Como no podría ser de otra manera, el tema único que por esos desayunaderos de Dios, con excepción del futbol, ocupa el interés de un montón de parroquianos es la composición del equipo de trabajo del próximo gobernador, de cuyos nominados muchos esperan empleos, prebendas o favores; sin que con las excepciones de rigor importe algo a alguien la suerte del Estado.
El sustento de tales posibilidades radica regularmente en el parentesco, la amistad y aun la vecindad que se tiene con cualquiera de los agraciados, y excepcionalmente en la capacidad, habilidad o mérito de los interesados. La disposición a la docilidad, importantísima particularmente en el plano moral, con las salvedades del caso puede darse por descontada.
Espero muy sinceramente quienes no abrigamos grandes expectativas a propósito de los desempeños del inminente gobernador estemos radicalmente equivocados; si bien las circunstancias no se avizoran felices: Insoslayable considerar estamos ante un novato que por azares del destino, ajenos a su promedio de bateo, cayó hacia arriba hasta llegar a las ligas mayores, lo que ni contemplado con la mayor benevolencia constituye un punto a su favor.
Ajeno al PRI de Cervantes Corona, para quien el significado de tales iniciales era Persistencia, Resistencia e Insistencia, no así al de su inmediato antecesor, se encuentra el hombre, para la integración de su gabinete, ante una disyuntiva: o invita a otros novatos bajo el criterio acaso de que “no están maleados”; o se decide por algunos de los costales de (malas) mañas que con más pena que gloria lo han acompañado en su paso por el sector publico; o bien se decanta por una mixtura; alternativas cada una a su manera aterradoras, habida cuenta entre quienes “no están maleados” habrá quizá muchos “maleables”, en cuyo caso la novatez implica un costo adicional; si se concretase la segunda posibilidad cabe recordar la inserción del ungido en las filas del poder no se ha dado en momentos particularmente felices de nuestra vida pública, y que con las excepciones de etcétera los más de sus compañeros de viaje se han caracterizado por su mediocridad, y asimismo su voracidad y desfachatez; y en el último de los casos podríamos encontrarnos ante un remake de la última película del inmortal Pedro Infante.
Esta historia continuará.■
