23.6 C
Zacatecas
miércoles, 15 mayo, 2024
spot_img

Mi mamá me mima, ¿mi mamá me ama?

Más Leídas

- Publicidad -

Por: Emilia Pesci •

De cómo el estado se convirtió en nuestra mami…

- Publicidad -

Hoy en día la maternidad se ha convertido en lo que glorifica la condición de mujer. La madre puede ejercer su voluntad sobre la vida de l@s hij@s porque es ella la que sabe lo que es bueno para ell@s, la madre se ha convertido en un ser sagrado, un ser que lleva en sus hombros la difícil tarea de criar, de educar y a la cual, sin importar los métodos que use para lograr la “buena crianza” debemos respetar y obedecer, igual que a la madre obedecemos al estado. Sí, vivimos atendiendo a lo que nos dice un estado que nadie puede ver ni tocar y que sin embargo está ahí para ocultar corrupción, para discrecionalmente usar las leyes en beneficio de algún@s, para ser disputado por los dueños del dinero; un estado “democrático” que disfraza un ridículo circo de elecciones transparentes y al que a pesar de todo obedecemos como lo haríamos con una madre, porque podemos asegurar que mamá estado nos vigila para dictarnos “por nuestro bien” qué debemos o no comprar, comer, tomar, qué drogas deben consumirse y qué días de la semana, qué transporte usar y hasta por dónde caminar; lo que estamos aptos para saber o entender, cómo y cuándo “ejercer nuestra ciudadanía”. Y qué pasa si no lo hacemos, si desobedecemos: siempre estará ahí para meternos en cintura porque sólo ella sabe cómo castigar y siempre “por nuestro bien” tiene que mantener el orden para que no nos hagamos daño interviniendo efectivamente en las decisiones y asuntos que afecten nuestras vidas. Dice Virgine Despentes “un estado que se proyecta como una madre todopoderosa es un Estado fascistoide”, el ciudadano de una dictadura es infantilizado, despojado de toda autonomía y de su legítimo derecho a equivocarse y por consecuencia a aprender, se le hace creer que es un buen ciudadano porque se le vende el cuento de que puede elegir representantes cuando lo único que hace es obedecer a mamá y a las leyes que ella impone; No importa que algún@s hij@s de pronto no estén de acuerdo y quieran que mamá reflexione y logre cambiar porque jamás estarían dispuest@s a acabar con ella porque quedarían en la orfandad. Existe también la impresión de que si el manejo del Estado resulta equivocado al estar en manos de algún@s puede cambiar votando convenientemente a una mamá (partido político) u otra. Esta idea surge de forma totalmente contraria a lo constatado en la realidad porque el hecho de que nada de esto es cierto es algo que resalta a la vista por su notoriedad. Nuestro sistema electoral está basado en un modelo imperial, con nuestros políticos profesionales que de cuando en cuando, se reúnen para decidir cómo, y quién puede salirse con la suya, y el electorado vota de acuerdo a estos designios. En estas condiciones es fácil aparentar que el consenso es real cuando en realidad no lo es; la historia de nuestro país cuenta con muchísimos ejemplos de que así ha sido desde que nace aquí el estado- nación por allá de 1824.

Y así es que, como si fueramos pequeñ@s niñ@s, nos hacen convencernos de que nuestra fe en la acción política nos traerá soluciones, nos creemos que el hecho de que nos hagan promesas implica que las cumplirán y que los intereses estatales y los de la sociedad son, al menos teóricamente, idénticos; mientras que en teoría son completamente opuestos, y esta realidad siempre nos golpea en la cara sin que hagamos nada al respecto, convirtiéndonos en una cada vez más grande masa de infantiles votantes subsidiarios que les viene bien tanto a un tipo de políticos como al otro.

Tenemos que entender que el Estado por sí mismo no tiene poder. Todo el poder que posee es el que le aportamos. Por lo tanto, cada toma de poder, bien por un motivo o por el otro, le resta poder a la sociedad, de tal forma que no hay ni puede haber un fortalecimiento del poder estatal sin la correspondiente disminución del social. Mientras sigamos esperando que mamá estado nos diga que es lo mejor para nosotr@s nada cambiará. Tomemos los problemas en nuestras manos pero ya sin engañarnos, busquemos junt@s soluciones reales, lejos de los circos y las simulaciones de aquellos que no conocen nuestra realidad. ■

 

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -