Qué se pretende cambiar con las alternancias políticas? Cuando se afirmó desde el 2000 que se deseaba quitar al PRI de la conducción política del país, lo que se quería decir era que se deseaba eliminar una serie de prácticas que se identificaban bajo la etiqueta del PRI: corrupción, corporativismo, compadrazgo, y cosas por el estilo. Por tanto, el deseo real no era quitar a un partido político determinado (este era una etiqueta) sino desterrar ciertas formas de hacer política. Cuando entró Fox a la Presidencia con la consigna de sacar “las tepocatas y víboras prietas” del gobierno, lo único que vimos fue que este personaje implantó su propio zoológico con las mismas especies. En suma, lo que votamos los ciudadanos no era un cambio de grupo partidario, sino de modificaciones profundas en las formas de gobierno. Por ello, la pregunta no es si se quiere quitar al PRI o no, sino si las fuerzas que pretender el poder representan una forma diferente de hacer política o de ejercer el gobierno. Con estos criterios bien establecidos, debemos preguntar, ¿la alianza PRD-PAN representaría una garantía de gobernar de otra manera? Pues veamos.
¿Un partido o coalición sin definiciones ideológico-programáticas genera confianza de querer el cambio que deseamos? La respuesta es ‘no’, porque un partido que es puramente pragmático en la búsqueda del poder y no muestra definiciones programáticas puede hacer cualquier cosa en el ejercicio del poder. Esto es, son partidos que sólo se comprometen con su propia permanencia en el poder independientemente de los resultados sociales del ejercicio de gobierno que emprendan. Y justo es eso lo que se constituye en causa de las malas prácticas políticas que queremos cambiar. Con tal de seguir en el poder, compran votos, construyen clientelas, redes de complicidad y así, un extenso etcétera. En otras palabras: el exceso pragmático de estos partidos sin ideología, principios o programas es la garantía de que aquello que detestamos los ciudadanos va a continuar. Por ello, es claro que si la alianza PRD-PAN llega al gobierno replicará pan con lo mismo: los síntomas son inequívocos.
Una última pregunta: ¿cómo se relaciona el sistema de partidos con la calidad de los gobiernos que generan? Pues uno de los rasgos esenciales es si son partidos que tienen claro un programa o no. Si no tienen una agenda clara desde antes de obtener el poder, se ira al fracaso social de su gobierno, sin resultados y saturados de incongruencias. Estas afirmaciones se validan empíricamente con la alternancia de gobiernos en las dos últimas décadas. Se empezó en los gobiernos municipales, y en ellos tenemos municipios que le dieron vuelta a la papeleta electoral y siguen en las mismas circunstancias. Se requiere que los partidos regresen a la fuente de sus principios y a centrar su acción alrededor de una agenda programática, con ello, hay algunas posibilidades de elevar la calidad de la política en México.
