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sábado, 4 mayo, 2024
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El affaire Presidencial con ‘el Chapo’

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Por: MANUEL ESPARTACO GÓMEZ GARCÍA •

¿Qué más se le puede agregar a esta historia de amor y desencuentros, que hace décadas vive el narco mexicano con el Gobierno, particularmente el sinaloense, encarnado por Joaquín Guzmán?

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Se le podrá agregar más capítulos a la historia, en la medida que a partir de la recaptura vivida el viernes 8 del presente, las partes sigan dando de qué hablar, y vaya que ambos (el chapo y el Gobierno de EPN) tienen muchísimo que hacer en los tiempos venideros. Por una parte, el pésimo, tendencioso e irresponsable manejo de medios que le ha dado el gabinete de seguridad del país, y al mismo tiempo, la estrategia jurídica para tratar de permanecer al narcotraficante en estas tierras y así evitar, que el capo “cante” con los gringos cómo funciona el binomio que trato de describir en esta ocasión y las relaciones que ha tejido con políticos importantes, al grado de financiar campañas políticas presidenciales, según algunos expertos en el tema.

Cuando hablamos de “affaire presidencial”, por supuesto que nos referimos a la tentación a la que han sucumbido muchos presidentes de México para pactar con los cárteles de la droga, acuerdos que a ambos permitan transitar en su desarrollo, algunos abusando más que otros de la interlocución con el hampa para propósitos tan perversos como los electorales, y aún peor, para cambiar la percepción de la gente cuando ésta, comienza a crear conciencia del estado de cosas que no funcionan en el país, que sobra decir, son las más que las menos, no hay una sola materia en la que el país sobresalga, ni en lo económico ni en lo social para acabar pronto. De ahí que como toda relación frenética, cuando corre el tiempo sufre desgaste y es precisamente la fase en la que se encuentra Peña y el Chapo, en la incredulidad total.

Un experto en seguridad nacional de nombre Eduardo Buscaglia, quien es por mucho una voz autorizada para hablar del tema, viene sosteniendo que la operación de los cárteles sería imposible sin la complicidad de las autoridades Mexicanas en los tres niveles de gobierno, por ejemplo, igual un policía federal deja pasar un cargamento de droga a cambio de una paca de billetes verdes, que un funcionario de primer nivel se hace de la vista gorda para que el narcotraficante número uno del mundo se fugue dos veces de diferentes cárceles de “máxima seguridad”. Tanta complicidad existe pues, que el mismo Presidente de la Republica es parte de fundamental de esta puesta en escena, ya que en julio del 2015 con la segunda fuga del chapo no hubo ni un solo funcionario castigado con todo el rigor de la ley, vaya, ni siquiera sanciones administrativas se aplicaron a los que fueron comparsas de tal agravio nacional, siendo así muy complicado legitimar una lucha oficial contra el narco a todas luces simulada y de la cual el acuerdo principal no sortea ningún tipo de beneficios para le gente; es decir, el gobierno concede impunidad a los carteles de la droga, o cuando menos a algunos de ellos y a cambio, en la lógica más ingenua recibiría cantidades industriales de dinero y el compromiso de que a la gente se respetaran sus garantías, cosa que no ha ocurrido. Nadie cumple su parte del trato, por eso las molestias.

Lo que sucedió el viernes con la recaptura de Joaquín Guzmán nos lleva hacer una reflexión obligada, los que somos un mucho incrédulos de este gobierno, debemos dar como un hecho la recaptura del hombre más buscado de México por parte del grupo de elite de la Marina, sin embargo hay una serie de inconsistencias y condiciones especiales que nos llevan a ser cuando menos perspicaces con el asunto.

La realidad es que combinados factores externos, con una mala administración de los recursos, con una pésima política de tributación, con una serie de reformas estructurales que no dan resultados y bajo un clima de corrupción en niveles de escándalo, se cayó el precio del barril de crudo y el peso perdió terreno frente al dólar llegando a su máximo histórico, y justo cuando parecía que sería ésta situación los santos oleos para EPN y su gabinete, después de meses y de episodios parecidos a los que vivía el llanero solitario, la recaptura del Chapo fue posible como por arte de magia y  para sorpresa de muchos, lograron someter al capo más famoso del mundo sin rasguñarle un  brazo y como siempre, las versiones oficiales cayeron en impresiones y desatinos que antojan de fantasía la versión que nos plantean, no lograron ya ponerse de acuerdo en cómo se desarrolló la detención y recaptura del líder de la Empresa de Sinaloa, poniéndonos a todos a dudar de la veracidad del conflicto.

Por más importante y mítico que sea el señor Guzmán, su detención no da para cambiar la desastrosa administración de EPN, ni para mejorar las condiciones de todos los mexicanos, es más, ni si quiera da para frenar las operaciones de su grupo delictivo.

Pan y circo para el pueblo. ■

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