Los informes son infecundos porque no llegan a convertirse en actos para la rendición de cuentas; y eso ocurre no solamente porque el Ejecutivo no los orienta de esa manera, sino también porque la oposición es estéril. Si el gobierno no hace las cosas como es deseable, se esperaría que las iniciativas de los partidos de izquierda se convirtieran en contrapeso que permitiera a la Legislatura ser un espacio para forzar cambios en las políticas que tienen como finalidad resolver los múltiples problemas sociales; pero no es así. Esto es, si la rendición de cuentas no sirve para modificar los programas que están fallando, entonces dicha rendición es inútil. Pero lo ocurrido ayer en la Legislatura muestra que al bloque mayoritario ya no le importa ni guardar las apariencias de un ejercicio de rendición de cuentas; las reglas que aprobaron son indignas de cualquier parlamento que se respete, pues en resumidas cuentas se auto impusieron una mordaza para no incomodar a los representantes del Poder Ejecutivo; con esas condiciones el Poder Legislativo abdicó de su función de control, la oposición hizo bien en no prestarse a tamaña indignidad.
Sin embargo, la oposición tuvo la oportunidad hace un año de construir un observatorio de políticas públicas que trabajara para que ahora los diputados contaran con un análisis pormenorizado de los programas estratégicos y, con ello, saber a ciencia cierta en qué aspectos precisos están mal los diseños de los programas, en dónde están los defectos de la implementación y cómo están fallando los procesos de evaluación. Con ello, pudieron haber tenido las recomendaciones precisas de los cambios que deben hacerse en dichos programas para mejorar sus resultados y sus impactos en la realidad del estado. Es decir, los diputados locales pudieron contar con una instrumento para negociar los cambios necesarios en las políticas contra la pobreza, de creación de empleos, de calidad educativa, seguridad y de salud de los zacatecanos; y con ello, hacer de las comparecencias procesos de negociación de los cambios que debieran hacerse a cambio de programar en forma condicionada el presupuesto para dichos programas del año que entra. Sin embargo, no hicieron nada de esto, y por ello, no tuvieron otra alternativa más que organizar, una semana antes de la fecha de las glosas del informe, un evento con académicos que han elaborado las líneas principales de un proyecto alternativo pero que no cuentan con la información detallada que un observatorio bien armado si debería tener.
Lo anterior muestra que las fracciones parlamentarias opositoras tampoco tienen interés genuino en el cambio de la realidad del estado, pues están enfocados sólo en apuntalar sus carreras políticas. Sin oposiciones efectivas, los gobiernos no se enfrentan a contrapesos reales que los obliguen a efectuar los cambios necesarios para mejorar la calidad de vida de los zacatecanos. Lamentablemente, la mirada de los diputados de las izquierdas es igual de reducida del resto: bellaca y preocupada únicamente en cultivar sus clientelas y cotos de votantes, que su tosca aritmética política les exige; sin mostrar auténtico interés en la transformación del estado.
