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domingo, 5 mayo, 2024
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Fresnillo: otra vez la patria musical en manos de la gente

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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR •

■ Historia y Poder

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Estuve 3 días en Fresnillo. Realmente alucinante. Antes, estuve con los escritores Juan José Macías y Arturo Burciaga, además con el excelente artista plástico Omar Lemus, los tres originarios de ese municipio hermano. Los tres me dijeron: no temas, todo va bien.

Acudí por invitación de la arquitecta Lupita Marchant, que es catedrática de la Universidad de Durango, Campus Fresnillo, a dictar conferencia sobre Hernán Cortes, Moctezuma y Cuitláhuac a sus alumnos y ellos me hicieron rememorar muchas cosas que me tienen atado a la espectacular historia de Zacatecas siempre con respeto, rigor científico, pero también, con ganas de contar cosas diferentes y a la vez, muy de ellos y de todos nosotros los mexicanos tan singulares en el mundo entero.

Fresnillo se me presentó como una ciudad peculiar en donde el miedo no se esconde y responde y acudí a sus plazas, templos, comercios y boleros, paleteros y la cotidiana gente que figura en el anonimato pero que le da forma y vida a este municipio zacatecano que es querido y apreciado por el don de su gente y su talento.

En una pausa, acudí a la famosa Ágora donde de manera destemplada están cubículos donde se albergan maestros y alumnos de muy diversas disciplinas artísticas, pero el meollo del asunto era re-descubrir la gran gama musical que goza el templete histórico fresnillense a lo largo de las décadas.

Sorprendido no por la gran variedad de sus músicos y sindicatos, pues era de esperarse que muchos de ellos figuraron en la escena nacional y mundial, más allá de Tomas Méndez y la muerte de su padre minero por silicosis o Manuel M. Ponce, don Beto Díaz o los Fresno, si no que mi gran preocupación era y es, cómo a falta de un riguroso inventario y cuidado secular de sus archivos, -al igual que en nuestra ciudad de Zacatecas y sus museos-están destinados a desaparecer en menos de 10 años, ya por la ausencia de curadores o porque la luz se come todo documento y más así, con cero cuidado en su entorno.

También vi las espectaculares colecciones de piezas de la antigua minería que le dio fama en el mundo, y mi estremecimiento fue mayor cuando supe del enorme sufrimiento de sus mineros históricos y además,  de caballos y mulas enfermas prematuramente por el  uso indiscriminado del mercurio sin ningún cuidado.

Ante todo admiración y tributo a una ciudad que se quiere y se levanta día a día.

Que si la violencia desmedida, que si el crimen dizque organizado para esquilmar, estafar  y amedrentar a comerciantes y autoridades, que si toqué por espacio de 15 minutos el espléndido piano del maestro Manuel M. Ponce, de alto lujo y grabé sus sonidos para colmo de mi orgullo y entusiasmo, que si su zoológico y sus avenidas donde se resguarda con celo la visita del presidente Juárez en su peregrinar de estado por el país trashumante y en guerra, que si finalmente los alumnos entendieron más y mejor al Cortés minero zacatecano, la descendencia sagrada de Moctezuma y sus hijas con los fundadores de nuestro estado y más aún, agradecido de haber visto al Santo Niño de Atocha, patrono de los mineros del país y sus retablos colgados con peculiar amor y devoción religiosa. ■

 

Fresnillo:¡¡Honor a quien honor merece!!

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