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sábado, 4 mayo, 2024
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Diciembre nos gustó pa que rajaran

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Por: LUCÍA MEDINA SUÁREZ DEL REAL •

Luego de semanas de férrea oposición a autorizar el empréstito que solicitaba el gobierno del estado, la 61 Legislatura aprobó un endeudamiento por 2 mil 50 millones de pesos, de los cuales 700 millones de pesos serían de nueva deuda, y el resto sería para reestructurar lo que se debe a corto plazo.

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La noticia llega luego de reiteradas críticas en el tema. En el análisis del quinto informe de gobierno, los legisladores reclamaron que la deuda estaba en récord histórico pese a que, paradójicamente, el gobernador actual contaba con el mayor presupuesto de todos los tiempos.

En aquel entonces, los diputados dijeron que la deuda equivalía al 92% de las participaciones federales, que Zacatecas estaba entre las diez entidades más endeudas y que en el gobierno actual, la deuda pública había crecido 969.22%, pasando de 682 millones de pesos en 2010, a 7 mil 292 millones de pesos (nota de octubre de 2015, de El Financiero. Disponible en http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/duplicaron-la-deuda-de-sus-estados-los-12-gobernadores-salientes.html )

Ese fue el discurso del bloque opositor durante meses, pese a los desplegados firmados por organizaciones sociales, presidentes municipales, e incluso por el presidente del Tribunal Superior de Justicia. Todo ello en el contexto de continuas protestas de trabajadores de diversas instituciones que reprochaban el incumplimiento al pago de su salario o prestaciones.

Avanzaban los días y las presiones eran cada vez más burdas y evidentes. El 21 de diciembre, por ejemplo, las portadas de cuatro de los más importantes periódicos del estado tenían información casi idéntica: “El recorte presupuestario a CEAIP impedirá cumplir leyes federales en transparencia: Julieta del Río” (Página 24), “Grave afectación tendrá Comisión de Derechos Humanos si no aprueban empréstito: Correa Chacón” (El Sol de Zacatecas) “Peligra sistema de justicia penal por falta de recursos” (La Jornada Zacatecas), “Golpeará a Zacatecas recorte al presupuesto” (Imagen).

Aunado a ello, los diputados de oposición comentaban que les ofrecían millones, casas en la playa y demás lujos a cambio de sus votos, e incluso, algunos de ellos off the record, deslizaban la idea de que los diputados del partido oficial se quejaban de que ser “bien portados y obedientes” no era buen negocio, pues sus votos a favor del endeudamiento los daban por seguros, y por tanto, no les ofrecían nada.

Algunos alcaldes se unieron a la presión, y acudieron al Congreso a tratar convencer de la urgencia y necesidad de aprobar el endeudamiento, sin embargo, los legisladores de oposición no se movían, e incluso hacían guardias en el Congreso, y vigilaban para evitar un albazo.

Un buen día las plañideras callaron, y el dictamen que autorizaba el empréstito fue devuelto a comisiones. El bloque opositor entonces presentó una propuesta de egresos dando el endeudamiento por descartado.

Planteaban reducir 73 millones de pesos al Poder Legislativo, usados en viáticos, liquidaciones y demás gastos de los diputados; y recortar 6.5% del presupuesto del Ejecutivo, equivalentes a mil 522 millones de pesos, que recortarían de la Oficina del Gobernador y las secretarías de Finanzas (Sefin), de la Función Pública (SFP), de Administración (Sad) y de Infraestructura (Sinfra).

Destacaban que la reducción sería a viáticos, pagos de representación y estímulos de altos funcionarios; y que se eliminarían bolsas que según sus propias palabras, eran usadas de forma discrecional en la Secretaría General de Gobierno y la Oficina del Gobernador.

Aclararon entonces que si bien no habría nueva deuda, estaba por definirse cómo resolver la que había a corto plazo, que ascendía a mil 200 millones de pesos. No obstante, reclamaban también que se revisara el capítulo mil, pues ya antes se había destinado mil 500 millones de pesos para el pago de esa deuda, y no había claridad de qué había pasado con ese dinero.

Pero llegaron las fiestas decembrinas, la mayoría de los noticieros salieron de vacaciones, y la atención se distrajo. Entonces, de madrugada y mientras la mayoría dormía, se aprobó por 27 votos a favor el empréstito por 2 mil 50 millones de pesos, con dos años de gracia.

Los tiempos son otros, y el rechazo se dejó sentir rápidamente, ante la ineptitud de los legisladores para justificar su actuar.

Ante los continuos cuestionamientos la mayoría guardó silencio. Uno hasta regañó a la periodista Alma Alejandra Tapia cuando ésta se quejaba como ciudadana en su cuenta de Facebook, e incluso le recomendó que se fuera a dormir, para que no viera lo que ella, en todo su derecho, y en su personalísima opinión calificó como “patético”.

A otros, quizá más acostumbrados al repudio ciudadano, poco les importó, y celebraron el endeudamiento al ritmo de cumbias, como narró el periodista Heraclio Castillo Velázquez, en su cuenta de Facebook, en una muy recomendable crónica de los hechos.

Con los días se preparó una mejor defensa, y ahora se argumenta que la aprobación del empréstito fue necesaria para evitar un mal mayor, y que obedeció a una actitud “responsable” de la oposición.

Algunos arguyen razones técnicas, incomprensibles para el vulgo, que hacen pensar que esa fue la mejor decisión. Y unos más acusan de linchamiento a los críticos del endeudamiento.

Son tiempos preelectorales y es evidente que los grupos políticos están usando el actuar de unos y otros para llevar agua a su molino y atacar al adversario.

Las armas de ataque, sin embargo, son del tamaño de la insistencia de quienes llamaron a manifestar un rotundo “No más deuda”. Si la convocatoria hubiera sido a apoyar “más deuda, pero poquita” no habría forma de reclamarles la incongruencia. Pero, hasta hace unos días, esa no era su posición, y si lo era, nunca nos lo dijeron a sus representados. ■

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