■ El Mirador de Heródoto
“Ramón López Velarde se caracterizó por su apego a las más genuinas tradiciones y costumbres mexicanas, por lo que se considera como el poeta nacionalista y provinciano por antonomasia; su Suave Patria es el más exaltado canto patriótico que reivindica el amor patrio y enaltece las fuentes culturales de nuestra Nación, la Patria Impecable y Diamantina. Su ritmo novedoso, oscilante entre la introspección y el Canto Cívico; el intimismo y el discurso patriótico, lo hacen ocupar un sitio único en la historia literaria de México.
Ramón López Velarde es el poeta, que con el don de la palabra,
canta a la Patria el fervor popular, por eso es nacional y universal,
en dicotomía que se conjuga en unidad poética y patriótica.”
Periódico Oficial local del 9 de abril de 1998
Desde el surgimiento de las antiguas crónicas y poesías de Heródoto y Homero, el afán de narrar el acontecer de la época o practicar la escritura como medio de expresión personal y artística ha sido una constante, igual que la vocación de trascender en el tiempo al modo del poeta ciego, a quien se le atribuye la autoría de las principales poesías épicas griegas, la Ilíada y la Odisea.
Los admiradores de la belleza se han ocupado de otorgar reconocimiento a los creadores de la misma. Con ese propósito se crearon los juegos florales, cuyas raíces se encuentran en la Roma Antigua, eventos que de manera evolucionada persisten en la actualidad.
Por lo que respecta a nuestra “Bizarra Capital” como la denominó nuestro “Poeta mayor” (Alfonso Vázquez Sosa, dixit), existe un texto, ahora digitalizado, con el nombre de “Juegos Florales en la ciudad de Zacatecas” (Tip. F. Díaz de León, 1907), que da cuenta de los realizados el 14 de septiembre de 1906 a iniciativa del gobernador del estado Lic. Eduardo G. Pankhurst.
Sin conocer la secuencia de los mismos, ya está documentado -y es cuestión de indagar más, mínimamente en la prensa de la época- cómo fueron transformándose.
En las primeras décadas del siglo pasado, en el Instituto de Ciencias de Zacatecas (ICZ), estuvieron institucionalizados los “Juegos Florales Ramón López Velarde”. Los universitarios actuales de mayor edad recordarán vivencialmente que cada 23 de mayo, en el teatro Calderón, se entregaban los premios, y en el mismo evento se coronaba a la reina de los estudiantes. El elogio a la soberana estudiantil se le encomendaba a docentes de la Institución que a su vez eran poetas o escritores relevantes, vale mencionar a los licenciados José Pino Cámara y Filiberto Soto Solís, de grata memoria.
Después de una fase de inactividad, los pretéritos Juegos Florales del ICZ, en 1982, en la actual Universidad Autónoma de Zacatecas, resurgieron de sus cenizas como ave fénix -ahora con el nombre de Festival de Poesía Praxis-Dosfilos-, gracias al impulso organizativo del promotor cultural José de Jesús Sampedro, -ganador entre otras preseas del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1975, otorgado por el INBA, y con una amplia trayectoria tanto en la docencia universitaria, como en los campos de la edición y divulgación de la obra de escritores relevantes.
En 2007, año conmemorativo del 175 aniversario de la UAZ, el Festival adquirió el rango de Internacional.
El mencionado Festival de Poesía, en su edición 2016, tuvo 118 participantes procedentes de casi todo el país, resultando triunfadores: el jalisciense León Plascencia Ñol, ganador del Premio Nacional, y el Italiano Emilio Coco, quien recibió el Premio Internacional.
Llevar a efecto el Festival Internacional de Poesía “Ramón López Velarde” es un proceso muy complejo –realizado por un excelente equipo de trabajo- que abarca las actividades de planeación, la convocatoria y recepción de los trabajos, el veredicto del jurado, la organización y realización de la ceremonia de premiación y otros efectos. Después de la emisión de la Convocatoria el 20 de junio pasado dirigida a los poetas de habla hispana radicados en la República mexicana, y el fallo del jurado -que implicó la intervención del notario público 38 Jesús Fabián Torres Chávez-, dado a conocer el 23 de noviembre por el Rector Dr. Antonio Guzmán Fernández, algunos momentos que marcaron esta jornada ahora histórica son los siguientes:
Noviembre 30, el evento de apertura realizado en El Pulgatorio, un homenaje in memoriam a David Ojeda; el primero de diciembre, la inauguración oficial seguida por mesas de lectura, tuvo como sede el patio central de Rectoría; El día 2, una recepción especial a Emilio Coco en la UA de Letras; el acto estelar fue la entrega del premio en el teatro Calderón. La programación incluyó la apertura de la XXVII Feria del Libro en la ciudad de Zacatecas. En el tercer día, las actividades se realizaron en Jerez, Zacatecas, una ceremonia especial en sesión de Cabildo y visita a la casa, hoy museo, que habitó El Bardo. De ello hablaré en próximas emisiones de esta columna
Podríamos vivir sin literatura, sin poesía, como también sin aves, mariposas y flores, pero perderíamos sensibilidad y el deleite espiritual que experimentamos al leer una novela o una poesía, o al extasiarnos ante la salida del sol o del cielo estrellado. Que viva la poesía. ■
Así se observa el mundo desde El Mirador de Heródoto
*Docente investigador de la UAZ
