Autora: María Guadalupe Bautista González
Residencia: Zacapu, Michoacán, México
Caminando andaba la Catrina,
sin preocupación y muy cantarina.
De lejos el director, contento, la veía,
pensando cuánta vida le quedaría.
Hablando lento pasó el tiempo;
ya se acercaba la hora del muerto.
El director, fijo, miró el espejo,
pero ni eso le pudo hacer sentir viejo.
La Catrina, desde lejos, se reía.
No te vayas a quieras morir, decía.
El director volteó los ojos enseguida;
de reojo, enojado la veía.
Cuán feliz parecía la Catrina;
en viejos huesos ella pertenecía.
El director nunca se rendiría
y a bailar feliz la acompañaría.