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jueves, 28 marzo, 2024
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El presidente peña y la élite del poder local, ni nos ven ni nos oyen

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS • Araceli Rodarte •

Tan decepcionante fue el discurso pronunciado este jueves en cadena nacional por el Presidente de la República, como la negativa, expresada ayer mismo, de la Legislatura local a dictaminar una norma en materia de los abusivos ingresos que se han autoasignado los responsables de administrar recursos públicos, posición que se agrega a sus reticencias para dotar a la entidad de un Tribunal de Cuentas independiente y con dientes filosos. No parecen entender que el grito generalizado de “Yo soy Ayotzinapa”, expresa el hartazgo de millones de mexicanos ante la corrupción, la impunidad y la desigualdad imperantes. Su comportamiento es similar a lo que estaba detrás del dicho salinista de “ni los veo ni los oigo”.

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El decálogo de propuestas presentado ayer por EPN es muy inferior al acuerdo presentado por Felipe Calderón en 2008 en un evento muy similar, y todo indica que éste, igual que aquél, tendrá un destino similar: el olvido y el trato rutinario. La razón también sigue siendo la misma: la vigencia del pacto de impunidad entre toda la élite del poder, lo que se muestra con toda claridad en el hecho de que las mafias que operan el narco Estado que sufrimos, siguen operando sin molestia alguna. EPN no habló de la necesidad de transparentar las declaraciones patrimoniales de todas las autoridades y de los candidatos y dirigentes de los partidos, y no hizo compromiso alguno con el gran tema de la corrupción.

En lo que corresponde a lo local, es evidente que existe un doble discurso de los titulares del Ejecutivo y del Legislativo en relación con el proceso de elaboración de la legislación sobre el Tribunal de Cuentas, pero se les olvida que los ciudadanos saben que la mayoría en la Legislatura obedece sin chistar las indicaciones del gobernador. Y lo mismo vale para la norma sobre los límites a los ingresos de todos los servidores públicos, y otras iniciativas pendientes en materia de corrupción. Como se ve, es claro que nuestra élite del poder no entiende la razón de fondo de las manifestaciones, ni de los gritos ni de las acciones agresivas.

Da la impresión de que la estrategia que están utilizando es la que casi siempre les ha dado muy buenos resultados: la de dar largas a los asuntos esperando que la sociedad se olvide, con la colaboración de los medios de comunicación dominantes que eliminan de su agenda los asuntos incomodos. Pero unos y otros pueden equivocarse al no tomar en cuenta que una parte de la sociedad ya no se comporta pasivamente y la mayoría, sobre todo de jóvenes, está adquiriendo información mediante la utilización inteligente de una gran cantidad de canales existentes en Internet.

Todo indica que la nueva sociedad activa no olvidará la falta de resultados en materia de combate a la corrupción, de los titulares de la Procuraduría de Justicia y de la Función Pública del estado.

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