Es recurrente que la prensa publiquemos notas relativas a la falta de camas, desabasto de medicamentos, déficit de especialistas, y un etcétera alrededor de la insuficiencia crónica de recursos del Sector Salud para operar con eficacia. La situación se torna muy complicada porque los gastos en salud se incluyen en el paquete de seguridad social, en el cual se encuentran las jubilaciones, pensiones y vivienda; lo que significa que le comparten la irresoluble crisis en la que éstas se encuentran. Es decir, pensar la solución al tema de salud pasa por visualizar alguna salida al tema de pensiones (para el caso de los derechohabientes), por lo que de esta manera no hay expectativas positivas para el sector. Además, vivimos una paradoja que ya tomó dimensiones de seguridad nacional: al mismo tiempo que se dificulta el financiamiento del Sector Salud, crecen las enfermedades crónicas, que son las más caras. Y el ritmo con el que lo hacen es alarmante. En México al año se gastan 85 mil millones de pesos en diabetes, y suman más de 12 mil millones en pérdidas por ausentismo laboral. Conjuntamente, el gasto catastrófico en las familias puede llegar a 30 por ciento de los ingresos totales de las mismas.
Con este panorama, es claro que se requieren políticas públicas complejas: se necesita una cambio radical de la forma en cómo el Estado está enfrentando el problema que mencionamos arriba. Ahora mismo, es un esquema de atención injusto (inequitativo) por la fragmentación del sistema de salud, donde la desigualdad de costo entre los derechohabientes y los no asegurados es enorme; las asimetrías existentes entre los trabajadores formales y los llamados informales, parte el país en dos. Mantener financieramente mezclado el servicio de salud con el resto de la seguridad social ha operado en contra del primero. Esto habla de la necesidad de grandes modificaciones en la estructura de la política de salud, no sólo en el país, sino en el estado de Zacatecas.
El proceso electoral que se aproxima, es una oportunidad para ver qué plantean en materia de salud los que pretenden convertirse en el próximo gobernador zacatecano. Hasta ahora sólo hemos escuchado “mayor gestión” con la Federación. Pero como observamos arriba, no es un problema que se resuelva con esa fórmula: exige políticas con nuevas estructuras. Estaremos atentos para escuchar las propuestas que tengan los candidatos. Deberá ser una propuesta de carácter complejo y que priorice la prevención, ya que es 21 veces más barato prevenir que curar todas las enfermedades crónicas (no sólo la diabetes). Ya no basta con escuchar que proponen “dar más recursos a la salud”, sin que digan de dónde saldrán esos recursos y con qué estrategias serán usados. En demagogia ya hemos tenido bastante. El próximo proceso electoral será muy exigente con los candidatos en cuanto a propuestas se refiere: la inquisición ciudadana sacará el filo de su crítica para cortar la improvisación, la demagogia y la negligencia de la clase política.
