- El bombero dedicó 30 años a esta profesión, hasta que se jubiló este 16 de mayo, cuenta
- Sólo 60% de los elementos de la corporación cuenta con equipo: titular de PC
“Ser bombero es una profesión, y para serlo de verdad se necesita corazón para ayudar y para portar con dignidad, respeto y orgullo tu uniforme. Cualquier ciudadano mexicano da la vida por la bandera, pero un bombero da la vida por otro ser humano sin conocerlo, por la misma naturaleza. Para mí es un orgullo, y seré bombero hasta la muerte, mis compañeros son mi segunda familia”, dice Manuel Salvador Díaz Becerra.
Eso es lo que hermana a todos los bomberos del mundo, señala, pues saben por lo que pasan diariamente para poder hacer su trabajo, como estar alejados de sus seres queridos y siempre bajo riesgo.
Manuel, originario de Guadalupe, tiene actualmente 54 años y dedicó 30 a esta profesión, es decir, más de la mitad de su vida, sin embargo, el 16 de mayo dejó de laborar cuando solicitó su jubilación, pero está dispuesto a volver en caso de que se le requiera.
El bombero cuenta que de joven no tenía empleo. Esto lo orilló también a acercarse a las filas de la corporación. Entonces se dirigió a la vieja estación de bomberos que se ubicaba a un costado de una gasolinera, sobre el bulevar Metropolitano, y cuyo edificio es actualmente un hotel.
Manuel comenzó a trabajar en la corporación en 1987; regularmente laboraba 24 horas por 24
Recuerda que llegó un primero de mayo de 1987 a las oficinas del capitán retirado del Ejército, Rico Martínez. El capitán le preguntó a Manuel porqué deseaba ser bombero y lo primero que le respondió fue que cada que escuchaba las sirenas de las camionetas su corazón palpitaba.
Esa respuesta le abrió las puertas a Protección Civil. Cuenta que recibió una capacitación intensa durante 15 días. Platica que en ese entonces eran pocos los bomberos dentro de Protección Civil, si acaso 5 o 3 por turno. Y el 16 de mayo de ese año se dio de alta como bombero.
Ahí empezó su carrera, la cual agradece de haber practicado. Al inicio se le explicó qué era una manguera, un pitón, las partes de la escalera, los tipos de diámetro de pisteros, cuáles son las herramientas principales de un bombero.
A los 15 días subió a una unidad y había una de ataque rápido y una de apoyo, pero con ellas se podía trabajar, pues no eran grandes y las calles de la ciudad ayudaban a hacer su labor pues las camionetas no eran de gran tamaño.
Entre sus maestros se encuentra Jorge Castrejón, quien fuera su primer instructor y a quien dice, le debe sus inicios en esta profesión. Castrejón continúa trabajando de manera ejemplar dentro de Protección Civil.
Se trabajaba 24 horas por 24, lo cual era perjudicial ya que los descansos deben de ser de 24 por 48 horas, pues el bombero debe descansar para estar listo en cuanto tenga que atender una contingencia.
No recuerda con exactitud cuál fue el primer servicio que atendió pero se le quedó grabado un accidente en el que apoyó, en el que hubo cerca de 14 personas muertas. Se trataban de viajeros que habían sufrido un percance en la carretera de San Luís Potosí a la altura de La Blanca. Las víctimas viajaban en un autobús de pasajeros.
“Ese fue uno de los servicios más difíciles que hice. Son imágenes, escenas que no había visto. Veía que había niños, una señora tirada, otro señor por allá. En esos momentos es cuando te mentalizas para ayudar y si no lo haces, si no te nace, no sirves para esto”, dice el bombero.
Se le quedó grabado un accidente en el que hubo cerca de 14 personas muertas
Afortunadamente, tuvo el apoyo de su esposa, quien pasaba angustias y orando porque su esposo regresará del trabajo con bien. En ocasiones se ausentaba hasta dos semanas para sofocar incendios en zonas serranas.
Su familia comprende también su labor y entrega, pero saben que en esta profesión no hay certidumbre de regresar a casa. Día a día expone su vida, y su integridad física sobre todo en incendios forestales.
Entre estos riesgos, controló incendios de pipas de 30 mil litros de material flamable, y que representan un alto riesgo. En la famosa “Curva de la Araña” por la colonia Alma Obrera, era común que camiones y autos cayeran al barranco, y ahí llegaron a caer este tipo de pipas.
Esas situaciones le hacían valorar su vida y a sus familiares, a quienes tenía en mente en cada situación y a cada lugar que acudía oraba por no tener que ayudar a sus seres queridos o a algún familiar en un incidente.
“Cuando atendía esos casos, veía claramente en la parte de arriba de las llamas a mis familiares. Podía verlos muy claro, hasta los contaba. Pasa algo raro en ese momento, como si tus memorias llegaran a tu cabeza rápido, como si se te regresará el casete y eso es difícil, aunque es algo satisfactorio poder cumplir y hacer tu trabajo”, menciona orgulloso.
Existen cerca de 400 bomberos en el estado
Antonio Caldera Alaniz, director de Protección Civil del estado, reveló que de 400 elementos que trabajan en el estado, sólo cerca de 60 por ciento cuenta con equipo, mientras que el resto se gestiona buscando otras alternativas.
Otro se ha conseguido a través de programas federales y del comando norte de Estados Unidos.
Aunque es necesario equipar a los bomberos, el director de la corporación subrayó que va implícita primero la capacitación, pues si se tiene equipo pero no se sabe cómo utilizarlo, no serviría.
“Falta equipo, tenemos la instrucción del gobernador de hacer un diagnóstico para saber cuáles son las necesidades. Necesitamos avanzar porque las ciudades van creciendo. Sin embargo, el objetivo es reforzar el trabajo de prevención”, apuntó Caldera.
Recordó que actualmente existen 44 comités municipales de protección civil, los cuales cuentan con su área operativa, por lo que la intención es homologar a los 58 municipios, y que cada unidad municipal reciba la capacitación para poder atender contingencias y apoyar a la población.
Actualmente, los bomberos del estado cuentan con un seguro de riesgo de trabajo y un seguro de vida que les otorga Gobierno del Estado.
