplia expansión de las propuestas que desde aquí se trabajan, reduciéndolas al ámbito doméstico. Los proyectos desarrollados por los grupos se comparten únicamente en toquines realizados en bares, o en el mejor de los casos, durante conmemoraciones en las que se convoca a una importante cantidad de bandas, mismas que tocarán una tras otra, a lo largo de varias horas; otros foros afortunados son los festivales culturales y en su caso las ferias, en los que, a través de varias fechas, se programa a las bandas que afortunadamente se enteraron o pudieron reunir los requisitos necesarios, para presentar una propuesta digna a la instancia organizadora. Si son elegidos, los grupos contarán con un espacio más digno, aunque sea una o dos veces al año. Para ser honesto, desconozco si existe una política o un mecanismo, oficial o no, que facilite espacios o difunda a los grupos rockeros de manera permanente.

Otro aspecto que creo que ayudaría de manera importante, sería el de contar con una prensa especializada que esté al pendiente de las actividades y novedades que tengan en su haber las bandas de rock. Por ejemplo, sería bueno realizar reseñas de los discos que hayan producido o que actualmente estén rodando o promocionando los grupos en sus conciertos. Asimismo, una agenda de tocadas, cobertura de las mismas, entrevistas de fondo con pláticas sinceras y sin poses; reportajes sobre el movimiento, tanto escritos como radiofónicos, televisivos o fotográficos. Creación de fanzines preocupados por el ser y el acontecer del rock, no sólo en la localidad, sino en la región. Todas estas, acciones que sociabilizarían de manera importante lo que se hace actualmente en la materia y que repercutirían de manera muy positiva, dándole al rock a su vez, la dignidad que merece. Vale mencionar, sin ningún afán, que la Jornada Zacatecas en su versión digital, se ha colocado en este sentido como punta de lanza, al menos en la localidad, abriendo una sección denominada simple y llanamente: Rock, que esperemos, goce de larga vida.

El aspecto que me parece más importante, y que debería ir a la par de los anteriores, es el de la crítica. Este ejercicio subjetivo, es tan odiado y temido a nivel local, regional y nacional, no sólo en el rock, sino en todos los ámbitos sociales. La ausencia de la crítica seria, impide que nos demos cuenta de los errores o deficiencias que pudieran tener nuestros trabajos. Evitarla, nos lleva a caer en la autocomplacencia, en el conformismo, tiende a formarnos la idea de que lo que hacemos está bien, y en el peor de los casos, nos crea una ilusión de excelencia que puede llegar a traducirse en mediocridad. Si bien la crítica seria exige conocimiento sobre lo que se está hablando, tampoco podemos negar que su ejercicio constante y responsable nos permitirá pulirla, hacerla cada vez más refinada. La crítica nos ayuda a reconsiderar lo que estamos haciendo; nos hace ver detalles que por diversas cuestiones pudieron pasar desapercibidos, y en el mejor de los casos, nos sugerirá cuál sería la ruta más conveniente a seguir.

Es cierto, la crítica duele, ya que toca susceptibilidades respecto a trabajos en los que pusimos todo nuestro empeño, corazón, pasión o amor, perno no obstante, siempre será preferible y agradecible. Distinguía arriba, entre crítica seria y criticonería, y la diferencia, pienso, es clara. La crítica dice, a partir de la experiencia y de un cierto conocimiento, lo que se piensa respecto a lo que se critica, pero siempre en un tono respetuoso y con fundamentos. Su carácter franco puede resultar en ocasiones rasposo, pero nunca se sale de lo profesional; a la crítica (o mejor dicho al crítico) no le interesan los asuntos íntimos ni personales, siempre se refiere a lo producido o creado; la o el crítico, simplemente da su opinión honesta, menciona lo que le parece, pero también lo que no le convence, más nunca deberá hacerlo sin argumentos bien fundamentados. Lo mejor del caso es que la crítica proviene de un punto de vista particular, con elementos considerables desde luego, pero nunca podrá negar que la mejor opinión es la que tenga Usted.

La criticonería, por su parte es personal, responde a antipatías de quien la realiza; por lo general no es fundamentada y pretende descalificar. La criticonería es el resultado de la envidia y de la frustración. Su único objetivo es el de desprestigiar de antemano, sin fundamentos. Se apoya en los prejuicios y en la ignorancia, si es que a eso se le puede llamar apoyo. La crítica propone de una u otra manera, no hay crítica sin opinión; la criticonería denosta, muchas veces desde el desconocimiento total. Lamentablemente, nuestra cultura, tendiente cada vez más a lo frívolo, por un lado evade la crítica, pero por el otro busca la criticonería. Vivimos en un entorno que de manera inducida busca el morbo y lo consume enajenada e indiscriminadamente, sin una previa valoración.

La ausencia de crítica, por su parte, ha llevado lamentablemente a muchos grupos y artistas al conformismo y a la mediocridad. La crítica se debe promover en todos los ámbitos de la vida social, y un buen ejercicio para acostumbrarnos a ella, será el de practicarla en nosotros mismos. Ciertamente no somos perfectos, pero si (y a veces en demasía) falibles, pero si aceptamos las críticas, invariablemente creceremos y mejoraremos cualitativamente. Criticar es una forma de decir “me interesó tu trabajo, lo analicé con atención, y creo que…”, por lo tanto, será una atención que siempre se deberá agradecer. Yo en lo personal, la agradezco invariablemente.

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